Resumen estudios anteriores: Queda claro el tema de esta epístola en su inicio. La elección /predestinación del Dios Trino y de las bendiciones espirituales “en Cristo”, que la salvación nos da.
Podemos resumir estas bendiciones espirituales en Cristo, de esta manera:
1.-Elección y predestinación
2.- Redención en Cristo
3.- Poder de orar a Dios y ser escuchado
4.- Orar por sabiduría y conocimiento espiritual
5.-Conocer las riquezas de su Gloria
6.- Su poder a favor nuestro
7.-Conocer el Señorío de Cristo
En el estudio pasado de Efesios 1:15-22, el apóstol oraba para que seamos llenos del conocimiento de la verdad de Dios y seamos capacitados. Él quiere que seamos llenos del Espíritu de sabiduría y de revelación. Es por eso que los temas principales se resumen en lo visto.
1.-LA GRANDEZA DE NUESTRO LLAMAMIENTO
2.-LA GRANDEZA DE SU CONOCIMIENTO.
3.-LA GRANDEZA DE SU PODER.
a.-La exaltación del Cristo
b.-"la plenitud de aquel que llena todas las cosas en todos"
En este encuentro veremos la sección (Efesios 2:1-10) pasaremos a algo que dijimos puede parecer muy diferente, pero no lo es, pues el tema de la salvación por la gracia y por la fe, sin mezcla de obras humanas, constituye el meollo del Plan de los siglos.
“Fuimos salvados por gracia divina”
SALVOS POR GRACIA
Efesios 2:1-3 “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.”
La intención del apóstol Pablo al escribir estas palabras, sin duda, era establecer en la mente y corazón de los efesios, la diferencia y el contraste que debe existir entre la condición humana y la nueva vida.
Cuando se está separados de Cristo la persona no tiene una vida espiritual autentica. En este estado, la parte más vital de la personalidad humana está muerta; el ser humano no puede experimentar comunión con Dios, ni satisfacer sus requisitos mediante sus propios esfuerzos o ingenio.
La muerte espiritual significa estar separados de Dios. A menos que Dios intervenga, las personas que no tienen a Dios están en camino a la muerte eterna. Una persona puede estar viva físicamente pero espiritualmente muerta. Solo cuando Dios abre sus ojos a la verdad recibe vida espiritual.
El creyente regenerado necesita entender la distinción del estado pasado de su vida al actual, por esta razón, el apóstol Pablo, comienza con una exhortación a la conciencia para que se considere el hecho de “estar vivos” con más profundidad y madurez. “Antes estabas muerto, pero hoy vives”, y esto no gracias a nada que tu hayas hecho. Luego es importante fijarse, en como diferencia los términos delitos y pecados.
“Muertos en vuestros delitos y pecados”: Los delitos son deslices; (Acción que va en contra de lo establecido por la ley y que es castigada por ella con una pena grave).
Los pecados son yerros (Equivocación que se comete por ignorancia o por descuido).
¿Por qué el apóstol debe hacer esta diferenciación?
En Cristo, todo aquel que se arrepiente, es justificado ante Dios por medio de la fe. Todos sus delitos son cancelados mediante el sacrificio que Cristo realizo una vez y para siempre; no obstante, el asunto no queda hasta ahí. El cristiano debe continuar en este mundo, desarrollándose en su vida cristiana y alcanzando un estado más elevado de santidad. Es en este proceso en donde debe cuidarse de pecar, de seguir errando al blanco, cometiendo actos que ya no deberían contar en su vida. Por esta razón, la exhortación es a entender que anduvimos en otro tiempo en estos pecados, ahora hemos sido iluminados y debemos procurar buscar la iluminación de la palabra y la presencia de Dios. Este es uno de los deberes más sagrados e importantes de todo ser humano regenerado.
“Anduvisteis…siguiendo la corriente de este mundo”
Este mundo se asocia con el reino de satanás. El estilo de vida sin Cristo, es algo propio de los camino del diablo.
El termino aire se usaba en el mundo antiguo como referencia a los dominios espirituales, donde los demonios operaban en la vida de las personas que rechazaban la autoridad de Dios. En la cruz Cristo desarmó a satanás y a sus seguidores demoníacos, despojándolos de su poder.
Colosenses 2: 13-15 “Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.”
Esta victoria también fue para el beneficio de la humanidad caída, ya que por medio de su sacrificio, Dios anula el acta de decretos en nuestra contra.
El apóstol Pablo aclara estos dominios han sido vencidos en la cruz. No obstante, satanás todavía tiene autoridad limitada sobre los demonios en el mundo invisible, sobre los incrédulos, y sobre el sistema del mundo.
Juan 12:31 “Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.”
Podemos ver pruebas de su influencia a nuestro alrededor: el odio, las guerras, los homicidios, la injusticia, el racismo, y desintegración moral. Pero los cristianos pueden resistir exitosamente la influencia de satanás y vivir en obediencia a nuestro Señor Jesucristo.
“Vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne”
El término griego traducido “vivimos” es distinto al utilizado en el verso 2, interpretado como “caminamos en otro tiempo”, aunque la idea es similar.
“vivimos” significa ir y venir, y comportarse según ciertos principios. Separados de Cristo, nos dominan “los deseos de nuestra carne”, nos concentramos en preocupaciones egoístas en lugar de mirar a Dios.
El plural del término sugiere múltiples impulsos no redimidos en nuestra vida al margen de Cristo. La persona no rescatada queda a merced de la naturaleza tiránica y sus lujuriosos impulsos.
El apóstol nos dice que debemos decidir, y que nuestra alma debe decidir obedecer al espíritu y por consiguiente estar unido a Dios y a su voluntad, y no ceder ante los apetitos de nuestros cuerpo, de nuestros deseos y las tentaciones del mundo material.
Hoy hemos sido regenerados. Dios nos ha liberado del castigo y del poder del pecado en la cruz de Cristo. Por esta razón, el apóstol dice antes vivíamos en los deseos de nuestra mente, presos en la vida corrupta, pero hoy no debe ser así. Aunque Dios sabe que no hay nada bueno en nosotros, que nuestra humanidad no puede agradarle, el dio la salida. Gracias a Dios que ha otorgado una nueva vida, su vida no creada, regalada a los que creen en Cristo Jesús. Esta vida es la que debemos vivir hoy, con una mente renovada y refrescada por la palabra de Dios.
Aunque Dios no puede modificar nuestra carne, nos da su vida. La carne(deseos y pasiones) de un santo es la misma que la de un pecador. En la regeneración la carne no se transforma. El nuevo nacimiento no ejerce ninguna influencia sobre la carne. Permanece tal como es.
Dios no nos transmite su vida para educar o adiestrar a la carne. Al contrario, nos da su vida para vencer a la carne. El Señor restaura primero la posición de nuestro espíritu PARA QUE PODAMOS TENER COMUNIÓN CON ÉL, seamos obedientes a su palabra y venzamos nuestra carne.
El "ser por naturaleza hijos de ira”. El apóstol Pablo lo describe no como si solo se tratara de un simple desliz moral. La caída del hombre descrita en Génesis 3 muestra que se produjo una separación voluntaria de Dios mediante el rechazo. La entrada del pecado ocasionó una naturaleza pecaminosa en toda la humanidad. Hombres y mujeres son hostiles a Dios. “por naturaleza” y están separados de Él. Aunque tienen libertad moral, el pecado influye en forma negativa en sus decisiones y acciones. Las personas no se arrepienten con sinceridad ni se vuelven hacia Dios sin la capacidad divina. ”Por gracia sois salvos”.
Efesios 2:4-6 “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,”
Frente al rechazo del ser humano hacia Dios, el apóstol Pablo describe la nueva vida manifestada en la misericordiosa aceptación de los pecadores por parte de Dios, a causa de Cristo. El firme contraste destaca la respuesta divina ante la terrible situación de las personas.
El apóstol Pablo destaca en la frase “pero Dios” haciendonos ver que no da paga de acuerdo al mal del hombre, y exalta lo misericordioso del Señor diciendo “rico en misericordia”. La misericordia es la compasión de Dios hacia los indefensos, que los alivia de su situación. La gracia implica que Dios otorga a los creyentes aquello que no merecen, y la misericordia significa que no les de su merecido.
El sentido de reforzarnos la verdad de haber estado muertos y vivos ahora para Dios; es para asegurarnos en esta verdad. Es para ampliar nuestra perspectiva y ver la ventaja ofrecida por la historia redentora. Nos invita a valorar el gran amor de Dios que “nos dio vida” juntamente con Cristo.
No solo nos dio vida, sino que fue “juntamente con Él”
La amorosa misericordia de Dios no solo posibilita la nueva vida, sino que por ella nos ha vivificado, resucitado y sentado con Cristo. Su gran poder nos ha entronizado con Él en lugares celestiales, como Cristo fue exaltado a la diestra del Padre después de la resurrección.
¿Cuándo tomaremos nuestro lugar en el cielo?
En el tiempo presente, Dios ve a los cristianos como espiritualmente exaltados con Jesucristo. Un día ese estado llegará a ser también una realidad física.
DIOS HIZO TODO ESTO CON UN ÚNICO OBJETIVO
Efesios 2:7-9 “para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.”
La gracia y la fe son de Dios. No debemos describir la gracia como la parte de Dios y la fe, como la nuestra, porque toda la salvación es un don del Padre. La obra de la reconciliación no viene de nosotros y no es por obras, para que nadie se gloríe. Esto evita hasta la más leve complacencia o jactancia del creyente. “Solo Dios salva.”
El apóstol deja claro que la salvación es un despliegue de la gracia divina. Dio hizo todo esto en Cristo con un único objetivo: mostrar…las abundantes riquezas de su gracia, la exhibición de su favor divino para que toda la historia lo viera, incluso los ángeles.
1 Pedro 10-12 “los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.
Los profetas escribieron acerca de cosas que ellos mismos no comprendieron. Investigaron cuidadosamente el significado de la persona, las circunstancias y el tiempo a que se refería el Espíritu al señalar los sufrimientos de Cristo y la gloria que vendría después de tales sufrimientos. Hay realmente muchos lugares en el Antiguo Testamento que hablan de los sufrimientos de Cristo, y hay también muchos otros pasajes que mencionan la soberanía de Cristo y la época del reino. El mensaje de los profetas combinaba la gracia y la gloria y a ellos les resultaba difícil comprenderlas.
Los creyentes hoy estamos en una posición única por vivir en el intervalo de tiempo situado entre el sufrimiento de Cristo, que se encuentra en el pasado, y la gloria de Cristo, que todavía se encuentra en el futuro.
El apóstol Pablo termina con la frase “cosas en las cuales anhelaban mirar los ángeles”. Esto nos estimula a profundizar en las grandes verdades espirituales que envuelven nuestras vidas hoy.
Podemos opinar que los ángeles, estas criaturas inteligentes creadas por Dios están allí, en la esfera celestial mirándonos a usted y a mí, preguntándose por qué no nos ocupamos hoy en vivir conforme a la vida que hemos recibido y proclamar este importante mensaje. Ellos desean hacerlo ellos mismos. Les agradaría mucho poder venir y anunciar al mundo lo que Cristo ha hecho por la humanidad y cada uno de nosotros.
“Creados en Cristo Jesús para buenas obras”
Efesios 2:10 “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”
La obra de la salvación evidencia la mano de Dios. Las buenas obras son fruto de nuestra salvación y no su causa. Asimismo, no son algo imprevisto en el plan de Dios, sino parte esencial de su propósito de redención para cada creyente. Se demuestran en la gratitud, el carácter y los hechos.
Una vez que sabemos que somos salvos, y que el precio que fue pagado por nuestra salvación es grande y que valemos muchísimo, la pregunta es ¿para qué fuimos salvos? Responder a esta pregunta y vivir esa respuesta nos llevará a tener una vida con propósito.
Ciertamente lo mejor que a una persona le puede pasar es saber y descubrir para que existe; pero mucho mejor que eso es vivir en aquello para lo cual naciste. Cuando uno descubre y vive dentro de ese propósito, la vida no se torna color de rosa, pero sí podemos tener esa vida abundante del cual nuestro Señor Jesús habla:
Juan 10:1“…yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”
Jesús no solamente vino para que tengamos vida. Vida nos habla de ser salvos, por eso el apóstol Pablo dice: “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados” (Efesios 2:1).
Pero vida en abundancia, ya nos habla de un segundo momento, de una vida distinta. El apóstol Pablo nos hace desear vivir una vida de abundancia, y esto significa algo superabundante o superior.
Es a ese tipo de vida que Dios nos ha llamado. La pregunta es, ¿nosotros estamos viviendo una vida superabundante o superior? ¿Cuál es la diferencia que tenemos con las personas que están a nuestro alrededor? ¿Nuestros familiares, compañeros perciben esa vida en nosotros?
¡Oh cuanto nos falta de poder vivir esa vida abundante! Para eso es que Jesús vino, murió y pago un alto precio, para ser personas que tengan una vida superabundante y superior.
El objetivo final es que podamos vivir dignamente para Dios y explotar en un cántico de alabanza por la Gloria de su Gracia en Cristo Jesús.
Próximo estudio: Reconciliados por medio de la cruz.
Ambos pueblos reconciliados en Cristo. Judíos y gentiles, ambos pueblos tienen entrada al Padre por un mismo Espíritu. Recibimos una adopción que nos da una ciudadanía celestial con todos los derechos y deberes que esta elección conlleva. Somos edificados como un templo santo para ser morada de Dios en nuestro espíritu.
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