RESUMEN
CAPITULO ANTERIOR: en el capítulo
10 vimos como el apóstol Pablo nos explica las razones del rechazo de Israel y
como se abre la salvación al pueblo gentil.
El
rechazo presente de Israel se debe a que no aceptan el evangelio. Recordemos
que la justicia de Dios se revela en el evangelio Por esta razón permanecen
ignorantes de aquella justicia. Los judíos edifican su creencia en fundamento falso
y no van a Cristo para recibir la salvación gratuita que es por fe.
Vimos
que la única fuente de justicia es Cristo y que la disponibilidad de esa
justicia es Cristo en la palabra. Hablamos de un Cristo que nos ofrece una obra
consumada en el pasado. Hablamos de mirar a Cristo, recibirlo, alimentarnos de Él.
Un Cristo presente hoy en la promesa.
El
método de la justicia se muestra claramente en la parábola del hijo prodigo. El
pueblo gentil representado en el hijo pródigo, que recupera la cordura y va a
la casa de su padre en busca de la reconciliación Así es como Dios sale al
encuentro del pecador arrepentido en sus harapos, sin vestido, sin honra. No obstante,
el otro hijo en la semejanza de Israel, procura establecer su propia justicia.
Por
tanto, el alcance de esta justicia, hoy queda definida por la expresión. “Todo aquel”.
Todo aquel que crea será salvo, tanto griegos, como judíos, ya no hay diferencia.
Dios crea ahora un nuevo hombre haciendo la paz.
La
presentación de la justicia es la más importante necesidad. ¿Cómo podría
invocar al Señor Jesús, el Salvador divino, ¿alguien que no ha oído de Él? No
obstante Israel falla en su tarea de mostrar la salvación de Cristo la humanidad;
al rechazar al salvador.
Hoy
veremos el ultimo piso del edificio de la "Sinagoga de Israel". En el capitulo 11veremos que el rechazo de Israel no era total, ni final.
C.-La
sabiduría de Dios y la restauración futura de Israel.
1.--El
rechazo de Israel no era total.
a.-
Grupos de Israel: se diferencias dos grupos en Israel
1.-Grupo minoritario que acepta la verdad de
la salvación en Cristo.
2.- Grupo mayoritario, que rechaza al salvador
y es reservado para el tiempo final en los tratos de Dios.
b.-La
plenitud de los gentiles: La plenitud de los gentiles es de naturaleza
espiritual, y se refiere al período de tiempo necesario para completar el
cuerpo de Cristo, compuesto de judíos y gentiles, que han sido salvos desde
Pentecostés hasta el rapto.
2.-
El rechazo de Israel no era permanente
a.-El
Israel de Dios: Dios restaurara a su pueblo conforme a las promesas hechas
desde los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob.
b.-El
Dios de Israel: Dios en su gracia soberana encierra a todo bajo pecado, para
salvar a los más. Ahora la iglesia gentil debe vivir a la altura de la salvación
que se le ha dado, por cuanto, así como Israel es rechazado momentáneamente por
su incredulidad; ella puede sufrir el mismo fin si no mantiene su santidad y
compromiso con la verdad. El apóstol le dice a este pueblo gentil, teme porque
tu siendo olivo silvestre fuiste injertado en el buen olivo que es Israel.
C. La sabiduría de Dios y la restauración de Israel en el futuro. (Romanos 11).
Romanos
11:1“Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera.”
El apóstol Pablo habla del rechazo de Israel y de igual manera deja en claro que este rechazo no es permanente.
El
apóstol Pablo mismo era prueba de esto, porque era israelita. “No ha desechado
Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció.” No es Dios quien ha rechazado a
Su antiguo pueblo: “Dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y
contradictor”.
Es
importante ver este aspecto de la verdad, la buena y perfecta disposición de
Dios de que Israel, y más aún, que todos los hombres, fuesen salvos. Es el
hombre quien es el rebelde, el quebrantador de la ley, y ahora quien rechaza la
misericordia de Dios.
1.
El rechazo no era total (Romanos 11:1-25)
a.
Los grupos de Israel (Romanos 11:1-10).
La
nación aparece ahora separada en dos diferentes categorías:
(1)
El grupo
minoritario: “Así también aun
en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia”
Romanos 11:5 “Así también aún en este tiempo ha quedado un
remanente escogido por gracia.”
Pablo nos ofrece dos pruebas de que Dios
siempre ha tenido su remanente fiel.
(a)
Como se
puede ver por medio de su propia conversión
Romanos 11:1 “Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo?
En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de
Abraham, de la tribu de Benjamín”
(b)
Como sucedió
en el tiempo de Elías
Romanos 11:2-4 “No ha desechado Dios a su pueblo, al cual
desde antes conoció. ¿O no sabéis qué dice de Elías la Escritura, cómo invoca a
Dios contra Israel, diciendo: Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus
altares han derribado; y sólo yo he quedado, y procuran matarme? Pero ¿qué le
dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado
la rodilla delante de Baal.”
El profeta llegó a creer que él era el único
creyente que quedaba en su día, y llega al punto de que “invoca a Dios contra
Israel” (Romanos 11:2).
Cuando Israel se había rebelado de tal manera
contra Dios, Elías dijo que sólo él había quedado. Dijo: “Señor, a tus profetas
han dado muerte, y tus altares han derribado; y sólo yo he quedado, y procuran
matarme”. Aquí tenemos el profundo y universal rechazo y el odio del hombre
contra Dios. Este es el hombre en el pleno ejercicio de su propia voluntad.
Pero, ¿ha dejado Dios a todos los hombres a su propia voluntad y a sus malvados
caminos? “Pero ¿qué le dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil
hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal.” Dios no dice que se
han reservado o preservado a sí mismos; no, Él dice “he reservado”. Lo mismo
que hemos visto en el capítulo 9, si Dios no hubiera hecho esto, hubieran sido como
Sodoma y Gomorra.
Romanos 11:5 “Así también aún en este tiempo ha quedado un
remanente escogido por gracia.”
Sí, nadie podía negar que la nación, como tal,
estaba enloquecida en su aborrecimiento y rechazo de Cristo. El mismo Saulo era
prueba de la furia superlativa de los israelitas contra Cristo. Pero, lo mismo
que en tiempos de Elías, había entonces una elección de gracia, de un gratuito
e inmerecido favor de Dios. En nuestros días pocos lo creen de corazón. No es
evidente que tanto Israel como nosotros los gentiles sean tan malos, unos
rechazadores tan absolutos de la gracia de Dios, hasta el punto de que, si no
hubiera sido por Su elección en gracia, nadie se hubiera salvado. Todos, sí,
todos, hubiéramos sido como Sodoma.
La total ruina del hombre y la elección de
Dios se mantienen o caen juntas. No se puede mantener lo uno y rechazar lo
otro. Observemos bien, estas escrituras muestran que no hay mala disposición de
parte de Dios, sino que el hombre no admite la gracia de Dios. Cuando se ve
esto, ¡qué preciosa es para el creyente la bendita verdad de la elección de
gracia!
Romanos 11: 6. “Y si por gracia, ya no es por obras; de otra
manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra
manera la obra ya no es obra.”
Esto es evidente de sí mismo. La salvación por
las obras, de la clase que sea, tiene necesariamente que relegar el libre favor
de Dios. ¿consideremos si nos encontramos en el libre, pleno y eterno favor de
Dios, o estamos tratando de alcanzarlo por obras?
(2) El grupo mayoritario: “Y los demás fueron endurecidos”.
Romanos 11:7 “¿Qué pues? Lo que buscaba Israel, no lo ha
alcanzado; pero los escogidos sí lo han alcanzado, y los demás fueron
endurecidos.
El Israel de hoy sigue plagado con este
endurecimiento o ceguera de tres maneras:
(a)
El endurecimiento causado por la caída de Adán (Efesios. 4:18).
(b)
La ceguera causada por Satanás (2 Corintios 4:4).
c)
La ceguera causada por Dios (Romanos 11:8).
Israel buscaba el favor mediante obras, pero “lo
que buscaba Israel, no lo ha alcanzado”. Con todo su odio hacia Dios, que se
les había revelado en Cristo, eran al mismo tiempo celosos de la ley y buscaban
la justicia por las obras. La rechazaban del libre favor de Dios, y nunca la
podrían obtener por obras. Fue por esta misma razón que su ciudad fue destruida
y ellos fueron dispersados o muertos. “Pero los escogidos sí lo han alcanzado”,
esto es, el libre favor de Dios en el que estaban. En cuanto al resto, los que
rechazaban el gratuito e inmerecido favor, “fueron endurecidos”. Y las
escrituras del Antiguo Testamento son citadas de manera abundante para
demostrar que esto sería así.
Esta trágica ceguera espiritual fue predicha
por Isaías (Isaías 29:10; Romanos 11:8) y David. Los profetas predijeron que
estos menospreciadores serían entregados a la ceguera judicial, y así ha sido
durante muchos siglos. Pero, ¿acaso el actual rechazo de la gracia de Dios de parte
de Israel y su consiguiente ceguera van a alterar de forma definitiva el
propósito y la promesa de Dios?
Tenemos ahora que contemplar con cuidado la disposición
del Señor respecto a esta cuestión. Dios había vuelto la caída de ellos en
ocasión para una gran bendición para los gentiles. Si esto es así, ¿Cuánto más
grande será la bendición de la plenitud de ellos?
Romanos 11:11 “Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para
que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a
los gentiles, para provocarles a celos. 12Y si su transgresión es la riqueza
del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿Cuánto más su plena
restauración?”
El mundo gentil había sido entregado a una
burda idolatría, como se afirma en el capítulo 1. Pero ahora, si la exclusión
de Israel como nación ha sido “la reconciliación del mundo”, ¿Qué será la
recepción de ellos, sino vida de entre los muertos? El Apóstol no está aquí
refiriéndose al llamamiento o a los privilegios celestiales de la iglesia, sino
a los privilegios terrenales.
Cuando Dios llamó a Abraham a que saliese, y
lo separó de entre las naciones, él vino a ser el olivo de bendición y de promesa
sobre la tierra. Su linaje vino a ser aquel árbol del privilegio del que él fue
la raíz. No se trata aquí, pues, de ser ramas en Cristo, sino de ramas del olivo
de la promesa y del privilegio. Esto involucraba también una santidad o
separación relativa del mundo.
Algunas de las ramas naturales fueron
desgajadas, no todo Israel, sino algunas. Para expresar la figura, los gentiles
habían sido injertados en este olivo de privilegio. Sin embargo, que no se
jacten los gentiles, porque Él dice: “No sustentas tú a la raíz, sino la raíz a
ti.”
Romanos 11:17-22 “Pues si algunas de las ramas fueron
desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas,
y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo, no te
jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz,
sino la raíz a ti. Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese
injertado. Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás
en pie. No te ensoberbezcas, sino teme. Porque si Dios no perdonó a las ramas
naturales, a ti tampoco te perdonará. Mira, pues, la bondad y la severidad de
Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para
contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás
cortado.”
Observemos esto: fue debido a la incredulidad que
fueron desgajadas. No fue porque Dios quisiera desgajarlas, sino debido a su incredulidad.
El gentil por la fe está en pie.” No te ensoberbezcas, sino teme” Hubo juicio, severidad
para con Israel, que cayó por su incredulidad, pero bondad para con los
gentiles, “Si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás
cortado.” Dios puede también volver a injertar a Israel.
Es totalmente contrario a la naturaleza
injertar olivo silvestre en el bueno. En toda la naturaleza se injerta el buen
olivo en el silvestre. Pero Dios ha tomado al pobre y silvestre gentil y lo ha
injertado en el buen árbol abrahámico del privilegio. Además, el Apóstol no
quiere que ignoren esta verdad dispensacional, “que ha acontecido a Israel
endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y
luego todo Israel será salvo, como está escrito”.
b.
La plenitud de los gentiles (Romanos 11:11-25).
Esta
frase (que la encontramos en 11:25) debe distinguirse de la de los tiempos de
los gentiles mencionada por Cristo en Lucas 21:24.
Romanos
11:25 “Porque no
quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en
cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte,
hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles;”
(1) Los “tiempos” de los gentiles es una frase
de naturaleza política, y se refiere a aquel período desde la cautividad de
Babilonia hasta el final de la tribulación. (Deuteronomio. 28:28-68; 2 Crónicas.
36:1-21; Daniel 9:24-27.)
(2) La plenitud de los gentiles es de
naturaleza espiritual, y se refiere al periodo de tiempo necesario para
completar el cuerpo de Cristo, compuesto de judíos y gentiles, que han sido
salvos desde Pentecostés hasta el rapto. (Hechos 15:14; Efesios 4:11-13)
Los detalles acerca de este período de la plenitud de los gentiles son como sigue:
(3) Los creyentes gentiles son integrados al
presente en el árbol de la salvación de Dios.
(4) Son tomados de un olivo silvestre (Romanos
11:17).
(5) Han sido injertados en un buen olivo (Romanos
11:24). Este proceso, como Pablo correctamente indica, es “contra naturaleza” (Romanos
11:24). Normalmente, cuando lo silvestre es injertado en el olivo bueno, lo
bueno queda dominado por lo silvestre. Sin embargo, cuando lo bueno es
injertado en el árbol silvestre sucede lo opuesto.
(6) Se les advierte a los gentiles que no se
ensoberbezcan ni se hagan arrogantes por su nueva situación “porque si Dios no
perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará” (Romanos 11:21).
Debemos, en este momento, considerar dos
pensamientos:
(7) Pablo no está enseñando que la Iglesia ha
tomado el lugar de Israel. Él ya ha preguntado y ha respondido esta cuestión en
Romanos 11:1: “¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera.”
(8) Tampoco está enseñando que un creyente
gentil pueda ser cortado de este árbol y perder su salvación. Simplemente está
diciendo que si Dios no perdonó a Israel por su apostasía, tampoco lo hará con
una Iglesia apóstata. El cristianismo va hoy en la misma dirección que Israel
fue en el pasado, y Dios lo rechazará y juzgará por ello.
Apocalipsis 3:14-16 “Y escribe al ángel de la iglesia en
Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la
creación de Dios, dice esto: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni
caliente. !!Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío
ni caliente, te vomitaré de mi boca.”
Pablo nos da los siguientes detalles en
relación con la plenitud de los gentiles:
Romanos 11:25 “Porque no quiero, hermanos, que ignoréis
este misterio”.
Un misterio en la Biblia es una verdad que ha
estado previamente oculta, sin revelar en el Antiguo Testamento, pero que ahora
ha sido declarada, y a veces explicada, en el Nuevo Testamento.
(9) Hay doce de estos misterios. Que son los
siguientes:
(a) El misterio del reino de los cielos (Mateo
13:3-50; Marcos 4:1-25; Levítico 8:4-15).
(b) El misterio del rapto (1 Corintios
15:51,52; 1 Tesalonicenses 4:16).
(c) El misterio de la Iglesia como cuerpo de
Cristo (Efesios 3:1-11; 6:19; Colosenses 4:3; Romanos 16:25).
d) El misterio de la Iglesia como la esposa de
Cristo (Efesios 5:28-32).
(e) El misterio de la morada de Cristo en el
creyente (Gálatas 2:20; Colosenses 1:26, 27).
(f) El misterio de la encarnación de Cristo
(Colosenses 2:2, 9; 1 Corintios 2:7).
(g) El misterio de la piedad (1 Timoteo.
3:16).
(h) El misterio de la iniquidad (2 Tesalonicenses
2:3-12; Mateo 13:33).
(i) El misterio del presente endurecimiento o
ceguera de Israel (Romanos 11:25).
(j) El misterio de las siete estrellas (Apocalipsis
1:20).
(k) El misterio de Babilonia la ramera (Apocalipsis
17:5,7).
(l) El misterio de Dios (Apocalipsis 10:7;
11:15-19)
En
Romanos 11:25 el misterio es “que ha acontecido a Israel endurecimiento en
parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles”.
2.
El rechazo no era permanente (Romanos 11:26-36).
a.
El Israel de Dios (Romanos 11:26-32).
(1) Serán restaurados mediante la ratificación
del pacto prometido.
Romanos 11:27 “Y este será mi pacto con ellos,
cuando yo quite sus pecados” (Isaías 59:21; 27:9; Jeremías 31:31-37; Hebreos
8:8; 10:16; Zacarías 13:1),
(2) Serán restaurados por medio de su Cristo
prometido.
Romanos 11:26 “Vendrá de Sión el Libertador, que apartará
de Jacob la impiedad”
Este tiempo de ausencia de diferencia llegará
a su fin. El propósito de Dios en la reunión de los gentiles se habrá cumplido.
Luego todo Israel será salvo, como está escrito. Entonces se cumplirán todas
las promesas dadas a ellos. Toda la nación entonces preservada de Israel será
recogida a su propia tierra y nacerá de Dios, como está escrito. Así es el
propósito de Dios. Aunque ahora son los más acerbos enemigos, Dios ha decretado
que así sea.
Romanos 11:29. “Porque irrevocables son los dones y el
llamamiento de Dios”.
Él no cambia. Ni una jota ni una tilde de Su
palabra fallarán.
Romanos 30-31 “Pues como vosotros también en otro tiempo
erais desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por la
desobediencia de ellos, así también éstos ahora han sido desobedientes, para
que por la misericordia concedida a vosotros, ellos también alcancen
misericordia.”
La traducción literal de estos versículos es
importante. Esto es sumamente maravilloso, y es ejemplo del principio ya dado:
Él tendrá misericordia de quien tenga misericordia. Los gentiles no tenían
derecho a la salvación. Estaban muertos en pecados y en incredulidad. Dios les
mostró una pura misericordia. Israel no estaba dispuesta a creer tal
misericordia y perdió derecho a todos sus privilegios por su incredulidad, para
que Dios pudiera finalmente salvarlos como nación, pero como objetos de
misericordia.
b.
El Dios de Israel (Romanos 11:33-36).
Romanos
11:33-6 “¡Oh profundidad
de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son
sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿Quién entendió la mente del
Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le
fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A
él sea la gloria por los siglos. Amén.”
Romano
11:32 “Porque Dios
sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos. ¡Oh profundidad
de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios!”
No
se hallará a nadie en la iglesia arriba o en el reino futuro de Dios en la
tierra que no haya sido salvo como objeto de misericordia. Así, en ambos casos
reina triunfante el libre favor de Dios.
Concluimos
este capítulo con la solemne advertencia de que si la Cristiandad gentil no
permanece en Su bondad, ella será también cortada. ¿Cuándo ha habido un tiempo en
el que la bondad y el libre favor de Dios fuesen más claramente rechazados que
en la actualidad? Nunca, desde los tiempos de los apóstoles, ha sido tan
predicada la plena y libre gracia de Dios, y por tanto nunca ha sido tan
rechazada.
Así
es como el Espíritu de Dios ha explicado este período de “no diferencia” en estos
tres capítulos, 9, 10 y 11. Después de su conclusión vendrá la dispensación del
reino de Cristo tal como ha sido predicho en todos los profetas. En aquel
tiempo, todo Israel será salvo, como objetos de Su misericordia. “A él sea la
gloria por los siglos. Amén.” Esto concluye la sección doctrinal de esta
maravillosa revelación de la justicia de Dios en Sus tratos con el hombre, la
lectura de la cual no nos aprovechara de nada a no ser que sea hecha efectiva
en nuestras almas por el Espíritu Santo.
¿Hemos
aprendido que no hay ni puede haber bien alguno en la carne? ¿Hemos creído a
Dios que “levantó de los muertos a Jesús Señor nuestro, el cual fue entregado
por nuestros delitos” (Romanos 4:24,)? ¿Hemos considerado estos delitos y hemos
visto que habían sido transferidos a nuestro santo Sustituto? ¿Puedo yo decir que
Él fue resucitado para mi justificación? De cierto que en tal caso estamos
justificados por la fe y tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo.
Ahora
bien, al encontrarnos en este abundante y libre favor de Dios, ¿Cómo debería
ser nuestro andar? Habiendo sido liberados y teniendo el Espíritu de vida, ¿Cuál
debería ser el fruto? Los capítulos restantes dan la respuesta a estas
preguntas.
Próximo
estudio: capítulo 12. Llegamos ahora a
la justicia práctica, el estado y el andar de aquellos que han sido hechos
objeto de la gracia de Dios, que han sido aceptados en un favor soberano y libre,
justificados de todas las cosas, y que están sin condenación en Cristo. Es por
esta misma compasión de Dios que les son dirigidos estos preceptos.
Romanos 12:1 “Así que, hermanos, os ruego por las
misericordias (o, compasión) de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional (o, inteligente).”
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