ESTUDIO ROMANOS XIII



Resumen estudio anterior:  El capítulo anterior muestra como ha de conducirse el cristiano en cuanto a los asuntos de conciencia. 

Los débiles en la fe. No hemos de juzgar a los demás. Tanto judíos como gentiles deben aprender a convivir, a pesar de tener opiniones diferentes sobre ciertas practicas, ya que provenían de distintos trasfondos.

Hoy continuamos con los finales capítulos

El ministerio terrenal de Cristo nos muestra el camino a seguir.

Fue un ministerio de amor, sacrificio, sufriente, bíblico, compartido, cierto, valiente.

 

5. El creyente y el Salvador (Romanos 15:1-13). El ministerio terrenal de Cristo es un modelo para el creyente (1 Pedro 2:21-25).

El ministerio de Cristo en la tierra, fue un ministerio de amor, sacrificio, sufriente, bíblico, compartido, cierto, valiente.

1 pedro 2:21-25 “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.”

 

a.- Fue un ministerio de amor

En el capítulo 15 de Romanos, el apóstol Pablo nos enseña a seguir el ejemplo del ministerio terrenal de Cristo, con la intención de que todo ello se refleje en una vida que también bendiga a su hermano.

                                                                                                                  

Llenos de cariño y preocupación hacia los demás.

Romanos 15:1-2 “Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos. Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación.”

¿Por qué lo fuertes deben “ceder” a la conciencia del débil? El camino del amor lo exige. El creyente fuerte no traiciona su conciencia al abstenerse de ciertas debilidades, pero el débil tiene que violar la suya para acomodarse a las libertades del fuerte. Por lo tanto, el fuerte debe escoger pensando en el débil.

 ¡Cuán tiernos y comprensivos deberíamos ser en estos días, cuando todos somos débiles y flojos!

Si te consideras a ti mismo fuerte en comparación con tu hermano, usa tu fuerza para servir a tu hermano en Cristo, en lugar de utilizar tu “fuerza” solamente para agradarte a ti mismo.

La idea de “soportar” no es en realidad el soportar como una carga; sino el soportar al hermano débil, con tu fuerza superior.

Esta idea va en contra del significado general de nuestros tiempos, el cual aconseja a las personas que “busquen al número 1” y que menosprecien al débil. Pero, sin poderlo negar, el apóstol Pablo señala el camino a la verdadera felicidad y cumplimiento en la vida. El apóstol dice “quita los ojos de ti mismo, empieza a edificar a otros y te hallarás edificado a ti mismo”.

“Cada uno de nosotros agrade a su prójimo”: Es un llamado simple, y un gran reto, el poner a nuestro prójimo primero. El apóstol Pablo después escribió mucho de esto en el libro de Filipenses.

Filipenses 2:3-4 “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.”

Esto no significa que la iglesia es gobernada por las flaquezas de los débiles. Una preocupación genuina por los débiles significaría un intento de hacerlos fuertes al conducirles fuera de sus flaquezas.

Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno: Esto muestra que Pablo no quiere dar a entender el ser un “hombre complaciente”. Ante la corrección del error, debemos considerarnos a nosotros primero y siempre corregir lo deficiente.

 

b.-Fue un ministerio de sacrificio: “Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo”.

Llenos con el ejemplo de Jesús, el cual pone a los demás primero.

Romanos 15:3-4 “Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí. Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.”

 

Jesús es el máximo ejemplo de alguien que no se agradó a sí mismo, sino que puso a los demás primero. Esta verdad la vemos más claramente  en Filipenses 2:5-11.

Filipenses 2:5-7 “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;”

c.-Fue un ministerio sufriente: "Antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban cayeron sobre mí" (Romanos 15:3).

De la forma que Jesús recibió abuso y sufrió males para la gloria de Dios, Él cumplió lo que estaba escrito en la palabra de Dios. Jesús mostró por su ejemplo que para la mayor parte de la cual nosotros somos muy rápidos para justificarnos, en lugar de dejar que Dios nos vindique. Jesús mostró como el Padre es capaz de vindicarnos.

El mandamiento que Jesús cumplió de Salmos 69:7 también aplica para nosotros. Para nuestra enseñanza se escribieron, para que tengamos esperanza, sabiendo que hacemos lo correcto aun cuando sea difícil.

Salmos 69:7 " Porque por amor de ti he sufrido afrenta; No sean confundidos por mí los que te buscan, oh Dios de Israel"

Cuando contestamos correctamente a los reproches que el mundo echa en contra de nosotros por el bien de Jesús, les molesta a ellos aún más. Les hace saber que no hay nada que ellos pueden hacer en contra de un hijo de Dios, los cuales tienen los ojos puestos en Jesús.

Una oración para el cumplimiento de esta actitud en las Romanos.

Romanos 15:5-6 “Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.”

La oración del apóstol es que Dios llevara a las iglesias romanas reunidas por las casas a un estado de armonía, amor y unidad que les permitiera honrar mejor a Dios.

Por otro lado, el hecho de que el apóstol Pablo ponga estas palabras en la forma de una oración demuestra que él reconoce que esta es una obra que el Espíritu Santo debe hacer dentro de nosotros.

Nuestro Dios es un Dios de la paciencia. Muy a menudo nos encontramos de prisa, y pareciera como si Dios obrara muy lento en nosotros. Muy seguido los propósitos de Dios parecen estar retrasados, pero ellos siempre se cumplen. Los retrasos de Dios no son negaciones de Él, y Él tiene un propósito de amor en cada momento de espera.

Amamos la paciencia de Dios con Su pueblo, ¡necesitamos que Él sea paciente con nosotros! Pero muy seguido resentimos la paciencia de Dios con Su plan. Pensamos que Él debiera de apurarse. Sin embargo, Dios es paciente para con Su pueblo y Su plan.

La meta es que glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Nosotros completamos esa meta al ser unánimes y hablar a una voz, al tener unidad en nuestra forma de pensar y hablar.

d. Fue un ministerio compartido: “Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios”

Romanos 15:7-13 “Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios. Pues os digo, que Cristo Jesús vino a ser siervo de la circuncisión para mostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los padres, y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia, como está escrito: Por tanto, yo te confesaré entre los gentiles, Y cantaré a tu nombre. Y otra vez dice: Alegraos, gentiles, con su pueblo. Y otra vez: Alabad al Señor todos los gentiles, Y magnificadle todos los pueblos. Y otra vez dice Isaías: Estará la raíz de Isaí, Y el que se levantará a regir los gentiles; Los gentiles esperarán en él. Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.”

 

“Por tanto”, recibíos los unos a los otros: En lugar de dejar que estos asuntos sobre cosas que tienden a levantar disputas dividan al cuerpo de Cristo (especialmente haciendo una división entre judíos y Gentiles), deberíamos de recibir los unos a los otros de la misma manera que Cristo nos recibió – en términos de pura gracia, a sabiendas de soportar nuestras faltas.

 

e. Fue un ministerio cierto: "Para confirmar las promesas hechas a los padres" (Romanos 15:8).

Como Mesías Cristo fue judío y ministró a Israel para cumplir las promesas y las profecías del Antiguo Testamento. Su propósito principal fue Israel, pero también tenía un plan para las naciones (los gentiles)

 

f. Fue un ministerio valiente: "Por tanto, yo te confesaré entre los gentiles, y cantaré a tu nombre. Y otra vez dice: Alegraos, gentiles, con su pueblo" Romanos 15:9

“Yo te confesaré entre los gentiles”: La cita de Salmos 18 describe al mismo Jesús dando alabanza entre los Gentiles.

“Como está escrito”: Pablo cita una serie de pasajes del Antiguo Testamento demostrando que Dios pretende que los Gentiles le alaben. En lugar de estar divididos en asuntos de discordia, los judíos y Gentiles deberían de unirse en Jesús sobre el fundamento en común de la alabanza.

“Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz”: La oración y bendición concluyendo en esta sección es apropiada. Mientras Dios nos llena con las bendiciones de Su gozo y paz en el creer, somos equipados para vivir en esta relación común de unidad a la cual Dios nos llama a participar.

 

B. Observaciones personales para los creyentes romanos (Romanos 15:14— 16:27).

La razón por la cual el apóstol Pablo escribe y la carga en su ministerio.

Romanos 15:14-16 “Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros. Mas os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como para haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo.”

Pablo no escribió debido a que él sintiera que los cristianos de Roma no pudieran discernir lo que estaba bien delante de Dios o que pudieran amonestarse los unos a los otros para hacer lo correcto. En lugar de eso, él escribió para recordarles, y animarlos a hacer lo que era correcto.

Esto es consistente con el llamado de Pablo de ser ministro de Jesucristo a los gentiles. Al cumplir este llamado, él no solamente predicó el evangelio de salvación, pero también instruyó a los creyentes a cómo vivir delante de Dios.

Cuando los Gentiles viven glorificando a Dios, entonces su ofrenda para Dios es agradable, santificada por el Espíritu Santo – la necesidad de tal sacrificio hace el escrito de Pablo necesaria.

Romanos 15:16 está llena con el lenguaje del sacerdocio. Pablo dice que él sirve como un “sacerdote que ministra” a Cristo Jesús, presentando al evangelio como un “servicio sacerdotal” para que de esta manera los Gentiles convertidos puedan ser un sacrificio agradable para Dios.

Cuando el apóstol Pablo define su ministerio como ministrando el evangelio de Dios, esta diciendo que el Ministerio del evangelio debe ser concebido como una ofrenda sacerdotal.


El apóstol Pablo se gloria en la obra que Dios ha hecho por medio de él.

Romano 15:7-19 “Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios se refiere. Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras, con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo.”

 

Mientras él considera su llamado de ser ministro de Cristo Jesús de los Gentiles, Pablo puede gloriarse en Dios de que él ha recibido tal llamado – hablando solamente de las cosas que Dios hizo por medio de él para traer salvación a los Gentiles.

El apóstol Pablo únicamente se gloria en aquello que Cristo ha hecho por medio de él. Él está seguro que Cristo ha hecho grandes cosas por medio de él, y él se agrada de poder llamar la atención en esas cosas. Pero él no quiere atraer la adulación. Lo que él trata de expresar es lo que Cristo ha hecho.

Para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras: Dios utilizó potencia de señales y prodigios y el amplio poder del Espíritu de Dios para ayudar al apóstol Pablo a llenar del evangelio de Cristo a cualquier lugar donde él fuera – desde Jerusalén a Ilírico.

Desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio: Ilírico es hoy en día el territorio de Yugoslavia y Albania. Esto significa que el ministerio de Pablo se disemino desde Ilírico hacia el Oeste, hasta Jerusalén, en el Este.

 

El deseo del apóstol Pablo de predicar el evangelio en nuevos lugares.

 

Romanos 15:20-21 “Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno, sino, como está escrito: Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán; Y los que nunca han oído de él, entenderán.”

 

El apóstol Pablo no quería edificar sobre fundamento ajeno. Pero él quería hacer el trabajo de pionero para el Señor – no porque estuviera equivocado o fuera malo el continuar la obra que otro hombre comenzó, pero porque había mucho por hacer en las fronteras.

Si no, como está escrito: Pablo vio su corazón pionero como obediencia a las Escrituras, cumpliendo el pasaje que él cita del Antiguo Testamento.

 

El deseo de Pablo de ir a Roma.  ¿Por qué Pablo aún no ha visitado a los cristianos de Roma.?

 

Romanos 15:22-24 “Por esta causa me he visto impedido muchas veces de ir a vosotros. Pero ahora, no teniendo más campo en estas regiones, y deseando desde hace muchos años ir a vosotros, cuando vaya a España, iré a vosotros; porque espero veros al pasar, y ser encaminado allá por vosotros, una vez que haya gozado con vosotros.”

Era su gran deseo de hacer la obra pionera que esta le había impedido el venir a los Romanos, pero él si deseaba verlos. Por lo tanto, Pablo piensa que él irá a visitar a los Romanos en un viaje futura a España, en donde Pablo predicará el evangelio en las fronteras. Deteniéndose en Roma en el camino, Pablo anticipa que él puede gozar el soporte y compañerismo de los Romanos antes de que él vaya a predicar el evangelio en las regiones lejanas.

Pablo quizás quería que Roma fuera su base de operaciones para la parte del oeste del imperio, aún cuando Antioquía era su base para la parte del este.

Pablo tenía estos planos; pero las cosas no se realizaron de acuerdo a sus planes. Él si fue a Roma, pero no como un misionero que se dirigía a España. Él fue a Roma como un prisionero esperando juicio delante de César, en donde él predicaría el evangelio en una frontera diferente.

Dios tenía fronteras inesperadas para el Evangelio en la vida del apóstol Pablo, dándole a él un acceso inesperado de predicar al emperador de Roma él mismo.

Después de su liberación de las prisiones Romanas al final del Libro de los Hechos, tenemos razones para creer que Pablo de hecho logró ir a España y predicar el evangelio allí.

 

Los planes presentes de Pablo.

 

Romanos 15:25-29 “Mas ahora voy a Jerusalén para ministrar a los santos. Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén. Pues les pareció bueno, y son deudores a ellos; porque si los gentiles han sido hechos participantes de sus bienes espirituales, deben también ellos ministrarles de los materiales. Así que, cuando haya concluido esto, y les haya entregado este fruto, pasaré entre vosotros rumbo a España. Y sé que cuando vaya a vosotros, llegaré con abundancia de la bendición del evangelio de Cristo.”

 

Pablo se detendría en Corinto de camino a Jerusalén, trayendo consigo una colecta de los cristianos de Macedonia y Acaya., como podemos ver en (Hechos 20:1-3).

La observación del apóstol Pablo es apropiada: los Cristianos Gentiles del amplio imperio Romano habían recibido mucho en cuestiones espirituales de la comunidad de los Cristianos Judíos en Jerusalén, entonces era lo correcto que ellos ayudaran a los cristianos de Jerusalén en su necesidad.

Ciertamente Pablo iría a Roma después de su tiempo en Jerusalén, ¡pero no de la forma que él lo planeó!

 

La petición del apóstol Pablo por oración.

 

Romanos 15:30-33 “Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios, para que sea librado de los rebeldes que están en Judea, y que la ofrenda de mi servicio a los santos en Jerusalén sea acepta; para que con gozo llegue a vosotros por la voluntad de Dios, y que sea recreado juntamente con vosotros. Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén.”

 

Sintiendo que el peligro le esperaba en Jerusalén (siendo advertido varias veces, como está documentado en Hechos 20:22-23 y Hechos 21:10-14), Pablo sabía que él necesitaba las oraciones del pueblo de Dios para que él pudiera atravesar la dificultad que se le había prometido.

La idea es que el apóstol Pablo quiere que los Romanos sean copartícipes con él en el ministerio por medio de sus oraciones. Es como que el nos dijera hoy “únanse a mí en mi lucha al orar a Dios por mí.”

La Iglesias,  sus miembros necesitan las oraciones. Los pastores son sostenidos por el poder del Espíritu por medio del apoyo de sus congregaciones.

Una cita de Charles Spurgeon, muy bien dice lo siguiente.

 “¿Te asombra que un hombre tan rico en gracia como Pablo debiera de pedir oraciones de estos santos desconocidos? No necesita asombrarte; pues es la regla de los grandes el pensar con más alta estima a los otros. En proporción al crecimiento de un hombre en gracia, él siente su dependencia en Dios, y, en un cierto sentido, su dependencia en el pueblo de Dios.” (Spurgeon)

El apóstol Pablo sabía que su peligro en Jerusalén vendría de aquellos que son rebeldes. Este era el caso, como es demostrado en Hechos 21:27-28 y 22:22.

También sabía que la iglesia en Jerusalén era muy conservadora, y que algunas veces tenían el concepto de hombres como Pablo como innovadores peligrosos; por esta razón, él le pido a los Romanos que oren que mi servicio a los santos de Jerusalén sea acepta.

Las oraciones del apóstol Pablo y los Romanos fueron contestadas, aunque no de la manera que ellos esperaban. Hechos 28:15 describe la “entrada triunfal” de Pablo en Roma, así que él si llego a ellos con gozo – ¡aunque también en cadenas!

 

Fue desde Roma y en Roma que el Señor le usó para exponer la plenitud del evangelio en la revelación de la iglesia. Desde allí envió la preciosa corriente de verdad a los Efesios, a los Filipenses y a los Colosenses. Así, en las más severas tempestades de la vida podemos reposar con paciencia, seguros de que Él hace bien todas las cosas. En los versículos 30-31 vemos como el Apóstol valoraba en mucho las oraciones de santos que nunca había visto, y sin embargo el Señor responde aquellas oraciones a Su propia manera.

En este capítulo él ha hablado de Dios como el Dios de esperanza y como el Dios de paciencia. "Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén." Así, necesitamos de cierto conocerlo como el Dios de esperanza, paciencia y paz.

 

¡Qué importante es conocerlo así en estos postreros y difíciles días!




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