EL CELO DE DIOS

 


Deuteronomio 4:24” Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso”.

 

Por nuestras propias experiencias, todos sabemos lo que son los celos desde el punto de vista humano. Comúnmente los celos se entienden como el resentimiento hacia una persona por tener o disfrutar algo que nosotros pensamos que debería ser nuestro.

Pero, ¿es éste el único tipo de celos del que se habla en la Biblia? ¿Cuál es el celo según Dios?

Analizaremos dos perspectivas respecto a que es el celo de Dios según la biblia.

Teología sistemática John  Macarthur.

“Los celos de Dios son su celosa protección de todo lo que le pertenece (El mismo, su nombre, su gloria, su pueblo, su derecho exclusivo a recibir adoración y máxima obediencia, su tierra y su ciudad)”.[1]

Teología sistemática Wayne Grudem.

“Aunque la palabra celo frecuentemente se usa en sentido negativo en castellano, también a veces tiene un sentido positivo. Por ejemplo, Pablo les dice a los corintios: «El celo que siento por ustedes proviene de Dios» (2 Corintios 11:2). Aquí el sentido es «fervientemente protector o vigilante». Tiene el significado de estar profundamente comprometido a procurar el honor o bienestar de alguien, sea de uno mismo o de otro”.[2]

Isaías 48:11 “Por mí, por amor de mí mismo lo haré, para que no sea amancillado mi nombre, y mi honra no la daré a otro”.

Este capítulo de Isaías nos habla de la reprensión de Dios a su pueblo por la infidelidad hacia su nombre. El pueblo de Dios había cerrado sus oídos a mandatos, por eso en este capitulo se los llama a oír. Su infidelidad era la inclinación a entregar su confianza a los ídolos paganos, desechando al único Dios verdadero. Esta acción llevaba implícita la propia decadencia de los ofensores, puesto que al deshonrar a Dios perdían su propia honra y la capacidad de deleitarse plenamente en quien era la verdadera fuente de su paz, seguridad y deleite.

Aceptar que solo Dios merece ser alabado, nos lleva a la verdadera adoración, así como Grudem lo explica:

Es saludable espiritualmente para nosotros cuando aceptamos de una vez el hecho de que Dios merece recibir de su creación todo honor y gloria, y que es justo que él busque su propio honor. Sólo él es infinitamente digno de ser alabado. Darse cuenta de este hecho y deleitarse en eso es haber hallado el secreto de la verdadera adoración.[3]

 

Para una verdadera adoración necesitamos un acto de soberanía de Dios para cambiar nuestra mente y el rumbo por el que estamos caminando. Tiene que haber una respuesta correcta por nuestro lado hacia la grandeza de Dios.

Por esta razón, las escrituras nos enseñan del celo de Dios hacia su nombre y adoración.

·         El nombre de Dios es celoso

Éxodo 34:14 “Porque no te has de inclinar a ningún otro dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es.”

·         Dios es celoso de ser el único Dios adorado y servido.

Deuteronomio 6:13-15” A Jehová tu Dios temerás, y a él solo servirás, y por su nombre jurarás. No andaréis en pos de dioses ajenos, de los dioses de los pueblos que están en vuestros contornos; porque el Dios celoso, Jehová tu Dios, en medio de ti está; para que no se inflame el furor de Jehová tu Dios contra ti, y te destruya de sobre la tierra”.

Éxodo 20:5 “No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,”

Éxodo 4:24 “Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso”.

·         Dios es celoso de que lo sirvan como al Dios Santo.

Josué 24.16 “Entonces el pueblo respondió y dijo: Nunca tal acontezca, que dejemos a Jehová para servir a otros dioses;”

Josué 24:19-21 “Entonces Josué dijo al pueblo: No podréis servir a Jehová, porque él es Dios santo, y Dios celoso; no sufrirá vuestras rebeliones y vuestros pecados. Si dejareis a Jehová y sirviereis a dioses ajenos, él se volverá y os hará mal, y os consumirá, después que os ha hecho bien. El pueblo entonces dijo a Josué: No, sino que a Jehová serviremos”.

·         Dios es celoso de su santo nombre y su gloria.

Ezequiel 39:25 “Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Ahora volveré la cautividad de Jacob, y tendré misericordia de toda la casa de Israel, y me mostraré celoso por mi santo nombre.”

·         Dios restaura a su pueblo por su celo.

1 Reyes 19:31 “Porque saldrá de Jerusalén remanente, y del monte de Sion los que se salven. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto”.

Isaías 37:32 “Porque de Jerusalén saldrá un remanente, y del monte de Sion los que se salven. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto”.

·         Dios establecerá el reino Davídico del Mesías por su celo.

Isaías 9:6-7 “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto”.

SOLO DIOS DEBE SER ADORADO

Tenemos que recordar que Dios es único, y no como los ídolos. De hecho, no hay otro dios – Creador, Rey del Universo, y Salvador.

Desde el principio Dios enseña a su pueblo a reconocer y respetar su santo nombre. En Éxodo 34, Dios está dando instrucciones a su pueblo.  Están a punto de entrar en Canaán, donde adoran a muchos dioses.

Éxodo 34:12-14ª “Guárdate de hacer alianza con los moradores de la tierra donde has de entrar, para que no sean tropezadero en medio de ti.  Derribaréis sus altares, y quebraréis sus estatuas, y cortaréis sus imágenes de Asera.  Porque no te has de inclinar a ningún otro dios . . .”

Los ídolos de otras naciones no son el Creador Todopoderoso. Ellos son invenciones del hombre. Además, Dios tiene una relación especial con su pueblo.  Recordemos lo que el Señor dice a su pueblo en Éxodo 20.

Éxodo 20:2-3 “Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.  No tendrás dioses ajenos delante de mí”.

Jehová es el Dios de su pueblo.  El Señor es como el esposo de su pueblo.  El profeta Isaías dice así:

Isaías 54:5 “Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado”.

Si el pueblo de Dios – su novia – persigue a los falsos dioses, Dios tiene todo el derecho a tener celos.  De hecho, los celos de Dios protegen a su pueblo de los peligros y necedad de la idolatría. Dios quiere que tengamos una relación de amor con él.  No se puede comparar a un ídolo

Isaías 40:18-31 “¿A qué, pues, haréis semejante a Dios, o qué imagen le compondréis? El artífice prepara la imagen de talla, el platero le extiende el oro y le funde cadenas de plata. El pobre escoge, para ofrecerle, madera que no se apolille; se busca un maestro sabio, que le haga una imagen de talla que no se mueva. ¿No sabéis? ¿No habéis oído? ¿Nunca os lo han dicho desde el principio? ¿No habéis sido enseñados desde que la tierra se fundó? Él está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar. El convierte en nada a los poderosos, y a los que gobiernan la tierra hace como cosa vana. Como si nunca hubieran sido plantados, como si nunca hubieran sido sembrados, como si nunca su tronco hubiera tenido raíz en la tierra; tan pronto como sopla en ellos se secan, y el torbellino los lleva como hojarasca. A qué, pues, ¿me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo. Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio. ¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: ¿Mi camino está escondido de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio? ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”.

¡Nada más en nuestras vidas es más maravilloso y hermoso que nuestro Señor!

 

DIOS NOS ANHELA CELOSAMENTE

 

Santiago 4:5 ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?

Desde un principio en los Diez Mandamientos podemos ver como Dios siempre ha demandado de una adoración exclusiva y única. El primer mandamiento dado de parte de Dios al hombre nos dice, que debemos tributar adoración a nadie más que a Él.

 Éxodo 20:2–3 Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí.

Vemos que Dios no comparte su gloria y honra con nadie más. Él es unció que merece que le sirvamos con todo nuestro corazón y alma. Por esta razón vemos como el Espíritu Santo que mora en nosotros siempre nos cela, continuamente vela sobre nosotros con el anhelo de tener una comunión exclusiva, íntima y personal con cada uno de nosotros. En 2 corintios 6:16 nos dice:

2 corintios 6:16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y ellos serán mi pueblo.

Dios ya nos prometió hacer una habitación, una morada en nuestro ser, convivir diariamente y disfrutar de nuestra comunión.

El Espíritu Santo nos quiere exclusivamente para El, ¡él quiere nuestro tiempo, nuestra agenda, todo nuestro ser! El peligro es que el mundo en muchas ocasiones nos absorbe y nos cautiva al punto que nos despoja de nuestra amistad y convivencia con el Espíritu Santo.  Pero hoy el Espíritu Santo nos anhela celosamente, en lo que le corresponde, El anhela pasar tiempo con nosotros. Hoy nos recuerda que le pertenecemos, ¡que somos exclusivamente suyos.

1 Corintios 6:19 “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?”

1 corintios 10:22 ¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos más fuertes que él?

La conciencia de todo verdadero cristiano es considerar que hemos sido comprados por precio de sangre por el Hijo de Dios. Por lo tanto, nuestra vida, cuerpo es sagrado y solamente para glorificar al Señor. Debemos responder a su llamado, a su anhelo de convivir con nosotros y de mostrarnos su presencia.

Si verdaderamente el creyente anhela una relación genuina con su Dios, debe abandonar toda relación con este mundo. Debe romper sus compromisos, sus anhelos, sus afectos por cualquier manifestación de el. Así lo declara el Apóstol Santiago.

Santiago 4:4. ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.

El Apóstol amonesta a sus oyentes a la verdadera fidelidad a Dios. El creyente no puede tener amistad con este mundo en ningún área de su vida. El egocentrismo se presenta en diametral oposición (enemistad) a Dios. “El Espíritu que él ha hecho morar en vosotros nos anhela celosamente” se contrapone a nuestras pasiones, combaten en nuestros miembros. Expone la diferencia de actitud entre una vida llena del Espíritu y una esclavizada a las pasiones egoístas.

2 corintios 11:2 “Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo”.

El Apóstol Pablo lleno del celo del Señor por su pueblo, les dice a los corintios que son una virgen pura próxima a casarse con Cristo. Ellos debían cuidarse de la serpiente el diablo quien buscaría todas sus debilidades para desviarla de su fidelidad a Cristo su novio prometido.

La luz de la verdad es Cristo, cuando su Iglesia le obedece y honra prevalece el Espíritu de libertad y gozo. La forma lógica de vivir es seguir al Espíritu y no volver a caer en las pasiones y los deseos de la carne.

Gálatas 5.25 “Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu”.

Nuestro Dios es celoso y por gracia ha compartido este atributo que es la esencia de su celo santo, espiritual a nuestra vida, por medio del Espíritu Santo. Ahora el creyente debe amar lo que Dios ama y odiar lo que Dios odia.

Debemos ser un pueblo celoso, fervoroso, entusiasta, comprometido, concentrado en dar gloria a Dios y ser de bendición a este mundo caído, mediante la predicación dinámica del evangelio, por medio de un pueblo “celoso de buenas obras”

1 Juan 2:15-17 “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

Las cosas de este mundo no son solo objetos materiales. Son todas aquella que absorben en un grado indebido el amor de los seres humanos por el Padre, aun hasta el punto de suplantar a Dios. El Apóstol Juan advierte contra lo que el cuerpo desea, lo que los ojos ansían ver y lo que la gente se esfuerza por alcanzar. Esto no proviene del Padre, sino del mundo.

Como cristianos el único modelo de vida, de anhelos a seguir es lo que El Espíritu Santo nos guía a aceptar. Su palabra nos dice “ser santos en toda vuestra manera de vivir”. Esto involucra el celo por cuidar lo que se nos ha otorgado, ya que daremos cuenta ante el “Dios celoso” el cual, cuida y protege por amor a su nombre, lo que le pertenece. 

 

 

1Timoteo 1:17” Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén”.

 

 

 

 



[1] John Macarthur, Richard Mayhue, Teología Sistemática: Un estudio profundo de la doctrina bíblica (Michigan: Editorial Porta Voz, 2018), 190.

[2] http://waynegrudemsuteologiaydoctrina.blogspot.com/2014/07/capitulo-12.html?m=1

[3] http://waynegrudemsuteologiaydoctrina.blogspot.com/2014/07/capitulo-12.html?m=1

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