Resumen capítulo
anterior: El creyente y sus deberes para con los gobernantes.
Sus deberes para con el
resto de los ciudadanos
Hoy veremos el capítulo 14
El cristiano y los asuntos de conciencia
a.-No ha de juzgar a los
demás
b.-observancias en cuanto
a la comida
c.-observancias en cuanto
a días de fiesta
d.- ¿para quién vivimos
hoy?
EL CRISTIANO Y LOS ASUNTOS DE CONCIENCIA
4. El creyente y los santos débiles en la fe (Romanos 14:1-
23).
a. Ningún creyente debe juzgar a otro creyente aquí.
Romanos 14:1 “Recibid al débil en la fe,
pero no para contender sobre opiniones.”
¿Quién es la persona débil
descrita en este versículo? El es débil, no es fuerte, pero es un creyente,
porque está “en la fe”. Es débil en el conocimiento de la doctrina. Quizás sea
un creyente nuevo o quizás sea un creyente que ha fallado en crecer en las
cosas de Dios. Quizás no ha recibido sana enseñanza.
Este creyente débil no está viviendo en pecado. Por el contexto, no hay
indicación de que hay involucrado un problema moral. Sin embargo, la persona no
entiende de lo que se trata la libertad cristiana.
¿Cuál es nuestra responsabilidad hacia este hermano débil? “RECIBIRLO”. No rechaces a esta persona. Recíbelo, acéptalo, admítelo, reconócelo como uno de los tuyos, considéralo como un hermano amado en Cristo. Esta palabra “recibir” es ilustrada en Hechos 28:2.
Hechos 28:2 “Y los naturales nos trataron con no poca humanidad; porque encendiendo un fuego, nos RECIBIERON a todos, a causa de la lluvia que caía y del frío”.
El apostol Pablo
fue recibido amablemente por esta gente inculta y fue tratado muy bien. Los
creyentes débiles deben ser tratados con amabilidad por causa de Cristo.
¿Por qué debemos recibir a este creyente débil? La razón se da al final del verso.3: “Porque Dios le ha recibido”. Si Cristo lo recibió, ¿cómo lo podemos rechazar? Cuán agradecidos debemos estar de que el Señor nos recibiera:
Juan 6:37 “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera”
Dios
nos ha recibido y nunca nos echará o nos dejará de lado.
“Contender sobre opiniones”. No debemos recibir al creyente débil con el objeto de tener una gran discusión o disputa.
No lo admitamos solo para criticar sus escrúpulos y juzgar sus opiniones: Esta no
es la manera de recibir al hermano débil.
Observancias en cuanto a
la comida
Romanos 14:2 -3 “porque
uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres. El que
come no menosprecie al que come, no juzgue al que come; porque Dios le ha
recibido.
Los cristianos de Roma tenían
opiniones diferentes sobre ciertas prácticas, ya que provenían de diversos
trasfondos. Si provenían del paganismo, probablemente consideraran que la comida
y la bebida que se vendía en los mercados estaba contaminada. Si provenían de
ciertos cultos, incluso podían ser vegetarianos. De modo similar, las personas
que hoy se convierten al cristianismo desde el islam, el judaísmo, y el hinduismo
tienen una historia de practicas alimentarias y de observancias de días especiales.
Por lo tanto, lo relacionado con el calendario o la comida puede tener especial
importancia para ellos en cuestiones de conciencia.
Se considera que los problemas surgían
mayormente por aquellos que procuraban guardar e imponer la parte ceremonial
del Antiguo Testamento.
El creyente que tiene un
conocimiento doctrinal correcto sabe que puede comer todas las cosas. Bajo la
ley, había ciertos alimentos que los judíos podían comer y había ciertos
alimentos que no podían comer (Levítico 11). Dios les estaba enseñando a hacer
diferencia entre lo limpio y lo inmundo, entre lo santo y lo profano (Levítico
11:44-47). Durante la dispensación actual nada de lo que Dios ha creado está
prohibido si se recibe con acción de gracias:
1 Timoteo 4:4-5.
“Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con
acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es
santificado”
El creyente débil mencionado en
Romanos.14:2 tenía el hábito de comer solamente hierbas o vegetales, creyendo
que no estaba permitido comer todas las cosas (creyendo que la carne estaba
prohibida).
El versículo 3 “ el que come no
menosprecie al que no come” es una advertencia, tanto al creyente fuerte como
al débil. La tendencia del creyente fuerte sería despreciar al débil (desdeñar,
desvalorizar). La tendencia del creyente débil sería juzgar o criticar o
condenar al creyente fuerte.
El creyente fuerte podría decir,
“Vegetariano necio. ¿Cómo puedes ser doctrinalmente tan débil? ¿No sabes que
como creyentes en Cristo podemos comer todas las cosas?” (DESPRECIANDO).
El creyente débil podría decir,
“No deberías comer carne. No deberías comer cerdo. Estás mal haciendo eso”.
(JUZGANDO).
La última frase del verso 3 “porque
Dios le ha recibido” podría referirse sólo al creyente fuerte que está siendo
juzgado por el creyente débil, pero puede referirse a ambos “al que no come” y
“al que come”. Aunque se refiera solo “al que come”, permanece cierto que Dios
ha recibido a ambos. Dios ha recibido bondadosamente a cada creyente.
Romanos 15:7 “Porque
ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí”
Por esto debemos recibir a
nuestros prójimos creyentes, sean débiles o fuertes.
El Señor, por medio del apóstol,
menciona al “que es débil”, en el verso 1, pero no se refiere al creyente
fuerte como “fuerte”. Aún el creyente que es maduro y que entiende los asuntos
doctrinales, es muy débil aparte de la gracia de Dios.
2 Timoteo 2:1 “Tú,
pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.”
Incluso es propenso a ciertos
pecados, como despreciar a su hermano y envanecerse en su conocimiento.
1 corintios 8:1-2
“En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos
conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica. Y si alguno se
imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debe saberlo.”
No se permite juzgar a siervo ajeno.
Romanos 14:4 “¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme.”
Este versículo es para la persona
que juzga a su prójimo creyente por lo que come. La palabra “criado” se refiere
a un esclavo doméstico. El que está juzgando debe darse cuenta de que él no es
la cabeza del hogar. El no es el amo o señor de este hombre. El no es más que
un consiervo, un colaborador, un creyente compañero. Un siervo es responsable
solamente ante su amo. Es responsable ante su amo y ante nadie más. Su amo es
el único que tiene el derecho de juzgarlo. El Amo del creyente es el SEÑOR Jesucristo.
A ÉL responde y rinde cuenta el creyente. Ante Su tribunal compareceremos todos
La tolerancia mutua es una virtud
cristiana. Dios acepta a cada creyente, junto con las peculiaridades que se
desprenden de su trasfondo y nivel de madurez y puede santificarlo. Aunque
podemos ser usados por Dios para ayudar en la formación de los creyentes débiles,
nunca debemos juzgar al criado ajeno.
Observancia de días especiales.
Romanos 14:5 “Uno
hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno
este plenamente convencido en su propia mente”
Nuestro tema pasa ahora de los
alimentos a los días. ¿Debemos considerar un día más especial o más santo que
otro día? Un creyente lo piensa así, pero otro creyente considera todos los
días iguales. En el asunto de los alimentos el apóstol Pablo identificó al
creyente débil . Aquí no hace tal distinción. Un creyente escoge un día y dice,
“Este día es especial. Este día es santo”. Otro creyente considera santos todos
los días: “El sábado es tan santo como el domingo y el domingo es tan santo
como el lunes”. ¿Cuál creyente tiene la razón? ¿Cuál creyente es el creyente
fuerte que tiene el entendimiento doctrinal correcto en cuanto a los días?
En otro lugar el apóstol Pablo
advierte contra el peligro legalista de observar ciertos días:
Gálatas 4:10-11.
“Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. Me temo de vosotros, que
haya trabajado en vano con vosotros”
Es cierto que la costumbre de los
creyentes ha sido adorar en el Día del Señor, el primer día de la semana
(domingo), el día en que Cristo resucitó de los muertos. Hebreos 10:25 da una
seria advertencia a quienes pudieran dejar de congregarse con otros creyentes.
Sin embargo, nunca encontramos en el Nuevo Testamento el mandamiento: “GUARDA
EL DÍA DEL SEÑOR”. Para el creyente en Cristo, cada día es “terreno santo”
cuando servimos al Salvador y andamos de una manera digna de nuestro alto,
celestial y santo llamamiento. Obviamente, no debemos estar más dedicados a
Cristo el día domingo que en cualquier otro día.
La pregunta ahora es, suponiendo
que el apóstol Pablo hubiese reconocido de alguna manera la obligación divina
de guardar un día de los siete, ¿podría haber hablado así? La inferencia obvia
de su argumentación es que él no sabía de tal obligación, sino que creía que
todos los días y todos los tiempos eran IGUALES para el cristiano fuerte en la
fe. Es difícil asegurar que el pasaje pueda ser entendido de otra manera. Si
cualquier día de la semana estuviese investido del carácter sagrado del Sábado,
habría sido totalmente imposible que el Apóstol recomendara o defendiera al
hombre que juzga ser todos los días de igual honor. En el verso 6 muestra al
hombre que observa un día especial para el Señor y otro que considera cada día
especial. Si alguno de estos casos hubiera estado mal o equivocado, el apóstol debería
haberle otorgado la más seria desaprobación, como violando un mandamiento de
Dios. Por lo cual podemos inferir que esa obligación sabática de guardar un
día, sea el séptimo o el primero, no era reconocida en los tiempos apostólicos.
Ignacio de Antioquía, uno de los
padres de la Iglesia quien fue martirizado alrededor del año 115 D.C.: Dijo lo siguiente: “Los que se preocupaban
de las cosas antiguas han venido a una nueva confianza, no guardando por más
tiempo los sábados, sino viviendo de acuerdo con el Día del Señor, de quien
depende nuestra vida, como resucitados por medio de ÉL”.
Y Justino Mártir (quien sufrió el
martirio por el año 168 D.C.), cuando fue reprendido por Trifo por “abandonar
el sábado”, dijo: “¿Cómo podemos guardar el sábado, si descansamos del
pecado todos los días de la semana?”
Al final del versículo 5 el apóstol
Pablo dice, “Cada uno esté PLENAMENTE CONVENCIDO (totalmente persuadido,
seguro) en su propia mente”. Estamos viviendo hoy en tiempos en que la
importancia de la doctrina es minimizada y la actitud es a menudo ésta: “En
realidad, no importa lo que lo cristianos creen, especialmente en cuestiones
donde hay diferentes opiniones. Lo importante es que nos amemos unos a otros”.
Pero el apostol Pablo no dice que estas cosas no son importantes. El no dice,
“No importa lo que creas acerca de comer alimentos y observar días”. No, por el
contrario, él dice que cada creyente debe estar persuadido en su propia mente
en cuanto a estos asuntos. Deja que Dios te convenza y persuada de lo que es
correcto. Debemos amar a los que son débiles en la fe y debemos
edificarlos, pero Dios nunca anima al creyente a ser débil en la fe y débil en
la doctrina. Cuando se trata de asuntos doctrinales y de materias de fe y
práctica, los creyentes deben estar “plenamente persuadidos”.
El creyente no debe estar solo “plenamente persuadido”, sino que también debe hacer lo que hace “para el Señor”
Colosenses 3:23-24“Y
todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los
hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque
a Cristo el Señor servís”
El versículo 6 trata de los dos
temas discutibles que fueron introducidos: comer y observar los días
A. El creyente débil que observa
el día
B. El creyente fuerte que no
observa el día
B. El creyente fuerte que come
(todas las cosas)
A. El creyente débil que no come
(todas las cosas) solamente hierbas.
Aunque hay diferencias en la práctica de comer y observar los días, es importante notar que, en lo que respecta a cada una de estas personas, el motivo es recto, el corazón es recto y la actitud es recta. Cada creyente hace lo que hace PARA EL SEÑOR, para agradar al Señor, para honrar al Señor. Cada uno lo está haciendo con acción de gracias, teniendo a Dios presente. Cada uno está poniendo en práctica el principio de 1 Corintios 10:31.
1 Corintios 10:31 "“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”.
El
creyente que se daba cuenta que era libre para comer todas las cosas era
diligente en dar gracias a Dios. El creyente que comía
hierbas era diligente en dar gracias a Dios por los vegetales que eran
puestos ante él. Los primeros cristianos daban gracias a Dios cuando comían.
¿Para quién vivimos hoy?
Romanos 14:7 “Porque
ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos,
para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos”
Lo que hacemos es importante y
cada creyente debe estar plenamente convencido en su propia mente. Aún más
importante es cómo hacemos lo que hacemos y cada creyente debe asegurarse de
que lo que hace, lo hace como para el Señor. El verdadero asunto es el hecho
que “SOMOS DEL SEÑOR”. Le pertenecemos a ÉL en espíritu, alma y cuerpo. ÉL es
nuestro Amo y nosotros somos Sus esclavos. Esta es nuestra libertad cristiana:
somos LIBRES para servir a Cristo como Sus esclavos por amor.
La vida cristiana es VIVIR PARA
ÉL—servirle, honrarle, agradarle, obedecerle gustosamente. Hemos de
MAGNIFICARLO, o por vida o por muerte . Aún nuestro
morir ha de ser un servicio rendido a Él. Nuestro vivir y
nuestro morir están en Sus manos porque le pertenecemos a Él. Él gobierna
nuestros días y la duración de nuestros días. La muerte no cambia la relación.
Él es nuestro Señor cuando estamos vivos. ÉL es nuestro Señor cuando estamos
muertos. Si algo cambia, la muerte MEJORA la relación, porque partir y estar
con Cristo es MUCHO MEJOR y es considerado “GANANCIA”, y estar ausente del cuerpo es ESTAR PRESENTE CON EL SEÑOR.
Cristo murió y resucitó y vivió otra vez con éste propósito, para que ÉL sea el
Señor.
b. Todos los creyentes serán
juzgados por el Maestro
Romanos 14:10-12
“Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a
tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. Porque
escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y
toda lengua confesará a Dios”
El pensamiento de este versículo vuelve al versículo 3. En el versículo 3 se le dice al creyente débil que no juzgue a su hermano y al creyente fuerte se le dice que no menosprecie al creyente débil. Los creyentes no deben juzgar a otros creyentes y no deben mostrar menosprecio hacia ellos. A la luz del versículo 6 recuerda que la persona que estás juzgando o menospreciando es TU HERMANO. El tiene la actitud recta, un corazón recto, y está sirviendo al Señor y dando gracias. Su motivación es correcta. El no es tu enemigo. Trata de ayudarle y edificarle y ser un ejemplo para él, pero no lo juzgues o lo mires en menos. El Señor Jesucristo Mismo será el Juez de todo verdadero creyente: “Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo”..
“Compareceremos”.Este es un
evento futuro que tendrá lugar inmediatamente después del rapto de la iglesia
También es una promesa. Todos estaremos allí. Está garantizado.
Comparecer, aparecer ante un juez.
¿QUIÉN es el Juez ante el cual
comparecerá cada creyente para rendir cuenta? El Juez es Cristo Mismo. Es el
Tribunal de Cristo. Cristo está sentado en este tribunal. Esta es una clara
evidencia de la deidad de Cristo. Se dice aquí que Cristo será el Juez final de
cada creyente, Aquel ante quien daremos cuenta de toda palabra, pensamiento o
hecho.
¿Cuál era entonces el punto del apóstol
Pablo en este versículo? ¿Por qué estás juzgando a tu hermano? Tú no eres el
Juez, Cristo lo es. No solo tu hermano será juzgado, tú también lo serás.
Preocúpate de ti mismo, para que puedas recibir el “BIEN HECHO” de Cristo y
seas recompensado.
Romanos 14:13-15
“Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid
no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano. Yo sé, y confío en el Señor
Jesús, que nada es inmundo en sí mismo; mas para el que piensa que algo es
inmundo, para él lo es. Pero si por causa de la comida tu hermano es
contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se
pierda aquel por quien Cristo murió.”
Nuestro objetivo debe ser ayudar
a todos los creyentes a madurar espiritualmente y no impedir este progreso.
“Nada es inmundo en si mismo”.
Esta es una de las declaraciones mas sorprendentes del apóstol Pablo. Su trasfondo
como fariseo lo había entrenado para enfatizar la diferencia entre lo limpio y
lo inmundo, pero Jesús lo persuadió de que esta distinción ya no era válida.
Por tanto, adoptó una nueva postura, pero también reconoció que algunos creyentes,
especialmente aquellos provenientes del judaísmo, no habían hecho esta transición.
Lo creyentes maduros no deberían empujar imprudentemente a los creyentes “débiles”
hacia esa transición.
Un creyente fuerte debe vivir en
amor y no violar la conciencia del creyente débil. La conciencia es la facultad
moral de la mente. Debe ser educada por Dios, por medio del Espíritu Santo, pero
nunca debemos enseñar a nadie a obrar en contra de su conciencia.
Romanos 14:16-19
“No sea, pues, vituperado vuestro bien; porque el reino de Dios no es comida ni
bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Porque el que en esto
sirve a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres. Así que, sigamos
lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.”
La libertad cristiana recibirá un mal nombre si el amor no
gobierna. La comida nunca debe de ser una preocupación importante en nuestras
vidas, pero debemos promover, JUSTICIA, PAZ Y GOZO en las iglesias.
Nuestras acciones deben servir a Cristo y ayudar a otros creyente a creer y
prosperar.
Romanos 14:20-23 “No destruyas la obra de
Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias; pero es
malo que el hombre haga tropezar a otros con lo que come. Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni
nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite. ¿Tienes tú fe?
Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí
mismo en lo que aprueba. Pero el que duda sobre lo que come, es condenado,
porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado.”
Objetivamente, “todas las cosas…son limpias”
1 Timoteo 4:4 “Porque todo lo que Dios creó
es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias;”
Sin embargo, algunos creyentes inmaduros tropiezan respecto
a la carne o al vino.
1 corintios 8: 8-13
“Si bien la vianda no nos hace más aceptos ante Dios; pues ni porque comamos,
seremos más, ni porque no comamos, seremos menos. Pero mirad que esta libertad
vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles. Porque si alguno te ve a
ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en un lugar de ídolos, la
conciencia de aquel que es débil, ¿no será estimulada a comer de lo sacrificado
a los ídolos? Y por el conocimiento tuyo, se perderá el hermano débil por quien
Cristo murió. De esta manera, pues, pecando contra los hermanos e hiriendo su
débil conciencia, contra Cristo pecáis. Por lo cual, si la comida le es a mi
hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi
hermano.
La sensación de libertad de un
creyente en Cristo respecto a estos asuntos no debe trasladarse al comportamiento
público, si a otro creyente esa libertad le resulta escandalosa, debo abstenerme
por amor a el alma de mi hermano.
¿Por qué los
fuertes deben “ceder” a la conciencia del débil?
El camino al amor
lo exige.
Próximo estudio: Los
creyentes hemos de seguir el ejemplo de Cristo.
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