Aprendamos del Salmo 34

 

Salmo 34

La protección divina

Salmo de David, cuando mudó su semblante delante de Abimelec, y él lo echó, y se fue.

El periodo en que el rey David escribe este salmo, se sitúa cuando él ya había sido ungido rey de Israel, pero seguía estando bajo el mandato del rey Saúl, el cual ya estaba desechado por el Señor. Tras varios intentos del rey Saúl para matarle, David huye al desierto y llega al reino filisteo. Dado al peligro que corría  en  ese reino, y temiendo pos su vida, esconde su identidad. Pero los enemigos se dan cuenta de que tienen presente entre ellos al guerrero estrella del ejército de Israel. David se escapa de una muerte segura, fingiendo locura salva  vida, para  luego huir en búsqueda de un lugar seguro. En su escape llega a la cueva de Adulam.

1 Samuel 22:1-2 Entonces David salió de Gat y escapó a la cueva de Adulam. Al poco tiempo sus hermanos y demás parientes se unieron a él allí. Luego, comenzaron a llegar otros—hombres que tenían problemas o que estaban endeudados o que simplemente estaban descontentos—, y David llegó a ser capitán de unos cuatrocientos hombres.

David enfrenta un cambio drástico y dramático en su vida. De ser el yerno del rey y el héroe de Israel, pasa a ser un fugitivo que debe vivir en una cueva, sin seguridad, sin familia, sin comida, sin esperanza en el futuro. En este mismo lugar,  se le unen cuatrocientos hombres que huían del régimen injusto del rey Saúl. Estos eran los afligidos, los endeudados, los amargados, que al unirse a David le nombran su jefe.

El desafío para David era que hacer para que estos hombres permanecieran fieles al Señor, a pesar de sus circunstancias. Haber sido ungido rey pero obligado a huir del palacio- David sabe que el Señor se ha comprometido con él. Por eso le llama por su nombre personal, Jehová. "Yo soy el que soy" significa "yo te he llamado y también te ayudaré hasta el fin". Siendo así el caso, David sabe que el Señor suplirá todo lo que necesite por el camino. De momento no tienen para comer ni para el día siguiente, pero si le dan a Dios el primer lugar en sus vidas, la ayuda llegará. Si se mantienen en el temor de Dios, él será su sustento. Dará su dirección. Tratará con los enemigos. Los librará de todos sus temores, de todas sus angustias. "Muchas son las aflicciones del justo" dice David (lo está aprendiendo en carne propia), pero "de todas ellas le librará Jehová".

En este momento de gran necesidad, David escribe este salmo manteniendo firme su fe y seguridad. También es la forma en que puede ser el líder que estos desamparados y decaídos necesitan. Sus compañeros de huida le ayudan a mantenerse reconfortado. Su alivio personal se va convirtiendo en ánimo para otros. El descubre que el Señor le ayudará y suplirá toda necesidad.

La seguridad y alabanza de David se transforma en la esperanza de quienes le rodean.

Salmos 34:1-3 "Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca. En Jehová se gloriará mi alma; lo oirán los mansos, y se alegrarán. Engrandeced a Jehová conmigo, y exaltemos a una su nombre."


El tiempo en que David escribe este salmo, es el tiempo de la adversidad. Aquellos momentos en  que el alma se turba y solo se busca una salida a la situación. Pero ¿en quién se pondrá la confianza?, ¿hacia dónde mirar? Él está en una cueva como fugitivo, apenas ha salvado su vida de los filisteos y ahora debe lidiar con hombres que están en la misma situación que él.


Si yo tuviera que escoger un ejército para defenderme, no escogería uno de afligidos, endeudados y amargados. Definitivamente no sería buena idea. Si yo estuviera deprimida no buscaría a otros que estén iguales o peor que yo. Buscaría a unos que tuvieran mejor ánimo. Que me dijeran que no hay problemas que no se puedan solucionar. Pero Dios usa medios que no entendemos para mostrarnos su poder. Es aquí, en la cueva de Adulam, donde se forman los valientes

Esta cueva, fue para todos ellos un lugar de refugio.  No es casualidad que Adulam signifique " lugar de refugio o reposo", "lugar cerrado". En ella fueron moldeados para cumplir el propósito de Dios en sus vidas. Muchos en esta cueva sufrieron una transformación. El Señor trató las heridas de todos en ese lugar. Principalmente de David quien se sentía traicionado, incompetente, herido emocionalmente, desgatado espiritualmente. El había tomando decisiones en su carne al fingir locura para escapar del rey filisteo. Dios lo había llamado a ser Rey y ahora parece un loco dejando correr saliva de su boca y pintando paredes en Filistea. Cuando perdemos la perspectiva, terminamos en la carne y luego nos deterioramos y terminamos en formas a las que Dios no nos llamó.
David sabía que debía sanar y así poder ayudar a sanar a todos los que le seguían. No había otra alternativa. ¿Cómo enfrenta la cueva de Adulam?.

David encontró la forma de salir de esta cueva que le brindó grandes lecciones a el y a los suyos. Aunque para algunos esa cueva era “un lugar fuerte” que servía de refugio, protección y escondedero, ese no era el lugar que Dios quería para David, y por eso él debe darle la espalda a la cueva que servía de refugio, a la aflicción, a esa vida escondida y apocada, y entrar a la tierra prometida. En lugar del lamento decide alabar, agradecer, y así avanza hacia lo nuevo de Dios.
Decide conocer de nuevo a Dios, (volver a tener una relación fresca), apela a su favor, aprende a mirar como Dios mira. Busca ser de bendición intentando todo en las fuerzas de Dios, y luego observa la victoria por fe. 

El saca las mas grandes lecciones en esa cueva. Por esta razón,las primeras palabras que escribe en este salmo, nos dice que el encontró el alivio correcto.  "Bendeciré a Jehová en todo tiempo”. ¡Qué salvación! Esto hay que recordarlo siempre. Experimentar la corrección, sanidad en la salvación de Dios llena nuestra boca de palabras de alabanza y nos libra de todo trance agudo. Aunque el Señor puede librarnos de todo en este mundo. No hay mayor gozo que tener la conciencia de haber sido librado de la condenación eterna por medio de la fe en Jesucristo.

David entendió que su alegría fundamentada en la salvación del Señor seria contagiosa "Lo oirán los mansos y se alegrarán". Son los mansos: los que se han visto privados de tierras, trabajos, recursos, y familia bajo el reinado de Saúl. Son los afligidos, los endeudados, los amargados. Son personas que sienten su necesidad de Dios, los "pobres en espíritu" de que habla nuestro Señor en Mateo.

 Mateo 5:3 “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.”

Sentirnos así de necesitados es el comienzo de la bendición, porque la necesidad nos lleva a clamar al Señor, y él "librará al menesteroso que clamare, y al afligido que no tuviere quien le socorra" Salmos 72:12.

Pero ¿es posible bendecir al Señor en todo tiempo? Dios es el que promete y cumple para los suyos. Jesús dice a sus discípulos.

Lucas 10:20 "Regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos"

 El apóstol Pablo dice algo parecido en sus cartas:

1 Tesalonicenses 5:18 "Dad gracias en todo",

Filipenses 4:4 "Regocijaos en el Señor siempre"

En este salmo David traspasa su confianza a toda la congregación, exhortando a estar confiados siempre, en todo tiempo, en los buenos y malos momentos. También enseña a no olvidar de ser constantes en esto. "Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca.

Debemos siempre reconocer la inmensa necesidad del Señor, conscientes de que solo él tiene el poder de hacer lo imposible. Seamos mansos y reconozcamos el poder infinito de nuestro Dios.

La liberación del peligro recuerda que el Señor suple para los suyos

Salmos 34:4-10 "Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores. Los que miraron a él fueron alumbrados, y sus rostros no fueron avergonzados. Este pobre clamó, y le oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias. El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende. Gustad, y ved que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en él. Temed a Jehová, vosotros sus santos, pues nada falta a los que le temen. Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien."

Después de miles de años, el testimonio de David sigue siendo poderoso. David buscó a Jehová y lo busco con fe y Dios oyó a su siervo, librándole de todos sus temores.

Como entender a un David que finge locura para salvarse de los filisteos y luego realiza esta exaltada alabanza de seguridad en su Dios. Algunos comentaristas razonan si David pecó con esta actitud y no confió en Dios. Podemos si, tener la seguridad que Dios escucho su declaración de confianza. Quizás en su debilidad reacciono de esta forma poco entendida, pero también es innegable que hubo una reflexión en su corazón para proclamar tales palabras de adoración. Probablemente el verse liberado en esta cueva y la llegada de los cuatrocientos habrá producido en él una profunda convicción de que no era en vano lo que estaba padeciendo porque sin duda Dios tenía un nuevo plan para su vida. Si David pecó o no es materia de disputa; pero esto es indudable, que el favor de Dios y su liberación en ese momento fue muy notable. En la quietud y solemnidad de esa cueva de refugio, se recuperó, y con nuevo poder, también recuperó su sentido del cuidado y sabiduría Divina, poder y suficiencia. Así que cantó.

Estos procesos difíciles son necesarios en la vida del creyente. En ellos se experimenta la necesidad, la súplica y la provisión. De esta manera somos entrenados en la piedad. Produce en nosotros un corazón firme, un carácter firme y una vida en sintonía en semejanza a Cristo.

Entendemos que las dificultades son necesarias porque nos cambian profundamente, acercándonos cada vez más al Señor. A la postre confiamos más y descubrimos de nuevo que él es bueno de verdad: "Gustad y ved que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en él"

Debemos mirar firmemente hacia él. "Los que miraron a él fueron alumbrados". La esencia de la fe es proyectar el alma en total dependencia, hacia la obra y el esfuerzo de otro. Dios invita a todo el mundo a mirarle a él, confiando exclusivamente en la obra de salvación que él realiza: "Mirad a mí y sed salvos, todos los términos de la tierra" (Isaías 45:22).

David afirma que el ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende. Esta protección significa que nadie, ni demonios ni hombres,  pueden levantar un dedo contra los hijos de Dios hasta que Dios retira el escudo que los rodea. La decisión de seguir confiando en Dios a pesar de la aflicción es lo que engrandece el testimonio del creyente, como también glorifica al Dios que es capaz de generar tanta lealtad. Le amamos, le servimos, le obedecemos no por los dones que nos da, sino porque él es intrínsecamente digno de ello. Lo merece todo, incluso mi propia vida. Por ello Apocalipsis dice que

Apocalipsis 12:11 "le vencieron por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte”

 O como dice Job:

Job 13:1 "aunque él me matare, en él esperaré"

Esta porción termina con la certeza de que "nada falta a los que le temen". Dios suplirá. Dios proveerá. Pero ¿cómo lo hace? ¿Manda un sueldo mientras quedamos quietos orando? Lo normal es que el ser humano también ponga de su parte: buscando, trabajando, haciendo. David se refiere a que los leoncillos diciendo que  necesitan y tienen hambre. Dios provee comida a los leoncillos, pero ellos tienen que salir a buscarlo. También provee comida para el hombre, pero éste tiene que labrar la tierra. La idea es que la provisión del Señor incluye el uso de medios. Dios provee maná para el pueblo de Israel, pero ellos tienen que salir a buscarlo cada mañana. La providencia de Dios y el esfuerzo del hombre están en perfecta armonía.

Esto significa que cuando David afirma que nada falta a los que temen al Señor, está diciendo que el Señor indicará la parte que le corresponde al hombre, como también la parte en que sólo tiene que esperar sin hacer nada. Es una combinación exquisita, y muy fácil de confundir si no estamos conectados con Dios. Se puede trabajar mucho sin depender de Dios, y se puede orar mucho sin asumir nuestra responsabilidad. Como dice Proverbios 21:31 "El caballo se alista para el día de la batalla, pero Jehová es el que da la victoria".

Hace falta un esfuerzo (preparar el caballo y luchar), y también hace falta confianza en Dios (sólo él puede dar un desenlace propicio). Cuando el Señor promete suplir nuestra necesidad, también nos enseñará a hacer nuestra parte. Dios suplirá con creces si lo ponemos en el primer lugar.

Salmos 34:11-22 "Venid, hijos, oídme; el temor de Jehová os enseñaré. ¿Quién es el hombre que desea vida, que desea muchos días para ver el bien? Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño. Apártate del mal, y haz el bien; busca la paz, y síguela. Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos. La ira de Jehová contra los que hacen mal, para cortar de la tierra la memoria de ellos. Claman los justos, y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias. Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu. Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová. El guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrantado. Matará al malo la maldad, y los que aborrecen al justo serán condenados. Jehová redime el alma de sus siervos, y no serán condenados cuantos en él confían."

David dice "Venid, hijos, oídme; el temor de Jehová os enseñaré". Es sorprendente lo que está enseñando en esta porción. Un hombre exiliado, perseguido, en una cueva, con tantas personas dolidas y desesperadas buscando refugio con él. Todos allí están con un futuro incierto, pero él se preocupa que sus corazones estén en condiciones, nutrido por el temor del Señor. David está en armonía con el Señor, la disposición de su corazón es la de uno que tiene sintonía divina. El transmite con su ejemplo y sus palabras son las que dan cuenta de ello. Su propia vivencia y la experiencia de protección divina le dan la fuerza para ser el ejemplo perfecto a seguir por todos los que se encontraban a su alrededor.

Todos estos hombres se convierten en los valientes de David, hombres de valor que sirvieron a su lado en la causa del Señor. Cuando David pregunta "¿Quién es el hombre que desea vida?", quiere decir "¿Quién quiere sobrevivir esta experiencia de la cueva, ser renovado de corazón ahora, y después gozar de mejores circunstancias cuando el Señor así disponga?". Poder tener vida y gozar de ver el bien de Dios; es cuestión de andar rectos delante de Dios.

Buscar al Señor en momentos buenos y malos, es la máxima sabiduría. La forma correcta es con intensidad y en todo tiempo. En este proceso es necesario comprometerse a hacer su voluntad, a seguir sus directrices, a tomar decisiones que le agradan en los asuntos  prácticos de la vida diaria. Debemos seguir este consejo "apártate del mal, y haz el bien; busca la paz, y síguela".

Para vivir haciendo el bien, es necesario tener paciencia hasta que Dios trate definitivamente con los malos. En el caso de David, era el rey Saúl y sus consejeros. David anima a sus hombres respecto a este rey que decide ser malvado: "La ira de Jehová contra los que hacen mal, para cortar de la tierra la memoria de ellos" y "Matará al malo la maldad". Los hombres de David no van a buscar la venganza, no van a hacerle la guerra al rey que una vez fue el ungido del Señor. Van a dejarle en manos de su Señor, que tratará con él en el momento y de la manera más conveniente.

"Muchas son las aflicciones del justo" dice el salmista. El apóstol Pablo dice lo mismo.

Hechos 14:22 "Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios"

A lo largo de la vida del creyente se repetirá este ciclo de tener necesidad, la súplica y la provisión. Esta es la forma en la cual el carácter de Jesucristo será formado en nosotros.

David termina diciendo que no existe daño irreparable y permanente para los que confían en el Señor. “ningún hueso será quebrantado”. Es lo que nos admira al recordar a nuestro Señor en la cruz. La promesa de protección divina siempre se manifestó en su caminar por esta tierra, hasta en  su muerte.

 Juan 19:33,36 “Más cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas. Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua. Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis. Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliese la Escritura: No será quebrado hueso suyo.”

El mensaje del salmo es que habrá épocas de necesidad, de dolor, muchas aflicciones vendrán, y tendremos que ser sanados, pero el Señor nos transformará a su semejanza en medio de ellas,y seremos de bendición para otros, si confiamos en él con todo nuestro corazón.

!En la cueva de Adulam seremos trasformados de gloria en gloria.! 




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