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La
Omnipresencia es uno de los atributos de Dios, es verdadera, no se puede
entender, pero se debe discernir espiritualmente. Nunca dejara de sorprendernos
y sobrecogernos.
1 Corintios
2:14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del
Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se
han de discernir espiritualmente.
Decir
que Dios es omnipresente significa que Él está presente en todas partes, con
todo su ser en todo momento. El prefijo omni- viene de la palabra latina que significa "todo". Se
refiere no solo a los lugares donde Dios está, sino a cuánto de Dios está en un
determinado lugar.
Muchas
religiones creen que Dios está en todas partes al mismo tiempo. Sin embargo, la
Biblia enseña específicamente que Dios es a la vez en todas partes a la vez y
trascendente (sobre todo) o fuera de su creación.
Algunos
sistemas religiosos enseñan que Dios está en todas partes, porque Él es todo.
Esta creencia, llamada panteísmo dice que Dios se difunde por todo el universo,
por lo que los árboles, las rocas, los animales, las estrellas y la gente son
todos parte de Dios. Este no es el concepto bíblico de la omnipresencia. Dios
puede revelarse en un solo lugar, sin embargo, su presencia está a la vez en
todas partes del universo. Es por eso que es importante decir que Él está
presente en todas partes, con todo su Ser en todo momento. Dios está presente
en todas partes, pero eso no significa que todos somos parte de Dios.
Como
espíritu, Dios no ocupa ningún lugar, en el sentido que los objetos físicos
ocupan el espacio. No tiene cualidades físicas que puedan ocupar el espacio. La
clave para entender esta paradoja es pensar en términos de otra dimensión. La
barrera que existe entre Dios y nosotros no es una barrera de espacio o tiempo.
Encontrarse con Dios no implica un "lugar" adonde ir o un "momento"
donde transcurrir. Estar en la presencia inmediata de Dios es traspasar el
umbral de otra dimensión.
Entonces, si no podemos hablar de tiempo
refiriéndonos a Dios, tampoco podemos hablar de espacio, pues la presencia de
Dios no tiene límites.
De allí que el sabio Rey Salomón,
en su oración al dedicar el Templo de Jerusalén, exclamara:
1Reyes
8:27
Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos,
los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo
he edificado?
Salmo 33:13-14 Desde los cielos miró Jehová; vio a
todos los hijos de los hombres; desde el lugar de su morada miró
sobre todos los moradores de la tierra.
y El Rey David su
padre también inspirado por el Espíritu Santo tuvo el conocimiento para
revelarnos que Dios existe fuera de nuestro mundo creado, diferenciándolo absolutamente
de cada elemento de su creación y llenándolo todo.
En el Salmo 139 canta a la Omnipresencia de Dios
Salmo 139.Oh
Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi
levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi
andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún
no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.
Detrás y delante me rodeaste, Y sobre mí pusiste tu mano. Tal
conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo
comprender. ¿A dónde me iré de tu Espíritu?¿Y a dónde huiré de tu
presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el
Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del
alba Y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano,
Y me asirá tu diestra.
El Rey David exalta con gozo y
satisfacción, que vaya donde vaya, aun en lo más remoto del mar, hasta donde
las alas del alba lo puedan conducir, hasta allí lo alcanzará Su mano, que lo
guardará, apoyará, respaldará y lo va a sostener.
Éste es el gozo y la seguridad que nos da saber que Dios siempre está con nosotros, a nuestro
lado, guardándonos y cuidándonos. Ejerce gobierno y control sobre nosotros, no
de restricción pues ya deberíamos saber cómo
ser fieles y obedientes.
NUESTRO
DIOS OMNIPRESENTE EN EL NUEVO TESTAMENTO
Una mayor comprensión de la
omnipresencia de Dios hace mucho más significativa la encarnación de Jesús.
El Dios omnipresente del universo, intencionalmente escogió limitarse a un cuerpo físico humano para vivir entre
nosotros. Además, Él experimentó los dolores y las alegrías de la humanidad,
sufriendo al final en nuestro lugar como sacrificio por nuestros pecados.
Mientras que Jesús nunca abandonó su divinidad, optó por tomar la forma de un
ser humano para mostrar la plena magnitud de su amor. El Apóstol Pablo
lo expresa de esta manera.
Filipenses 2:6-8 el cual, siendo en
forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino
que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los
hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose
obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
La omnipresencia de Dios nos informa de
la grandeza de Dios, destaca el amor de Dios expresado en Jesucristo. Y nos
recuerda que nunca podemos escondernos de Dios, ni debemos desear hacerlo. La
enseñanza de la Biblia sobre la omnipresencia de Dios debe ser una fuente de
consuelo para los hijos de Dios en todas partes.
El Apóstol Pablo presenta El
atributo de la Omnipresencia de Dios cuando predica en Atenas. Allí
enseña a los gentiles temerosos de Dios, y al ser llevado al Areópago les habla
cuando ve el altar “AL
DIOS DESCONOCIDO” y
les presenta al Dios que hizo el mundo y todo lo que en él hay, que no mora en
templos hechos por manos de hombres, y que no está lejos de ti.
Hechos 17:17-27 El Dios que hizo el mundo y
todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita
en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres,
como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas
las cosas.
Y resalta Hechos 17:28a Porque en él vivimos, y
nos movemos, y somos;
Estos tres verbos le dan
definición a nuestra vida. El Padre Celestial sabe que necesitamos una guía, y
es ésta, que “en
Cristo vives, en Cristo te mueves y en Cristo eres”. Éste es nuestro presente, ya que Él es la
respuesta a todo.
La doctrina sobre la
omnipresencia de Dios nos llena de asombro. Esta doctrina engendra reverencia
en nosotros, pero además nos sirve de consuelo. Siempre podemos estar seguros
de la atención exclusiva de Dios. No tenemos necesidad de hacer una fila o solicitar
una entrevista para estar con Dios.
Esta doctrina, sin embargo, no
es ningún consuelo para los no creyentes. No hay ningún lugar donde puedan
esconderse de Dios. No hay ningún rincón en el universo donde Dios no esté. Los
malvados en el infierno no están separados de Dios, están separados de su
benevolencia. La ira de Dios los acompaña constantemente.
Salmo
139:7-10 ¿Adónde me iré de
Tu Espíritu, O adónde huiré de Tu presencia? Si subo a los cielos, allí estás
Tú; Si en el Seol preparo mi lecho, allí Tú estás. Si tomo las alas del alba, Y
si habito en lo más remoto del mar, Aun allí me guiará Tu mano, Y me tomará Tu
diestra.
Debemos hacer la distinción,
que aunque Dios está presente en todo lugar, no siempre se manifiesta de la
misma manera. En otras palabras, que Dios esté presente en todas partes no
quiere decir que su bendición está ahí, porque eso solo sucede cuando Él es
agradado y honrado. Por ejemplo, Dios estaba en Sodoma y Gomorra y también en
el tabernáculo del desierto. Pero es evidente que en un lugar se manifestó su
ira y en otro su bendición.
Por lo tanto, debemos concluir, a manera de síntesis que la
omnipresencia es el atributo en virtud del cual Dios está presente en todo
punto del espacio con todo su ser, sin embargo actúa en forma diferente en
diferentes lugares.
Este enten
dimiento, debe llevarnos a considerar tres aspectos en particular. Primero, que al estar en todas partes, mi conducta debe honrarlo, pues estamos siempre delante de Él. Segundo, al recordar que Dios es omnipresente, podemos adorarlo en cualquier lugar. Y por último, esta convicción debe producir en nosotros una confianza de su cuidado y protección tal como lo prometió nuestro Señor en Mateo 28.
dimiento, debe llevarnos a considerar tres aspectos en particular. Primero, que al estar en todas partes, mi conducta debe honrarlo, pues estamos siempre delante de Él. Segundo, al recordar que Dios es omnipresente, podemos adorarlo en cualquier lugar. Y por último, esta convicción debe producir en nosotros una confianza de su cuidado y protección tal como lo prometió nuestro Señor en Mateo 28.
Mateo 28:20b y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta
el fin del mundo. Amén.
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