ESTUDIO ROMANOS IX




RESUMEN CAPITULO ANTERIOR: en el capítulo 10 vimos como el apóstol Pablo nos explica las razones del rechazo de Israel y como se abre la salvación al pueblo gentil.

El rechazo presente de Israel se debe a que no aceptan el evangelio. Recordemos que la justicia de Dios se revela en el evangelio Por esta razón permanecen ignorantes de aquella justicia. Los judíos edifican su creencia en fundamento falso y no van a Cristo para recibir la salvación gratuita que es por fe.

Vimos que la única fuente de justicia es Cristo y que la disponibilidad de esa justicia es Cristo en la palabra. Hablamos de un Cristo que nos ofrece una obra consumada en el pasado. Hablamos de mirar a Cristo, recibirlo, alimentarnos de Él. Un Cristo presente hoy en la promesa.

El método de la justicia se muestra claramente en la parábola del hijo prodigo. El pueblo gentil representado en el hijo pródigo, que recupera la cordura y va a la casa de su padre en busca de la reconciliación Así es como Dios sale al encuentro del pecador arrepentido en sus harapos, sin vestido, sin honra. No obstante, el otro hijo en la semejanza de Israel, procura establecer su propia justicia.

Por tanto, el alcance de esta justicia, hoy queda definida por la expresión. “Todo aquel”. Todo aquel que crea será salvo, tanto griegos, como judíos, ya no hay diferencia. Dios crea ahora un nuevo hombre haciendo la paz.

La presentación de la justicia es la más importante necesidad. ¿Cómo podría invocar al Señor Jesús, el Salvador divino, ¿alguien que no ha oído de Él? No obstante Israel falla en su tarea de mostrar la salvación de Cristo la humanidad; al rechazar al salvador.

Hoy veremos el ultimo piso del edificio de la "Sinagoga de Israel". En el capitulo 11veremos  que el rechazo de Israel no era total, ni final.

C.-La sabiduría de Dios y la restauración futura de Israel.

1.--El rechazo de Israel no era total.

a.- Grupos de Israel: se diferencias dos grupos en Israel 

1.-Grupo minoritario que acepta la verdad de la salvación en Cristo.

2.- Grupo mayoritario, que rechaza al salvador y es reservado para el tiempo final en los tratos de Dios.

b.-La plenitud de los gentiles: La plenitud de los gentiles es de naturaleza espiritual, y se refiere al período de tiempo necesario para completar el cuerpo de Cristo, compuesto de judíos y gentiles, que han sido salvos desde Pentecostés hasta el rapto.

2.- El rechazo de Israel no era permanente

a.-El Israel de Dios: Dios restaurara a su pueblo conforme a las promesas hechas desde los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob.

b.-El Dios de Israel: Dios en su gracia soberana encierra a todo bajo pecado, para salvar a los más. Ahora la iglesia gentil debe vivir a la altura de la salvación que se le ha dado, por cuanto, así como Israel es rechazado momentáneamente por su incredulidad; ella puede sufrir el mismo fin si no mantiene su santidad y compromiso con la verdad. El apóstol le dice a este pueblo gentil, teme porque tu siendo olivo silvestre fuiste injertado en el buen olivo que es Israel.

 

C. La sabiduría de Dios y la restauración de Israel en el futuro. (Romanos 11).

Romanos 11:1“Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera.”

El apóstol Pablo habla del rechazo de Israel y de igual manera deja en claro que este rechazo no es permanente.

El apóstol Pablo mismo era prueba de esto, porque era israelita. “No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció.” No es Dios quien ha rechazado a Su antiguo pueblo: “Dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor”.

Es importante ver este aspecto de la verdad, la buena y perfecta disposición de Dios de que Israel, y más aún, que todos los hombres, fuesen salvos. Es el hombre quien es el rebelde, el quebrantador de la ley, y ahora quien rechaza la misericordia de Dios.

1. El rechazo no era total (Romanos 11:1-25)

a. Los grupos de Israel (Romanos 11:1-10).

La nación aparece ahora separada en dos diferentes categorías:

(1)   El grupo minoritario: “Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia”

Romanos 11:5 “Así también aún en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia.”

Pablo nos ofrece dos pruebas de que Dios siempre ha tenido su remanente fiel.

(a)   Como se puede ver por medio de su propia conversión

Romanos 11:1 “Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín”

(b)   Como sucedió en el tiempo de Elías

Romanos 11:2-4 “No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no sabéis qué dice de Elías la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo: Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares han derribado; y sólo yo he quedado, y procuran matarme? Pero ¿qué le dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal.”

El profeta llegó a creer que él era el único creyente que quedaba en su día, y llega al punto de que “invoca a Dios contra Israel” (Romanos 11:2).

Cuando Israel se había rebelado de tal manera contra Dios, Elías dijo que sólo él había quedado. Dijo: “Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares han derribado; y sólo yo he quedado, y procuran matarme”. Aquí tenemos el profundo y universal rechazo y el odio del hombre contra Dios. Este es el hombre en el pleno ejercicio de su propia voluntad. Pero, ¿ha dejado Dios a todos los hombres a su propia voluntad y a sus malvados caminos? “Pero ¿qué le dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal.” Dios no dice que se han reservado o preservado a sí mismos; no, Él dice “he reservado”. Lo mismo que hemos visto en el capítulo 9, si Dios no hubiera hecho esto, hubieran sido como Sodoma y Gomorra.

Romanos 11:5 “Así también aún en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia.”

Sí, nadie podía negar que la nación, como tal, estaba enloquecida en su aborrecimiento y rechazo de Cristo. El mismo Saulo era prueba de la furia superlativa de los israelitas contra Cristo. Pero, lo mismo que en tiempos de Elías, había entonces una elección de gracia, de un gratuito e inmerecido favor de Dios. En nuestros días pocos lo creen de corazón. No es evidente que tanto Israel como nosotros los gentiles sean tan malos, unos rechazadores tan absolutos de la gracia de Dios, hasta el punto de que, si no hubiera sido por Su elección en gracia, nadie se hubiera salvado. Todos, sí, todos, hubiéramos sido como Sodoma.

La total ruina del hombre y la elección de Dios se mantienen o caen juntas. No se puede mantener lo uno y rechazar lo otro. Observemos bien, estas escrituras muestran que no hay mala disposición de parte de Dios, sino que el hombre no admite la gracia de Dios. Cuando se ve esto, ¡qué preciosa es para el creyente la bendita verdad de la elección de gracia!

Romanos 11: 6. “Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.”

Esto es evidente de sí mismo. La salvación por las obras, de la clase que sea, tiene necesariamente que relegar el libre favor de Dios. ¿consideremos si nos encontramos en el libre, pleno y eterno favor de Dios, o estamos tratando de alcanzarlo por obras?

 

(2) El grupo mayoritario: “Y los demás fueron endurecidos”.

Romanos 11:7 “¿Qué pues? Lo que buscaba Israel, no lo ha alcanzado; pero los escogidos sí lo han alcanzado, y los demás fueron endurecidos.

El Israel de hoy sigue plagado con este endurecimiento o ceguera de tres maneras:

(a) El endurecimiento causado por la caída de Adán (Efesios. 4:18).

(b) La ceguera causada por Satanás (2 Corintios 4:4).

c) La ceguera causada por Dios (Romanos 11:8).

Israel buscaba el favor mediante obras, pero “lo que buscaba Israel, no lo ha alcanzado”. Con todo su odio hacia Dios, que se les había revelado en Cristo, eran al mismo tiempo celosos de la ley y buscaban la justicia por las obras. La rechazaban del libre favor de Dios, y nunca la podrían obtener por obras. Fue por esta misma razón que su ciudad fue destruida y ellos fueron dispersados o muertos. “Pero los escogidos sí lo han alcanzado”, esto es, el libre favor de Dios en el que estaban. En cuanto al resto, los que rechazaban el gratuito e inmerecido favor, “fueron endurecidos”. Y las escrituras del Antiguo Testamento son citadas de manera abundante para demostrar que esto sería así.

Esta trágica ceguera espiritual fue predicha por Isaías (Isaías 29:10; Romanos 11:8) y David. Los profetas predijeron que estos menospreciadores serían entregados a la ceguera judicial, y así ha sido durante muchos siglos. Pero, ¿acaso el actual rechazo de la gracia de Dios de parte de Israel y su consiguiente ceguera van a alterar de forma definitiva el propósito y la promesa de Dios?

Tenemos ahora que contemplar con cuidado la disposición del Señor respecto a esta cuestión. Dios había vuelto la caída de ellos en ocasión para una gran bendición para los gentiles. Si esto es así, ¿Cuánto más grande será la bendición de la plenitud de ellos?

Romanos 11:11 “Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos. 12Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿Cuánto más su plena restauración?”

El mundo gentil había sido entregado a una burda idolatría, como se afirma en el capítulo 1. Pero ahora, si la exclusión de Israel como nación ha sido “la reconciliación del mundo”, ¿Qué será la recepción de ellos, sino vida de entre los muertos? El Apóstol no está aquí refiriéndose al llamamiento o a los privilegios celestiales de la iglesia, sino a los privilegios terrenales.

Cuando Dios llamó a Abraham a que saliese, y lo separó de entre las naciones, él vino a ser el olivo de bendición y de promesa sobre la tierra. Su linaje vino a ser aquel árbol del privilegio del que él fue la raíz. No se trata aquí, pues, de ser ramas en Cristo, sino de ramas del olivo de la promesa y del privilegio. Esto involucraba también una santidad o separación relativa del mundo.

Algunas de las ramas naturales fueron desgajadas, no todo Israel, sino algunas. Para expresar la figura, los gentiles habían sido injertados en este olivo de privilegio. Sin embargo, que no se jacten los gentiles, porque Él dice: “No sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti.”

Romanos 11:17-22 “Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo, no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti. Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado. Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme. Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará. Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado.”

Observemos esto: fue debido a la incredulidad que fueron desgajadas. No fue porque Dios quisiera desgajarlas, sino debido a su incredulidad. El gentil por la fe está en pie.” No te ensoberbezcas, sino teme” Hubo juicio, severidad para con Israel, que cayó por su incredulidad, pero bondad para con los gentiles, “Si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado.” Dios puede también volver a injertar a Israel.

Es totalmente contrario a la naturaleza injertar olivo silvestre en el bueno. En toda la naturaleza se injerta el buen olivo en el silvestre. Pero Dios ha tomado al pobre y silvestre gentil y lo ha injertado en el buen árbol abrahámico del privilegio. Además, el Apóstol no quiere que ignoren esta verdad dispensacional, “que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito”.

b. La plenitud de los gentiles (Romanos 11:11-25).

Esta frase (que la encontramos en 11:25) debe distinguirse de la de los tiempos de los gentiles mencionada por Cristo en Lucas 21:24.

Romanos 11:25 “Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles;”

(1) Los “tiempos” de los gentiles es una frase de naturaleza política, y se refiere a aquel período desde la cautividad de Babilonia hasta el final de la tribulación. (Deuteronomio. 28:28-68; 2 Crónicas. 36:1-21; Daniel 9:24-27.)

(2) La plenitud de los gentiles es de naturaleza espiritual, y se refiere al periodo de tiempo necesario para completar el cuerpo de Cristo, compuesto de judíos y gentiles, que han sido salvos desde Pentecostés hasta el rapto. (Hechos 15:14; Efesios 4:11-13)

             Los detalles acerca de este período de la plenitud de los gentiles son como sigue:

(3) Los creyentes gentiles son integrados al presente en el árbol de la salvación de Dios.

(4) Son tomados de un olivo silvestre (Romanos 11:17).

(5) Han sido injertados en un buen olivo (Romanos 11:24). Este proceso, como Pablo correctamente indica, es “contra naturaleza” (Romanos 11:24). Normalmente, cuando lo silvestre es injertado en el olivo bueno, lo bueno queda dominado por lo silvestre. Sin embargo, cuando lo bueno es injertado en el árbol silvestre sucede lo opuesto.

(6) Se les advierte a los gentiles que no se ensoberbezcan ni se hagan arrogantes por su nueva situación “porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará” (Romanos 11:21).

Debemos, en este momento, considerar dos pensamientos:

(7) Pablo no está enseñando que la Iglesia ha tomado el lugar de Israel. Él ya ha preguntado y ha respondido esta cuestión en Romanos 11:1: “¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera.”

(8) Tampoco está enseñando que un creyente gentil pueda ser cortado de este árbol y perder su salvación. Simplemente está diciendo que si Dios no perdonó a Israel por su apostasía, tampoco lo hará con una Iglesia apóstata. El cristianismo va hoy en la misma dirección que Israel fue en el pasado, y Dios lo rechazará y juzgará por ello.

Apocalipsis 3:14-16 “Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. !!Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.”

Pablo nos da los siguientes detalles en relación con la plenitud de los gentiles:

Romanos 11:25 “Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio”.

Un misterio en la Biblia es una verdad que ha estado previamente oculta, sin revelar en el Antiguo Testamento, pero que ahora ha sido declarada, y a veces explicada, en el Nuevo Testamento.

(9) Hay doce de estos misterios. Que son los siguientes:

(a) El misterio del reino de los cielos (Mateo 13:3-50; Marcos 4:1-25; Levítico 8:4-15).

(b) El misterio del rapto (1 Corintios 15:51,52; 1 Tesalonicenses 4:16).

(c) El misterio de la Iglesia como cuerpo de Cristo (Efesios 3:1-11; 6:19; Colosenses 4:3; Romanos 16:25).

d) El misterio de la Iglesia como la esposa de Cristo (Efesios 5:28-32).

(e) El misterio de la morada de Cristo en el creyente (Gálatas 2:20; Colosenses 1:26, 27).

(f) El misterio de la encarnación de Cristo (Colosenses 2:2, 9; 1 Corintios 2:7).

(g) El misterio de la piedad (1 Timoteo. 3:16).

(h) El misterio de la iniquidad (2 Tesalonicenses 2:3-12; Mateo 13:33).

(i) El misterio del presente endurecimiento o ceguera de  Israel (Romanos 11:25).

(j) El misterio de las siete estrellas (Apocalipsis 1:20).

(k) El misterio de Babilonia la ramera (Apocalipsis 17:5,7).

(l) El misterio de Dios (Apocalipsis 10:7; 11:15-19)

En Romanos 11:25 el misterio es “que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles”.

2. El rechazo no era permanente (Romanos 11:26-36).

a. El Israel de Dios (Romanos 11:26-32).

(1) Serán restaurados mediante la ratificación del pacto prometido.

Romanos 11:27 “Y este será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados” (Isaías 59:21; 27:9; Jeremías 31:31-37; Hebreos 8:8; 10:16; Zacarías 13:1),

(2) Serán restaurados por medio de su Cristo prometido.

Romanos 11:26 “Vendrá de Sión el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad”

Este tiempo de ausencia de diferencia llegará a su fin. El propósito de Dios en la reunión de los gentiles se habrá cumplido. Luego todo Israel será salvo, como está escrito. Entonces se cumplirán todas las promesas dadas a ellos. Toda la nación entonces preservada de Israel será recogida a su propia tierra y nacerá de Dios, como está escrito. Así es el propósito de Dios. Aunque ahora son los más acerbos enemigos, Dios ha decretado que así sea.

Romanos 11:29. “Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios”.

Él no cambia. Ni una jota ni una tilde de Su palabra fallarán.

Romanos 30-31 “Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos, así también éstos ahora han sido desobedientes, para que por la misericordia concedida a vosotros, ellos también alcancen misericordia.”

La traducción literal de estos versículos es importante. Esto es sumamente maravilloso, y es ejemplo del principio ya dado: Él tendrá misericordia de quien tenga misericordia. Los gentiles no tenían derecho a la salvación. Estaban muertos en pecados y en incredulidad. Dios les mostró una pura misericordia. Israel no estaba dispuesta a creer tal misericordia y perdió derecho a todos sus privilegios por su incredulidad, para que Dios pudiera finalmente salvarlos como nación, pero como objetos de misericordia.

b. El Dios de Israel (Romanos 11:33-36).

Romanos 11:33-6 “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿Quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.”

Romano 11:32 “Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos. ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios!”

No se hallará a nadie en la iglesia arriba o en el reino futuro de Dios en la tierra que no haya sido salvo como objeto de misericordia. Así, en ambos casos reina triunfante el libre favor de Dios.

Concluimos este capítulo con la solemne advertencia de que si la Cristiandad gentil no permanece en Su bondad, ella será también cortada. ¿Cuándo ha habido un tiempo en el que la bondad y el libre favor de Dios fuesen más claramente rechazados que en la actualidad? Nunca, desde los tiempos de los apóstoles, ha sido tan predicada la plena y libre gracia de Dios, y por tanto nunca ha sido tan rechazada.

Así es como el Espíritu de Dios ha explicado este período de “no diferencia” en estos tres capítulos, 9, 10 y 11. Después de su conclusión vendrá la dispensación del reino de Cristo tal como ha sido predicho en todos los profetas. En aquel tiempo, todo Israel será salvo, como objetos de Su misericordia. “A él sea la gloria por los siglos. Amén.” Esto concluye la sección doctrinal de esta maravillosa revelación de la justicia de Dios en Sus tratos con el hombre, la lectura de la cual no nos aprovechara de nada a no ser que sea hecha efectiva en nuestras almas por el Espíritu Santo.

¿Hemos aprendido que no hay ni puede haber bien alguno en la carne? ¿Hemos creído a Dios que “levantó de los muertos a Jesús Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestros delitos” (Romanos 4:24,)? ¿Hemos considerado estos delitos y hemos visto que habían sido transferidos a nuestro santo Sustituto? ¿Puedo yo decir que Él fue resucitado para mi justificación? De cierto que en tal caso estamos justificados por la fe y tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.

Ahora bien, al encontrarnos en este abundante y libre favor de Dios, ¿Cómo debería ser nuestro andar? Habiendo sido liberados y teniendo el Espíritu de vida, ¿Cuál debería ser el fruto? Los capítulos restantes dan la respuesta a estas preguntas.

 

Próximo estudio: capítulo 12. Llegamos ahora a la justicia práctica, el estado y el andar de aquellos que han sido hechos objeto de la gracia de Dios, que han sido aceptados en un favor soberano y libre, justificados de todas las cosas, y que están sin condenación en Cristo. Es por esta misma compasión de Dios que les son dirigidos estos preceptos.

Romanos 12:1 “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias (o, compasión) de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional (o, inteligente).”


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