RESUMEN ESTUDIO ANTERIOR: En este estudio analizaremos el mandato de “ANDAR COMO HIJOS DE LUZ”
El centro de este pasaje es que debemos de ser “Imitadores de Dios como hijos amados”.Esto es posible. Andando en amor, andando como hijos de luz y andando sabiamente.
ANDANDO EN AMOR: el apóstol Pablo nos entrega un mandato, junto a lo que es prohibido en nuestras vidas para poder andar en amor. y las razones de ello.
El Mandato: “andad en amor”
¿Cuál es la clave de este amor? La clave de este amor es que es una entrega. Fuimos también entregados a “aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados” su doctrina es nuestro molde, en el cual Dios nos da forma a su imagen y semejanza. Debemos “amoldarnos” a Dios, así como Cristo se amoldo a una humanidad caída para ser su salvador.
La Prohibición: Efesios 5:3-4 “Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias.”
La razón: Efesios 5:5-7 “Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. No seáis, pues, partícipes con ellos.”
Nos lleva a conocer la profundidad del término avaricia que involucra todo deseo del hombre que nace de la insatisfacción y que no es capaz de reconocer que en Dios debe estar pleno. Siendo agradecidos de todo lo que somos en Cristo, estaremos protegidos del pecado de la insatisfacción que acarrea toda clase de males. Alejarnos de toda inmoralidad sexual y toda especie de mal.
ADANDO EN LUZ: Juan 8, 12 “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”
¿Cómo anda un hijo de Dios?’¿Qué significa esto de ser luz?
Somos santos “llamados a no participar del mundo, sino llamados a ser diferentes”. Nuestro deber es reprender las tinieblas y no participar en ninguna manifestación de ellas. Vivir bajo su luz implica hacer cambios en nuestra realidad.
Hoy veremos la tercera forma que nos enseña el apóstol para imitar a nuestro Padre. “ANDANDO SABIAMENTE”.
ANDANDO SABIAMENTE
Efesios 5:15-20 “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
En este gran pasaje el apóstol Pablo está tratando con la preparación de nuestras vidas para vivir de acuerdo a lo que somos para el Señor y para no olvidar que vivimos en una sociedad enferma. Hemos visto que los problemas que los cristianos del primer siglo enfrentaban eran los mismos problemas que enfrentamos hoy, y el mundo en el cual vivían era esencialmente el mundo en el cual nosotros vivimos. Llegamos ahora al pasaje de resumen sobre este tema.
Este pasaje tiene la naturaleza de un resumen. El apóstol está describiendo cómo caminar simplemente como una figura, un símbolo, de cómo vivir. Este pasaje comenzó en el capítulo 4, versículo 17, cuando el apóstol Pablo nos dijo que ya no podemos vivir como lo hacen los gentiles. Entonces describe cómo es eso y continúa exhortando, más bien, a que los cristianos vivan como se les ha enseñado a vivir en Cristo, eso es, a despojarse de la vieja naturaleza y vestirse de la nueva. Ese simple proceso de despojarse y vestirse es lo que el apóstol quiere decir con caminar. Hemos de estar continuamente despojándonos de lo viejo y vistiéndonos de lo nuevo. De eso se trata el vivir cristiano.
Ya ha ahondado con asuntos prácticos en nuestro caminar,” “Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros,”.
Ahora resume esto para nosotros en un intento de poner énfasis sobre las cosas supremas. Comienza con una declaración que dice todo: “Mirad, pues, con diligencia como andéis”. Esa es la cosa suprema, no a dónde caminas, sino cómo caminas. A dónde caminas es un problema relativamente simple, pero cómo estás aplicando este principio en cada momento de tu vida, eso es lo que es importante.
"Andar con diligencia"
Según el Diccionario Práctico de la Lengua Española de, diligencia es “cuidado en la ejecución de una cosa. Prontitud, agilidad, prisa”. Una persona diligente es descrita como alguien “cuidadosa, rápida, activa”.
Una persona diligente es aquella que tiene una actitud favorable hacia el trabajo y las obligaciones, que busca hacer las cosas prontamente, haciendo uso de su inteligencia, con economía de recursos y alto grado de eficiencia.
La diligencia, en sentido más alto, es el esmero y el cuidado en ejecutar algo. Una prontitud de hacer algo con gran agilidad tanto interior como exterior. Como toda virtud se trabaja, verdaderamente poniéndola en práctica.
¿Qué dice la Biblia de la diligencia?
Salomón dice en Eclesiastés 9:10 “Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas”.
Jesús dijo: Mateo 24:46 “Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así”
Por lo tanto nuestro Señor Jesucrito espera responsabilidad y esmero de parte nuestra.
El enfatiza esto en Lucas 16:10-12 “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro?
En otras palabras, ¿si no tomamos en serio las pequeñas responsabilidades, cómo nos podrán dar unas más grandes?
Dios valora inmensamente la diligencia.
“Diligencia es una palabra muy importante en la vida del creyente. Diligencia es exactitud, rigurosidad; y lo que el apóstol Pablo pide es ser diligente en nuestro caminar. En cada paso de nuestra vida, debemos meditar como caminamos, si lo estamos haciendo bien o mal, si caminamos en sabiduría o en necedad. El necio conoce de Dios pero no practica lo que él manda. En contraste, el sabio conoce y practica lo que Biblia le enseña. El necio no sabe cuál es la voluntad de Dios, pero el sabio la conoce y la vive cada día de su vida. ¿Cómo puedo ser sabio y no necio? Debo dar lugar al Espíritu Santo y ser lleno de él.
Proverbios 12:27 “…haber precioso del hombre es la diligencia”.
Proverbios 21:5 “Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia”.
¡Dios exige diligencia!
Deuteronomio 6:17 “Guardad cuidadosamente los mandamientos del Eterno vuestro Dios, y sus testimonios y sus estatutos que te ha mandado”
Deuteronomio 28:1 “…si oyeres atentamente la voz del Eterno tu Dios… también el Eterno tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra”.
Hebreos 11:6 muestra que Dios toma muy en serio la diligencia:
Hebreos 11:6 “Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que lo buscan”.
Tenemos que luchar por las metas que Él ha puesto delante de nosotros. Debemos valorar estas cosas por encima de todo lo demás.
Mateo 6:33 “buscar primeramente el reino de Dios y su justicia”
"Andad como sabios", camina con entendimiento.
La sabiduría es una cualidad atribuida a quien posee una gran cantidad de conocimientos y se distingue por usarlos con prudencia y sensatez.
La sabiduría se desarrolla con el tiempo, a partir de las experiencias propias y ajenas, y de la observación y la reflexión sobre la vida. De allí que dos fuentes fundamentales para cultivar la sabiduría sean la memoria y la experiencia.
La sabiduría dota al individuo de un mayor entendimiento y profundidad en el conocimiento sobre las circunstancias que determinan la existencia. Además, proporciona al individuo herramientas para el acertado discernimiento entre aquello que es bueno y lo que no.
Según este pasaje, algunas de las áreas de nuestras vidas en las que debemos actuar con sabiduría son:
La Conducta: Efesios 5:15 “Anda como sabios, no como necios”
El tiempo: Efesios 5:16 “Aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”
La mente: Efesios 5:17 “No seáis insensatos, sino entendidos de cual sea la voluntad del Señor”
El cuerpo físico y espiritual: Efesios 5:18 “No os embraguéis con vino, sed llenos del Espíritu Santo”
Las relaciones: Efesios 5:19 “Hablando entre vosotros con salmos, himnos y cánticos espirituales”
Las actitudes: Efesios 5:20 “Dando siempre gracias por todo a Dios”
¿Qué dice la Biblia de la sabiduría?
Según la Biblia, Dios es la fuente primordial de toda sabiduría, pues sus enseñanzas “son la fuente de la sabiduría, y ella nos enseña a obedecer sus mandamientos eternos”
En relación al contexto de lo que tratamos, el apóstol Pablo nos exhorta a ser sabios utilizando todo el conocimiento que nos ha dado para enfrentar de manera prudente y sensata la vida. De nada nos servirá este conocimiento, sino reflexionamos sobre el en relación a nuestras propias vidas, para producir los cambios necesarios hoy. Debemos ser capaces de diferencias ya lo buenos de lo malo y escoger diligentemente por donde transitamos y como lo hacemos en este tiempo adverso.
El apóstol Pablo está tratando con el asunto de los tiempos en lo que vivimos y dice: “Entended esto, sed sabios; no seáis insensatos sino actuad como un hombre sabio”. ¿Cómo? ¡Al aprovechar al máximo el tiempo, porque los días son malos!. Comprendiendo el carácter de la vida.
Aquí nos enseña un principio de aprovechar las oportunidades que se nos presentan. Esencialmente podemos ver que los días malos crean oportunidades y, por tanto, entendemos esto, debemos aprovechar al máximo esas oportunidades que son creadas por los días malos.
“aprovechar bien el tiempo, porque los días son malos”
Significa “acaparar”. Es una palabra de mercado. Analicemos este término en relación a lo que vivimos hoy. Este tiempo trae ansiedad de adquirir bienes, de rebajas, la gente quiere acapara por la inseguridad. Esta ansiedad les dice aprovecha las ofertas, acapáralas.
Esto es exactamente lo que el apóstol nos dice a nosotros en buena forma. “Acapara las oportunidades que son creadas constantemente por los días malos”. Dios siempre nos sacará al desierto para ser probados.
¡Esto está a años luz de la perspectiva que muchos cristianos tienen de los días malos! La mayoría de nosotros consideramos los malos días como obstáculos, como circunstancias de derrota, como presiones que tienden a hacernos incapaces de ser cristianos. “No podemos echarle la culpa a las circunstancias como una excusa para no ser lo que debiéramos de ser”.
El apóstol le escribe de esto a hermanos que vivían en Éfeso, un lugar comercial de mucha prosperidad; quizás ellos podrían haberse reído de esto, ¿Qué necesidad tenían?, pero Dio sabía lo que venía más adelante y debían estar preparados y no confiar en lo temporal, que solo ofrece una seguridad parcial.
Queridos hermanos, estas dificultades no vienen para complicarnos la vida, vienen para hacernos avanzar. Recordemos lo que nos ha enseñado el apóstol Pedro también. Si no estamos bajo presión, ¿cómo podríamos manifestar la infinita gracia de Dios? “Estos son los mejores días que hemos tenido”.
1 Pedro 4:12 “Amados, no os sorprendáis del fuego de la prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciera”
Nada de lo que vivimos hoy, ha de ser extraño para el hijo de Dios que conoce los tiempos y sabe que su Dios está en medio de todo y de todos. No ha habido reino en este mundo en el cual él no haya hecho su voluntad más alta.
Las pruebas están diseñadas con un fin. Nunca podríamos demostrar lo que es ser un cristiano si no fuera por los días malos. ¿Qué aprendemos de todo esto? La primera cosa importante sobre vivir la vida es: caminar con comprensión.
Dios quiere que seamos sabios y comprendamos su voluntad para nuestras vidas. A medida que obedecemos su voluntad, “aprovechamos las oportunidades” (aprovechando bien el tiempo) y no desperdiciamos el tiempo, ni la energía, ni el dinero, ni el talento en lo que está fuera de su voluntad. Las oportunidades perdidas nunca se recuperan; han desaparecido.
“no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor”.
¿Estamos conscientes de lo que Dios quiere en cada situación? Generalmente lo relacionamos en términos de dirección, donde vivir, que trabajo aceptar, cuando casarme, etc. Pero la dirección no es el problema mayor ni el factor mayor en entender la voluntad del Señor. Dios no está tan interesado en lo que hacemos sino más bien en lo que somos. Lo que somos, esa es la cosa importante, lo que somos en cada situación. Es de esto de lo que está hablando el apóstol.
En el verso 10 vimos lo que dijo ya el apóstol: “comprobando lo que es agradable al Señor”. Esa es la misma cosa que comprender lo que es la voluntad del Señor. ¿Qué es agradable al Señor? Sólo una cosa: ¡Fe!
Fe es creer a Dios, creer lo que dice sobre la vida, creer lo que dice sobre la gente, sobre nosotros mismos, sobre la necesidad de la gente, analizando y entendiendo lo que está ocurriendo alrededor nuestro en términos de los que las Escrituras han revelado; eso es la fe: actuando sobre esa base.
No debemos vivir solo intentando conseguir dirección en cuanto a donde ir, como actuar, sino preocupémonos primero y decidamos en base a lo que la Palabra de Dios dice sobre ello; reflejando el punto de vista de Dios. Una vida de fe reflejará verdaderos valores cristianos; para poder ser personas llenas de amor de Cristo, de compasión y autocontrol, aun en medio de circunstancias desafiantes.
Obedezcamos y no seamos insensatos como el apóstol exhorta a los Gálatas.
Gálatas 3:1-3 “!!Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado?. Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?. ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?
¿Entendiste que habías de comenzar tu vida cristiana creyendo en Dios por fe, pero ahora vas a intentar vivirla al aceptar los principios del mundo alrededor de ti y su forma de pensar, y por tanto tener éxito? ¡Oh, gálatas insensatos! Nunca funcionará. No seas insensato, sino entiende que en cada situación, día o noche, veinticuatro horas al día, Dios espera que tengas fe.
Hebreos 11:6 “Pero sin fe es imposible agradar a Dios”
Si intentamos vivir la vida como cristiano amoldándonos al carácter general de aquellos a nuestro alrededor, no estamos viviendo por fe. Incluso si planeamos cambiar con nuestros mejores esfuerzos a parte de la fe y no se amoldan al razonamiento bíblico, no estamos agradando a Dios. Estamos fallando el blanco totalmente. La vida que le place a Dios, es la vida que cree lo él dice y actúa sobre ello. Debemos mirar más allá de lo inmediato a las cosas eternas; mirar más allá de lo visible a lo invisible y caminar en la luz de aquello que es real. Eso es lo que quiere decir nuestro apóstol.
“Ve con cuidado como caminas. Camina de forma inteligente, con discernimiento.”
"Sed llenos del Espíritu Santo"Efesios 5:18 “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,”
Ahora aquí el apóstol Pablo, presenta el gran secreto del cristianismo real: la posibilidad de ser llenados con el Espíritu Santo. ¡Qué inteligencia de nuestro apóstol para poner dos cosas tan interesantes en contraste!
Hay cosas en la vida que tienden a llevarnos a beber ¿Cuál escoges tú?
Si escogemos el vino será un estimulante que nos llevara a la disolución. ¿Qué dice la Biblia de esto? La disolución viene de la palabra de raíz griega “asotia”, que significa “sin ningún límite, con abandono imprudente”. Se refiere al escapismo y a la tendencia a deshacernos de toda restricción y vivir sin control.
El vino siempre estará para ofrecernos ayuda cuando hayan presiones en la vida, cuando sus demandas sean tan severas que necesitemos de estimulación, algo que nos apoye un poquito, que nos dé un poco de confianza en nosotros mismo y nos ayude y fortalezca. Pero no debemos dejar que sea el vino o cualquier otro estimulante artificial el que nos ayude, porque, la palabra dice que hay problemas con esto; el vino lleva a una falta de control.
Pero en contraste a eso dice: satisfaz tu necesidad de algo para estimularte y fortalecerte siendo llenos del Espíritu, ya que esa es la provisión de Dios para esta necesidad de la vida humana. Debemos constantemente sentir la necesidad de Dios. No fuimos hechos para ser autosuficientes, ni criaturas independientes.
Que nuestra única necesidad sea Dios para enfrentar la vida dura que nos rodea. Solo él nos fortalece y establece en él mismo. Solo debemos cuidar que el estímulo sea de la fuente apropiada: “sed llenos del Espíritu”.
¿Cuál es nuestra fuente para beber entonces?
Nuestro Señor Jesús lo dijo bellamente cuando se sentó en el pozo en Samaria, polvoriento y cansado después de haber estado andando todo el día. Una mujer vino a tomar agua del pozo y Él le dijo: “Dame de beber”
Juan 4.9-11,13-14 “La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva?...Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.”
El pozo ha de estar en nosotros, y hemos de tomar de él en cualquier momento, todo el tiempo. El Espíritu Santo es el pozo. Eso es el fortalecimiento que viene desde dentro, y hay bastante ahí para cualquier situación. Hay recursos adecuados para cualquier demanda de la vida que se nos presente. Debemos ser lleno del Espíritu, recurriendo al pozo que está en nosotros, el cual va con nosotros a todas partes a donde vayamos. ¡Bebamos de él!
“Sabios en nuestras relaciones y actitudes”
Efesios 5:19-20 “hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.”
Estas son las marcas de aquel que constantemente está bebiendo de este pozo del Espíritu Santo. En otras palabras, una señal de la vida que está llena del Espíritu es que esteráremos hablando sobre lo que hemos leído en las Escrituras, lo que el Señor nos ha enseñado de Su Palabra. Hablaremos los unos con los otros sobre estas cosas que Dios nos ha enseñado en la Palabra y cómo relacionarlas con la vida. Esa es la primera señal.
Ahora cantamos desde el corazón, y podemos hacerlo bellamente. Es como un burbujeo interior que significa que no importa lo malas que sean las cosas en el exterior, en el interior son maravillosas. Sabemos que Dios está en control y Él está arreglando las cosas, y no podemos estar preocupados aunque todas las cosas estén mal en el exterior.
Si damos siempre gracias por todo; descubriremos que eso elimina cada actitud de queja y murmuración.En las situaciones difíciles tenemos la oportunidad de
manifestar la vida de Jesucristo. Por lo tanto, no nos quejemos. Demos gracias, Dios tiene un propósito en
todas estas cosas.
"Sed pues imitadores de Dios, andando en amor, en luz y en toda sabiduría."
PRÓXIMO ESTUDIO:"Someteos los unos a los otros".
Algo fundamental en el mensaje de Efesios es la nueva creación de la familia humana según la intención original de Dios. La nueva creación destruye la visión equivocada de que Dios acepta al judío y rechaza al gentil. El apóstol Pablo afirma que la muerte sacrifical de Cristo abolió esta distinción. Entonces ya nada impide que la humanidad se una como pueblo de Dios, con Cristo a la cabeza. El nuevo cuerpo, la Iglesia, ha recibido poder del Espíritu Santo para experimentar una nueva vida y poner en práctica nuevos principios. El énfasis global de Efesios está en la unidad de la Iglesia en Cristo, mediante el poder del Espíritu.
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