Salmos 30
Acción de gracias por haber sido librado de la muerte
Salmo cantado en la dedicación de la Casa.
Salmo de David.
Salmos 30:1-12 Te glorificaré, oh Jehová, porque me has
exaltado, Y no permitiste que mis enemigos se alegraran de mí. 2 Jehová Dios
mío, A ti clamé, y me sanaste. 3 Oh Jehová, hiciste subir mi alma del Seol; Me
diste vida, para que no descendiese a la sepultura. 4 Cantad a Jehová, vosotros
sus santos, Y celebrad la memoria de su santidad. 5 Porque un momento será su
ira, Pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, Y a la
mañana vendrá la alegría. 6 En mi prosperidad dije yo: No seré jamás conmovido,
7 Porque tú, Jehová, con tu favor me afirmaste como monte fuerte. Escondiste tu
rostro, fui turbado. 8 A ti, oh Jehová, clamaré, Y al Señor suplicaré. 9 ¿Qué
provecho hay en mi muerte cuando descienda a la sepultura? ¿Te alabará el
polvo? ¿Anunciará tu verdad? 10 Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí;
Jehová, sé tú mi ayudador. 11 Has cambiado mi lamento en baile; Desataste mi cilicio,
y me ceñiste de alegría. 12 Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré
callado.Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.
David siempre manifestó gran confianza
en que Dios le daba la victoria. Esa
seguridad lo llevó a ganar muchas batallas, en muchas oportunidades. Dios le protegía
delante de sus enemigos y le guardaba la
vida.
De ser un pastor de ovejas,
despreciado por sus hermanos y de huir del rey Saul para salvar su vida, pasó a
ser el rey de Israel. Pero nada de eso lo enorgullecía, ya que tenía bien claro , que no había sido gracias a
sus habilidades sino a que Dios peleaba por él. Dicho reconocimiento lo llevo a
quererle hacer un mejor lugar en donde el arca del pacto del Señor descansara, y no morase más en un toldo o tienda de campaña.
2 Samuel 7, nos narra el momento
histórico en que Dios le da reposo de todos sus enemigos a David; y morando él
en su casa de Cedro tiene el deseo en su corazón de hacerle casa a Dios. Pero
el Señor no se lo permitió diciéndole por medio del profeta Natán que David no
le edificaría a Dios; sino que Jehová se la edificaría a él.
2 Samuel 7: 11 Asimismo Jehová te hace saber que él te
hará casa.
El titulo de este cantico nos
muestra la ocasión para la cual fue compuesto “La dedicación de la casa”. No se
dice exactamente cual casa, pero existen dos posibilidades. La dedicación de la
casa de David, es decir el palacio real, esta puede ser la ocasión más
probable. La otra es la dedicación del templo, ya que David preparó todo para
que su hijo lo construyera.
Sea cual sea el evento, debemos
tener claro que el enfoque principal de lo expresado, es por la fidelidad del
Señor, por eso David lo alaba.
Te glorificaré, oh Jehová, porque me has exaltado, Y no permitiste que
mis enemigos se alegraran de mí.
En la dedicación de su propia
casa, David no se exaltó a sí mismo, más bien al Señor. Lo que pudo haber sido
entendido como el logro de un hombre, fue la ocasión para alabar a Dios.
David tenía claro de donde Dios
lo había sacado y Dios mismo se lo recordó.
2 Samuel 7: 8-9 Ahora, pues, dirás así a mi siervo David:
Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las
ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel; 9 y he estado
contigo en todo cuanto has andado, y delante de ti he destruido a todos tus
enemigos, y te he dado nombre grande, como el nombre de los grandes que hay en
la tierra.
Quizás todos sus días difíciles pasaron
por sus recuerdos, por eso siempre le vemos dando testimonio de lo bajo que cayó
en su vida y de ahí Dios le sacó para ponerlo en las alturas. La exaltación
vino de Dios, no del hombre, y al salir de esas profundidades dirigió su
agradecimiento al Señor.
Este canto comienza con una promesa
de parte de David. Va a glorificar a Dios y a ponerlo en un lugar de
prominencia, de prioridad.Sabe que el verdadero hijo de Dios deberá
poner al Señor en primer lugar siempre.
¿Qué lugar ocupa Dios en nuestra
vida? La Biblia nos enseña a glorificarle, es decir darle el primer lugar. Por
lo tanto, nada ni nadie le debe ser competencia.
El salmista nos da una gran lección
aquí. Dios es quien debe llevarse el crédito siempre.
Lucas 17:10 Así también vosotros, cuando hayáis hecho
todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que
debíamos hacer, hicimos.
El crédito siempre es del Señor,
porque somos lo que somos, gracias a él. David le dice con asombro “oh Jehová”.
El recuerda que Dios ha hecho una promesa y la ha cumplido. Dios había prometido
lo que pasaría y así fue hecho. Dios lo ha sacado de un lugar muy bajo y lo ha
exaltado sobre sus enemigos.
Dios lo había sacado de lo más
bajo, como se saca agua de un pozo, para luego sacarlo de las cuevas para sentarlo en un
palacio.
Salmos 30: 2-3 Jehová Dios mío, A ti clamé, y me sanaste. 3
oh Jehová, hiciste subir mi alma del Seol; Me diste vida, para que no
descendiese a la sepultura.
David vivía con una dependencia de oración hacia Dios, seguro de que El Señor le ayudaba y le rescataba, razón por la cual oraba aún más a Él. Lo más probable es que hubo muchas ocasiones en donde recibió sanidad de parte de Dios, en sus enfermedades como en sus heridas de batallas.
Muestra su estado de aflicción diciendo que se sentía enfermo,
afligido y prácticamente estaba en la
sepultura, de donde no podía salir; pero la mano de Dios lo socorre. El Señor no
permitió que descendiera, lo levantó de la tumba a la vida; por eso está tan gozoso Estaba muerto y ahora tiene vida.
El rey no estaba exagerando, hubo
momentos en su vida cuando todo parecía perdido. Dios milagrosamente tenía un plan para él, por eso no lo hizo
descender a la sepultura.
En estos versículos hemos visto,
como el Señor trabaja en nuestras vidas. Él es quien exalta cuando todo parece
perdido. Por eso todo el crédito debe ser de Él.
El salmista alaba al Señor porque su ira es pasajera.
Salmos 30: 4-10 Cantad a Jehová, vosotros sus santos, Y
celebrad la memoria de su santidad. 5 Porque un momento será su ira, Pero su
favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, Y a la mañana vendrá la
alegría. 6 En mi prosperidad dije yo: No seré jamás conmovido, 7 Porque tú,
Jehová, con tu favor me afirmaste como monte fuerte. Escondiste tu rostro, fui
turbado. 8 A ti, oh Jehová, clamaré, Y al Señor suplicaré. 9 ¿Qué provecho hay
en mi muerte cuando descienda a la sepultura? ¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará
tu verdad? 10 Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí; Jehová, sé tú mi
ayudador.
Durante su caminar antes de ser rey
tuvo que pasar por la escuela del dolor. Experimentó la ira de Dios, estuvo al
borde de la muerte. Aun así su deseo de alabar a Dios no decayó. Siempre tuvo
la seguridad de que Dios lo estaba capacitando.
El nos anima a alabar a Dios porque su enojo es pasajero ¡hermoso y misericordioso es el Señor! El salmista no invita a todo el mundo, aquí está llamando a aquellos que han sido justificados por Dios, sus santos. Nosotros así como David, tenemos razones similares para alegrarnos en Dios. Hemos sido perdonados, justificados, redimidos , santificados, en el precioso nombre de Jesús.
Debemos estar juntos, y como hace David, en señal de gratitud, ir a su casa, pues es una gran
ocasión para recordar las misericordias de Dios y alabar su santo nombre en la
congregación.
“Porque un momento será su ira, Pero su favor dura toda la vida.”
El salmista en esta dedicación
nos recuerda un atributo divino muy importante; su ira.
Indica que cuando el Señor se enoja,
es por un poco de tiempo, pero su amor permanece para siempre. Dios nos ha
tenido que pasar por el fuego de la disciplina, igual que a David. El nos recuerda
que tuvo que recibir la mano pesada de Dios. Pero esa mano disciplinaria vino
por un corto tiempo a su vida y luego vino largamente para acariciarlo. Un
breve momento de disciplina, es nada comparada con una eternidad sin Él.
El tiempo que dura la ira de Dios
con nosotros sus hijos es solo un parpadeo, y el resto del tiempo que nos
quede, debemos usarlo para bendecirle. El rey David nos dice que el enojo del
Señor es nada, con el tiempo de gozo que nos da.
Quizás por la noche nos dormiremos
con lágrimas, pero nos levantaremos con alegría. La tristeza no se sentirá
mucho, porque al dormir el tiempo se pasará rápido. Además la alegría hará que nos
olvidemos del dolor, porque estaremos despiertos por un periodo mucho mayor. La
eternidad.
El rey también nos enseña que Dios nos ha puesto en un lugar seguro, igual
que a él. Dios lo colmó de victorias en
su peregrinar, por eso se sintió completamente seguro. En un momento también pensó
que su situación era imposible, pero sabía que junto al Señor nada ni nadie lo podían
derrumbar. Se sintió seguro porque Dios estaba al frente.
Él nos hace reflexionar ¿En quién
tenemos nuestra seguridad? sino es en Dios mismo sufriremos una terrible desilusión.
Solo Dios provee seguridad plena.
Para el rey David lo que más
causa consternación en su vida, es saber que Dios no estaba con el. Por eso
dice “escondiste tu rostro , fui turbado”
Aunque todo parezca estable en la vida, si Dios no se comunica con nosotros, estamos
en incertidumbre. Es como un niño cuando se ve solo sin su padre.
Cuidemos de no perder nuestra
comunión con Dios, el no tenerle a nuestro lado, es causa de mucho temor.
Digamos como el rey David. “A ti, oh
Jehová, clamaré, Y al Señor suplicaré.”
David sabía que no había otro
lugar mejor a donde suplicar por ayuda que en trono celestial Su búsqueda de
Dios no era solo una oración, era un clamor, una súplica. Aunque Dios le turbe,
David está consciente que Dios está trabajando en su vida, no hay necesidad de
ir a otro lugar. Puede clamar todo el tiempo que quiera y en todo momento
y lugar.
Aprendamos del testimonio de
David,, cualquiera sea nuestra situación, clamemos intensamente. Si no hay
pecado esta suplica llegará. Si hay pecado, arrepentirse es el camino a su
corazón.
También aprendamos de gran deseo
del rey por alabar al Señor en esta vida. Mientras tengamos aliento, no nos
privemos de ese gran privilegio de adorar a nuestro Dios.
El sufrimiento del salmista es transformado en alabanza
Salmos 30:11-12 Has cambiado mi lamento en baile; Desataste
mi cilicio, y me ceñiste de alegría. 12 Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y
no estaré callado.Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.
David vivió muchos años en el
dolor, in saber que ese dolor daría a luz el momento glorioso que ahora vive. Al
ser transformado su sufrimiento, no podía contener su canto de alabanza al
Señor.
“Has cambiado mi lamento en baile”
Dios obró un cambio radical en su
vida, una vuelta completa, cambió su tristeza en alegría.
La palabra “baile” en hebreo no es
la misma que español, la idea de una danza. La palabra laud era usada por los hebreos para contrastar el luto con una
música muy alegre. Por otro lado la palabra para “cambiar” es hapak, expresa aun movimiento de un lado
a otro. No indica un cambio de una cosa por otra, no indica un remplazo. Esta
palabra habla de una transformación de una cosa en algo más. Habla de una
conversión, pasar de un estado a otro.
El Señor Jesús habla de este
cambio. Les dice a sus discípulos que esa tristeza que tenían porque les
dejaría, se tornaría en gozo.
Juan 16:20-21 De cierto, de cierto os digo, que vosotros
lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis
tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo. 21 La mujer cuando da a luz,
tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño,
ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el
mundo.
Ese hijo que te causó dolor, es
el mismo que ahora te produce un gozo tan grande que no recuerdas el dolor. Lo
mismo sucede con la muerte. Es la puerta que Dios abre para una eternidad
gloriosa.
Lo que David está diciendo es que
Dios moldeo esa tristeza de tal forma que sacó de ella alegría. No quitó la
tristeza, sino que la fue transformando para que tomara forma de alegría al
final. Ese lamento es necesario para poder llegar al baile.
Para el adolorido David, el vivir
en la cueva fue necesario para poder llegar al palacio. La dedicación de la
casa era un momento de gran alegría, para recordar cada misericordia dada a su vida y agradecer tales bondades. Su presente es el Señor...la tristeza había quedado en el pasado.
Queridos hermanos, no nos
desesperemos en medio del dolor. Como podemos ver, Dios así nos moldea para sacar
de ahí algo bueno para su gloria y honor.
¡Porque todo ayuda para bien, a los que amamos a Dios!
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