ESTUDIO ROMANOS XIV

 



LA CONSUMACIÓN DEL EVANGELIO

En los mensajes anteriores, hemos abarcado siete secciones del libro de Romanos: introducción,condenación,justificación,santificación,glorificación,elección y transformación.

Ahora llegamos a la última parte, la conclusión (Romanos 15:14—16:27). Aunque el apóstol Pablo ha abordado muchos asuntos en el libro de Romanos, en esta sección nos presenta algunos temas prácticos que podemos experimentar y nos revela plenamente la máxima consumación del evangelio. Uso la palabra revelar porque muchos asuntos preciosos habían estado cubiertos con un velo. En este mensaje veremos algunos de los tesoros que están escondidos y encerrados en la última sección de Romanos.

 

Ninguna de las otras epístolas de l apóstol Pablo tiene una conclusión tan larga como la Epístola a los Romanos. ¿Por qué es tan larga esta conclusión? Dudo que alguno de entre nosotros escribiera una carta de esta manera. Sin embargo, el apóstol Pablo fue muy sabio y profundo, sabiendo que después de la sección sobre la transformación, aun necesitaba presentar la máxima consumación del evangelio de Dios, la cual es la vida práctica de iglesia. Además, no escribió acerca de la vida de iglesia de una manera doctrinal, sino de una forma sumamente práctica. Es por eso que en la conclusión no se halla doctrina alguna; al contrario, todo lo que se encuentra en esta sección es algo que se puede experimentar y poner en práctica. Como vimos, en la sección el apóstol Pablo nos habló del celo que tenía por predicar el evangelio y de su deseo por visitar España. Él expresó que había recibido la carga de suplir las necesidades materiales de los santos de Judea y que los creyentes gentiles querían ayudarlos.

 

En Romanos 16 aparecen cinco veces las palabras iglesia e iglesias. Si leemos este capítulo cuidadosamente en el espíritu, nos daremos cuenta de que el apóstol Pablo lo escribió con un propósito definido. Toda referencia acerca de la iglesia en este capítulo tiene que ver con la práctica y la experiencia. En Romanos 16:1 el apóstol Pablo habla de Febe, una diaconisa de la iglesia en Cencrea. En Romanos 16:4 él dice que las iglesias de los gentiles estaban agradecidas con Priscilla y con Aquila porque los dos habían arriesgado sus vidas por Pablo y también por las iglesias. En Romanos 16:5 se menciona “la iglesia que está en su casa”, lo cual quiere decir que la iglesia que estaba en Roma se reunía en la casa de Priscilla y Aquila. En Roma os 16:16 el apóstol Pablo menciona las iglesias de Cristo y en Romanos 16:23 dice que Gayo era hospedador de toda la iglesia. El versículo 20 es también muy importante: “El Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesús sea con vosotros”. 

¿De quiénes son los pies bajo los cuales Satanás será aplastado por el Dios de paz?

Son los pies de aquellos que viven la vida de iglesia, y la gracia del Señor Jesús será suministrada a ellos. Finalmente, el apóstol Pablo envía saludos a muchos santos; casi todo el capítulo se ocupa de esto. Es admirable la excelente memoria del apóstol Pablo, porque él recordó los nombres de muchos santos y mencionó sus características personales.

 

La conclusión de Romanos se asemeja a la pintura de un bosque. Si usted contempla la pintura de lejos, solamente verá el bosque, pero no podrá percibir las cosas escondidas, los tesoros ocultos que se hallan entre los árboles y debajo de las hojas.

Es tentador pasar por alto la conclusión, pensando que ya se  han terminado las porciones doctrinales y que no es necesario prestar atención a la lista de nombres del capítulo 16.

Los últimos tres versículos del capítulo 16, constituyen una melodía de alabanza a Dios y uno no debe pasarlos por alto. El Espíritu Santo nos hace  entrar en esta selva y nos muestra algunos de los tesoros ocultos bajo las sombras proyectadas por los árboles. Sin duda la conclusión es la sección más preciosa y valiosa de todo el libro de Romanos. La vida práctica de iglesia está escondida bajo las sombras de los árboles. Podríamos decir que los saludos a los santos son los árboles, y que debajo de los árboles se hallan las iglesias como los tesoros: la iglesia en Cencrea, las iglesias de los gentiles, la iglesia en la casa de Priscilla y Aquila, las iglesias de Cristo y la iglesia que recibía hospitalidad del hermano Gayo. Ahora  consideremos con más detalle esos tesoros escondidos.

 

LA COMUNIÓN EXPRESADA EN EL CUIDADO MUTUO QUE EXISTE ENTRE LOS SANTOS

 

El apóstol Pablo se esmera en establecer la comunión expresada en el cuidado mutuo entre los santos y entre las iglesias (Romanos 16:1-19, 21-23). El inició la comunión en cuanto al cuidado mutuo entre los santos. Él se preocupaba por los santos, por los siervos del Señor y por las iglesias. Él era un hermano totalmente inmerso en dicha comunión. Todos los saludos enumerados en el capítulo 16 de Romanos manifiestan el alcance tan grande de su interés. En este capítulo se revela que las iglesias están incluidas en esta comunión. Esta comunión de cuidado mutuo se hallaba dentro de las iglesias entre los santos y también entre las iglesias mismas.

 

Como dijimos iglesia e iglesias se mencionan cinco veces en el capítulo 16 de Romanos. Ahora examinemos detalladamente cada una de las ocasiones en que se mencionan. En el versículo 1, el apóstol   Pablo dice:

Romanos 16:1 “Os recomiendo a nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia que está en Cencrea”.

Febe era una diaconisa, es decir, una que servía a la iglesia. El apóstol Pablo la tenía en tan alta estima que en el siguiente versículo dijo que “ella ha sido protectora de muchos, y de mí en particular”.

Romanos 16:2 “que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo.”

El término protectora en el griego es una palabra de dignidad que denota una persona que ayuda, sustenta y suministra. Un protector es alguien que está a nuestro lado sirviendo, nutriendo, atendiendo y supliendo todas nuestras necesidades. El hecho de que el apóstol Pablo haya usado este término para referirse a Febe indica cuánto ella era valorada y estimada. Febe era una hermana que servía a otros a cualquier precio y a cualquier costo. Si colaboramos en serio con el Señor en la vida de iglesia, también debemos servir a la iglesia y cuidar de ella sin escatimar el costo. Si no tenemos un corazón para cuidar de la iglesia, somos indignos de practicar la vida de iglesia. El requisito principal para practicar la vida de iglesia es que le sirvamos. La hermana Febe fue una protectora de la iglesia. De igual manera nosotros debemos ser unos servidores en la vida de iglesia.

En segundo lugar, el apóstol Pablo indica que debemos estar dispuestos a arriesgar nuestras vidas por la iglesia. Pablo, refiriéndose a Priscilla y Aquila, dice en Romanos 16:4 que ellos “arriesgaron su vida por mí; a los cuales no sólo yo doy gracias, sino también todas las iglesias de los gentiles”.

Debemos estar dispuestos aun a arriesgar nuestra propia vida por causa de la vida de iglesia. Priscilla y Aquila no estimaron su propia vida como preciosa a ellos, sino que estuvieron dispuestos a velar por el interés de la iglesia aun a costa de su propia vida. Por esa razón, todas las iglesias de los gentiles, esto es, de todo el mundo gentil, estaban agradecidas con ellos. No piense que el apóstol Pablo habló acerca de Priscilla y Aquila de una forma ligera. Él escribió esto con un propósito definido, indicando que si nosotros verdaderamente amamos la iglesia del Señor, debemos estar dispuestos aun a arriesgar nuestra propia vida por ella. Debemos estar dispuestos a pagar el precio no sólo por la iglesia de nuestra localidad, sino también por todas las iglesias. A algunos santos  sólo les interesa su espacio local; esto es completamente erróneo. Priscilla y Aquila tenían el mismo interés por todas las iglesias. Aunque es correcto ser establecidos por el Señor en alguna localidad específica, nuestro corazón debe ser lo suficientemente amplio y ensanchado para abarcar a todas las iglesias.

 

La tercera mención de la iglesia se encuentra en el versículo 5, donde Pablo dice:

Romanos 16:5 “Saludad también a la iglesia, que está en su casa”

Refiriéndose a la casa de Priscilla y Aquila. Por un lado, esta pareja estaba dedicada a todas las iglesias; por otro, ellos estaban dedicadas a su iglesia local en particular. Cuando ellos vivían en Éfeso (Hechos. 18:18-19), la iglesia en Éfeso estaba en su casa (1 Corintios 16:19). Cuando vivían en Roma, la iglesia en Roma también se reunía en su casa. “La iglesia que está en su casa” mencionada en el versículo 5 era la iglesia en Roma. Que la iglesia se reúna en la casa de uno es una carga muy pesada. No obstante, Priscilla y Aquila eran absolutos para la vida de iglesia; no les importaba lo pesado de tal carga.

 

En el versículo 16 el apóstol Pablo dice: “Os saludan todas las iglesias de Cristo.”

De pronto el apóstol Pablo menciona “las iglesias de Cristo”. Sin importar en qué ciudad se encuentren las iglesias, en su ciudad o en la mía, ellas son las iglesias de Cristo. La iglesia en toda localidad debe ser la iglesia de Cristo. No debemos decir que la iglesia en tal o cual localidad es la iglesia de tal o cual hermano, pues sería erróneo decirlo. Todos debemos aprender a hablar de “las iglesias de Cristo”.

 

La última mención de la iglesia en Romanos se relaciona con la hospitalidad:

Romanos 16:23 “Os saluda Gayo, hospedador mío y de toda la iglesia”.

Sin la hospitalidad, faltaría algo en la vida práctica de iglesia. Si en cierta iglesia no hay hospitalidad, tal iglesia debe de estar pobre. Por otra parte, cuanto más se practica la hospitalidad, más rica será la vida de iglesia. Gayo no sólo fue el hospedador del apóstol, sino también de toda la iglesia. No creo que él hospedara a toda la iglesia a la vez, pero tal vez todos los santos que viajaban a esa ciudad y permanecían allí por un tiempo eran hospedados por él. Su hogar estaba siempre abierto y disponible para todos los santos de verdad. La vida genuina de iglesia depende de este tipo de práctica hospitalaria. Cuando un hogar se abre a la hospitalidad, será llena de la bendición de Cristo. Este asunto es muy práctico.

 

En resumen, podemos enumerar estos cinco aspectos de la vida de iglesia: servir a la iglesia; estar dispuestos a arriesgar nuestra vida por la iglesia; tener la iglesia en nuestro hogar; nunca considerar la iglesia como la iglesia de nadie, sino estar conscientes de que es la iglesia de Cristo; brindar hospitalidad a toda la iglesia; y ser hospitalarios para con todas las iglesias. El apóstol Pablo, en los saludos que da en Romanos 16, muestra los asuntos básicos que indican la vida apropiada de iglesia, tanto en la iglesia local en particular como entre todas las iglesias. Sus saludos también subrayan las cualidades de muchos de los queridos santos. Así que, en Romanos 16 vemos las iglesias en las distintas localidades y los detalles de la vida genuina de iglesia expresada por medio de los atributos y las virtudes de muchos santos. Ésta es una descripción completa de la vida de la iglesia primitiva. Una vez más digo que en Romanos no encontramos la doctrina de la iglesia; al contrario, contemplamos la vida de iglesia en práctica. De ahí que, la máxima consumación del evangelio es la vida de iglesia.

 

Existe un gran contraste entre el capítulo 1 y el capítulo 16 de Romanos. En el capítulo 1 vemos a los pecadores: personas malignas, inmundas y condenadas; pero en el capítulo 16 vemos a las iglesias, las cuales son santas y gloriosas. No existe comparación entre los dos. 

¿Cómo es que esos pecadores viles llegaron a ser las iglesias gloriosas? 

Mediante el largo proceso revelado desde el capítulo 1 hasta el capítulo 16, es decir, el proceso de redención, justificación, santificación, glorificación, elección y transformación. Como resultado de este largo proceso, los pecadores llegaron a ser las iglesias gloriosas, las cuales son santas y al mismo tiempo muy prácticas.

 

Después de los saludos que muestran la comunión de cuidado mutuo entre los santos y entre las iglesias, el apóstol declaró que el Dios de paz aplastaría a Satanás, y que lo aplastaría en breve bajo los pies de los santos que están en la vida de iglesia. 

Romanos 16:20 "y el Dios de paz aplastar a en breve a satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vos otros" 

Si no estamos en la iglesia y no practicamos la vida de iglesia, será difícil que Dios aplaste a Satanás bajo nuestros pies. La vida de iglesia es el medio más fuerte por el que Dios vence a Satanás. Siempre que nos separamos de la iglesia, nos convertimos en presa fácil para Satanás, pues es difícil hacer frente a Satanás individualmente. Pero alabamos al Señor porque cuando estamos en la iglesia y somos uno con el Cuerpo, Satanás es puesto bajo nuestros pies y disfrutamos a Dios como el Dios de paz en la vida de iglesia. Experimentamos y participamos de la paz de Dios al vencer al perturbador, Satanás; pero mientras que este perturbador no esté bajo nuestros pies, nos será difícil tener paz. Cuando él es aplastado bajo nuestros pies en la vida de iglesia, disfrutamos de la paz de Dios como una prueba de nuestra victoria sobre el maligno. Así que, tanto el hecho de que Satanás sea aplastado como el que disfrutemos de la paz de Dios, son experiencias que obtenemos en la vida de iglesia.

El apóstol, después de proclamar que Dios aplastará a Satanás bajo los pies de aquellos que están en la iglesia, les da su bendición, diciendo que la gracia del Señor Jesús estará con ellos (Romanos 16:20). Esto indica que en la vida de iglesia la gracia del Señor Jesús es impartida a todos los santos. Los creyentes en su mayor parte pierden esta gracia porque ellos están apartados de la vida de iglesia. Todos nosotros podemos testificar de que tenemos un rico disfrute de la gracia del Señor cuando vivimos en las iglesias y practicamos la vida del Cuerpo con todos los santos. La iglesia es el lugar donde el Señor imparte Su gracia y donde podemos participar de ella. La iglesia no es solamente el lugar donde podemos aplastar a Satanás bajo nuestros pies y experimentar al Dios de paz, sino también el lugar donde podemos experimentar la rica gracia del Señor.

 

LA ALABANZA FINAL

Romanos 16:25-27 “Al que puede confirmaros según mi evangelio, es decir, la proclamación de Jesucristo, según la revelación del misterio, mantenido en silencio desde tiempos eternos, pero manifestado ahora, y que mediante los escritos proféticos, según el mandato del eterno Dios, se ha dado a conocer a todos los gentiles para la obediencia de la fe, al único y sabio Dios, mediante Jesucristo, sea gloria para siempre. Amén”.

Esta alabanza, dada como conclusión, es semejante a una melodía. El apóstol Pablo hace mención de Dios como “el que puede confirmaros”. En Romanos 16 nuestra necesidad ya no es ser salvos ni ser santificados, sino ser confirmados. Todo lo demás ya ha sido realizado y únicamente nos falta ser confirmados. No somos confirmados por medio de doctrinas ni verdades relacionadas con las varias dispensaciones, sino por medio del evangelio, la predicación de Cristo y la revelación del misterio.

En estos días hay una gran necesidad de que los santos sean rescatados de las doctrinas y prácticas divisorias y de que sean confirmados por el evangelio puro y completo de Dios, por la predicación y ministración del Cristo viviente y todo-inclusivo, y por la revelación del misterio de Dios. Solamente el evangelio puro, el Cristo viviente y la revelación del misterio de Dios pueden confirmarnos y guardarnos en unidad para la vida de iglesia.

 

Este misterio, el cual ha sido mantenido en silencio desde tiempos eternos y no ha sido revelado, consta principalmente de dos aspectos: uno es el misterio de Dios. (Colosenses 2:2), que es Cristo, quien está en los creyentes (Colosenses 1:26-27) como su vida y su todo para que sean miembros de Su Cuerpo; y el otro aspecto es el misterio de Cristo (Ef.3:4-6), que es la iglesia que, como Su Cuerpo, ha de expresar Su plenitud (Ef. 1:22-23). Por lo tanto, Cristo y la iglesia son el gran misterio. 

Romanos primeramente nos dice cómo los creyentes han sido bautizados en Cristo (Romanos 6:3), cómo Cristo ha sido forjado en los creyentes (Romanos 8:10) y cómo los creyentes se han vestido del Señor Jesucristo (Romanos 13:14). Luego nos revela cómo los creyentes son edificados juntamente en un solo Cuerpo (Romanos 12:4-5) para expresar a Cristo.

De esta manera las iglesias han llegado a existir en muchas ciudades de una forma práctica y local, donde todos los santos se aman y tienen comunión los unos con los otros y con todas las iglesias, expresando así el Cuerpo de Cristo para el cumplimiento del misterio de Dios. Ésta es la máxima consumación del evangelio completo de Dios. Por medio de esto Satanás es aplastado bajo los pies de los santos (Romanos 16:20), la gracia de Cristo es impartida a todos los santos y la gloria es y será para Dios por la eternidad. El Dios eterno ha dado a conocer este misterio a todos los gentiles para la obediencia de la fe.

 

En Romanos 15 y 16 Dios es llamado “el Dios de la perseverancia y de la consolación” (Romanos 15:5), “el Dios de esperanza” , “el Dios de paz” (Romanos 16:20), “el eterno Dios” y “el único y sabio Dios”.

Nuestro Dios es rico en muchos aspectos —en perseverancia, en consolación, en esperanza, en paz, en sabiduría y en eternidad—, y el evangelio presentado en este libro es el evangelio de este rico Dios. El evangelio de este Dios tan rico tiene su consumación en la práctica de la vida de iglesia.

 

                        ! AMÉN! 




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