RESUMEN ESTUDIO ANTERIOR. Vimos la tercera manera en que el apóstol Pablo nos enseña a imitar nuestro padre celestial “Andar sabiamente”. Para eso debemos andar con diligencia. Dios valora inmensamente la diligencia, por lo tanto también incluye un andar sabio y con entendimiento.
Esto incluye aplicar el conocimiento adquirido para cuidar nuestra conducta, el tiempo, la mente, el cuerpo físico y espiritual, las relaciones, las actitudes.
Debemos ser llenos del Espíritu Santo en contraste a la disolución que el vino ofrece y todo lo que nos da soluciones falsas y placer mentiroso.
¿Cuál es nuestra fuente para beber entonces? Jesús, siempre él es la fuente inagotable para todo bien en nuestras vidas. El Espíritu Santo es el maestro, consolador y fuente de todo bien.
Hoy veremos cómo deben ser las relaciones en esta nueva unidad espiritual que conformamos. Como debemos relacionarnos en una vida de sometimiento y amor espiritual.
Toda esta sección no podemos aislarla de su contexto general, puesto que el apóstol ha hecho elevadas afirmaciones teológicas, para fundamentar sus exhortaciones prácticas a los cristianos en su vida diaria, en sus relaciones interpersonales, con el mundo y en la familia.
En esta sección, está usando este ejemplo de sometimiento para explicar un gran principio bíblico. Esto tiene su conexión con la sección anterior vista, en donde se nos enseñaba una de las tres formas de imitar a nuestro Dios, 1) Andar en amor, 2) Andad en luz y 3) Andar sabiamente
Para andar sabiamente el apóstol Pablo por medio de este trozo expresa dos mandatos (imperativos): 1) “No se emborrachen”; y 2) “sean llenos del Espíritu”.
El segundo de estos mandatos es seguido por cinco gerundios (verbos que terminan en “…endo” y “…ando”) que sirven como aplicaciones del mandato. Estos son: (1) animándose los unos a los otros; (2) cantando; (3) alabando; (4) dando gracias; y (4) sometiéndose los unos a los otros.
Pondremos lo visto en este diagrama, el cual representa la estructura gramatical del texto griego:
Efesios 5:21 “Someteos unos a otros en el temor de Dios.”
La vida llena con el Espíritu está marcada por una sumisión mutua. Cuando estamos llenos del Espíritu, esto se mostrará por nuestra mutua sumisión del uno con el otro; y la sumisión será hecha en el temor de Dios, no temor del hombre.
“Someteos”. La palabra someteos literalmente significa, “estar debajo de un rango”. Es una palabra militar. Habla de la forma en la cual un ejército está organizado por niveles de rangos. Tienes Generales, Coroneles, Comandantes, Capitanes, Sargentos y Cabos. Hay niveles de rango, y tienes la obligación de respetar a aquellos que tiene un rango mayor.
La idea de sumisión, no tiene nada que ver con alguien que sea más inteligente, o mejor, o más talentoso. Tiene que ver con el orden designado por Dios. También vemos que tan importante es el estar “bajo un rango”. En lo militar se tiene un nombre cuando ya no quieres estar “bajo un rango”. Se le llama “motín”. “De la manera que un ejército estaría en confusión si no hubiera niveles de autoridad, así la sociedad estaría en caos sin sumisión.
“Someteos unos a otros”. Para entender lo que esto significa, podemos examinar primera lo que NO significa. No significa que no hay idea de “rango” en el cuerpo de Cristo.
Sabemos que esto es lo que el apóstol Pablo no quiso decir, porque eso sería una clara contradicción de otras cosas que él escribió. Por ejemplo, en 1 Corintios 5:1-5, Pablo le dice a los Corintios Cristianos que se sometan a su autoridad y que hagan algo.
Otros ejemplos está en Hebreos 13:17, lo cual dice “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos.” Si el apóstol Pablo quiso decir que no hay “rango” o un “orden de autoridad” entre los creyentes, entonces este mandato en Hebreos 13:17 no tiene significado.
La idea de esta palabra militar es aplicada más fácilmente cuando un rango esta sobre otro. Pero aquí, el apóstol Pablo no la está utilizando de esa manera.
“Sométanse los unos a los otros.” El apóstol Pablo no está enfatizando la idea de un rango, debido a que él se dirige a todos los Cristianos. Pero hay algo más importante aquí.
El apóstol Pablo quiere decir que debemos de tomar esta actitud militar de estar “bajo un rango”, y aplicarla a nuestros tratos diarios con los demás. Cuando un hombre se une a los militares, lo primero que hacen es quitarle su individualidad. Ahora él es un miembro de una compañía o batallón. Ya no es un individuo. Cuando te unes al ejército, estas firmando esencialmente tu derecho de decidir lo que quieres hacer con tu vida y tu tiempo. Un ejército está lleno de individuos, pero nunca pueden ser individualistas. Eso es lo primero que se le quita a un hombre cuando se une al ejército.
En acción práctica, someterse los unos a los otros implica el seguir, todos en línea, la idea de ser “un equipo”:
El Cristiano no debe de ser desconsiderado, debe de pensar en los demás.
El Cristiano no debe de ser individualista
El Cristiano nunca debe de ver por sí mismo.
Debemos de tener una “actitud de equipo”.
Debemos estar felices cuando alguien más tiene éxito o le va bien.
“En el temor de Dios”. Este es un punto importante, porque el apóstol Pablo repite la idea a través de toda la extensión que habla sobre someterse:
Esposas, sométanse a sus maridos, como al Señor.
Hijos, obedeced en el Señor a vuestros Padres, porque esto es bueno.
Siervos, sean obedientes para con sus amos de acuerdo en la carne, con temor y temblor, sinceros de corazón, como en Cristo.
Las palabras “en el temor de Dios” describe cual debe de ser nuestro motivo para someterse unos a los otros. Nos debemos de someter a los demás, sin vernos de una manera individualista, pero en unidad, como una compañía o batallón, por respeto a Dios, el Padre, y por respeta a Cristo Jesús.
El motivo para someterse no es amabilidad social. El motivo para someterse no es la ley de Dios. El motivo para someterse es por respeto a Cristo Jesús. Si respetamos a Jesús, entonces nos debemos de someter los unos a los otros, porque amamos a Jesús. El apóstol Pablo utiliza la palabra temor en este pasaje, pero es un temor, un respeto, que es compatible con amor. Es un temor de decepcionar a Jesús, un temor de entristecerle. Eso es totalmente compatible con el amor. Cuando en verdad respetas a alguien, estas interesado en agradarle a él o ella, y tienes miedo de decepcionarle.
“La vida llena del Espíritu, sujeción, y responsabilidad en el matrimonio.”
Esta estructura deja bien en claro que las palabras del apóstol Pablo acerca de la sumisión en el matrimonio son dadas como una aplicación del tema principal, que es la vida en el Espíritu.
Hasta aquí vamos bien. Pero, ¿Por qué el apóstol Pablo les dice a las esposas que se sometan a sus esposos? ¿Por qué es esto una aplicación apta de su vida en el Espíritu? Debemos saber que el andar en la luz significa que las esposas se sujeten a sus maridos.
Efesios 5:22-24. Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.”
“Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor”
“Las casadas”. El apóstol Pablo se dirige a las casadas y su responsabilidad en el matrimonio Cristiano. Esto no es porque sea un problema más grande, o porque necesiten una atención especial. El motivo es porque el apóstol estaba particularmente preocupado sobre el tema de sujeción. Ese fue el principio que él introdujo en Efesios 5:21. Este aspecto de sujeción tiene una aplicación particular para las casadas en el matrimonio Cristiano.
La misma lógica continúa en el texto de Efesios 6. Los hijos deben dirigirse delante de los padres porque el apóstol estaba preocupado por la sujeción. Los siervos deben dirigirse a sus amos porque el apóstol estaba preocupado primordialmente por la sujeción.
El tema en esta sección, es sujeción, y el apóstol se enfocó en un “reino” particularmente importante de la sujeción; el matrimonio Cristiano, de la esposa hacia al marido.
“Las casadas, estén sujetas”. El estar sujetas significa que se reconoce que alguien tiene una autoridad legítima sobre sí. Significa que se reconoce que hay un orden de autoridad, y que somos parte de una unidad, un equipo. Como individuo, no eres más importante que el trabajo de la unidad o del equipo.
El someterse no quiere decir que somos inferiores. También, el someterse no significa guardar silencio. El someterse significa, ‘en pro de la misión’. Hay una misión para el matrimonio Cristiano, y esa misión es el obedecer y glorificar a Dios. La casada dice, “Me pondré bajo esa misión. La misión es más importante que mis deseos individuales. No me estoy colocando debajo de mi esposo, me estoy colocando debajo de la misión que Dios tiene para nuestro matrimonio, para mi vida.”
“A sus propios maridos”. Esto define la esfera de la sujeción de la esposa. La Biblia nunca ordena una sujeción generalizada de la mujer ante los hombres en la sociedad. Este orden se da únicamente en la esfera del hogar y de la iglesia. Dios no ha mandado en Su palabra que los hombres tienen la autoridad exclusiva en las áreas políticas, negocios, educación, y muchas otras áreas.
“Como al Señor”. Es una frase central y que hay que entender bien, para no cometer errores de comprensión y aplicación.
¿La casada se debe de someter al marido como si él fuera Dios?
En ningún lugar la Escritura enseña una sujeción incondicional sin excepción, sino solamente a Dios, y sólo a Dios. El violar esto es cometer el pecado de idolatría. Es cierto que la esposa le debe al esposo respeto, pero la mujer muestra su respeto de manera piadosa como al Señor.
Muchas mujeres dicen “Yo me someto a él, mientras él haga lo que el Señor quiera”, “Yo me someteré a él cuando él haga las decisiones correctas y las lleve a cabo de la manera correcta. Cuando él haga una mala decisión, él no está en el Señor, y allí yo no me debo de someter a él.” Eso para nada es someterse
Como al Señor no define la extensión de la sujeción de la esposa. No define el límite de la sujeción de la casada. Define el motivo de la sujeción de la esposa.
“Significa: ‘Las casadas, sujétense a ustedes mismas hacia sus maridos porque es una parte de su deber hacia el Señor, porque es una expresión de su sujeción para el Señor.’ Es parte de tú comportamiento Cristiano, es parte de tú discipulado. Esto no tiene nada que ver con la inteligencia del marido, sus dones o capacidad. Tiene que ver con darle honra al Señor.
Esto no tiene nada que ver con que si el marido está en lo “correcto” en un asunto en particular. Tiene que ver con que Jesús este en lo correcto
Razones para la sujeción de una esposa Cristiana.
Efesios 5:23-24 “porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.”
1era razón
“Porque”. El mandato dado en Efesios5:22 es difícil. Dios sabe esto, así que Él incluye las razones para Su mandamiento. Él quiere que entendamos el principio detrás de este mandato, y que entendamos que Dios no está simplemente haciendo reglas.
La primer razón para una esposa Cristiana se sujete a su marido se encuentra en Efesios 5:22, en las palabras como al Señor. Esto significa que el motiva para su sujeción debe ser obediencia y respeto a Jesús, en lugar de obediencia y respeto a su marido.
2da razón
“Porque el marido es cabeza de la mujer”. El apóstol aquí declara una segunda razón para la sujeción de la casada. Es porque el marido es cabeza de la mujer. En un sentido pleno, cabeza tiene la idea de jefatura y autoridad. Significa el tener la apropiada responsabilidad para dirigir, y la rendición de cuentas. Es bueno y apropiado de someterse a alguien que es nuestra cabeza.
1 Corintios 11:7-10 “Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón. Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón. Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles.”
Este pasaje pone el punto claro y hace un énfasis fuerte. Dios creó a Adán primero, y Él le dio Su responsabilidad sobre Eva. Esto sucedió antes de la caída. Por lo tanto, este pasaje pone en claro que antes y después de la caída, Dios ordenó que debieran de ver diferentes roles entre marido y mujer. La diferencia en roles entre marido y mujer no son el resultado de la caída, y no son borrados por nuestra nueva vida en Jesús.
Lo que él está diciendo es que la mujer es diferente, que ella es el complemento del hombre. Lo que él prohíbe es que la mujer busque el ser varonil, esto es, que la mujer busque el comportarse como hombre, o que la mujer busque el usurpar su lugar, y el poder que le ha sido dado al hombre por Dios mismo. Eso es todo lo que él está diciendo. No es esclavitud; él está exhortando a sus lectores que se den cuenta lo que Dios ha ordenado.
3era razón
“Como Cristo es cabeza de la iglesia…Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos”: Aquí el apóstol Pablo presenta una tercera razón para la sujeción de la esposa Cristiana hacia su marido. Ella se debe de someter debido a que la relación de marido y mujer es un modelo de la unión entre Jesús y la Iglesia.
Este punto es claro y simple. Tenemos un modelo para la relación de matrimonio: la relación entre Jesús y la Iglesia. En esa relación, el liderazgo de Jesucristo es absoluto. Así es también el marido, la cabeza del “equipo”, eso es la relación de una sola carne entre marido y esposa.
La iglesia es el cuerpo de Cristo y él es su salvador. No podemos decir que el marido en esta semejanza, es el salvador de la esposa. El apóstol Pablo utilizó un entendimiento más amplio de la palabra Salvador, el cual puede simplemente significar, preservador. Es en esta manera que el marido debe ser el salvador de su esposa.
Efesios 5:28-29 “Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia.”
¿Entonces cuál es la doctrina?
Es claramente esta. La esposa es la que es mantenida, preservada, guardada, escudada, provista por el esposo. Esa es la relación, de la forma que Cristo cuida y abriga a la iglesia, así el marido nutre y cuida de la esposa, y la esposa se debe de dar cuenta que esa es su porción en esta relación.
“Su cuerpo”. La imagen del cuerpo muestra que tan esencial es la sujeción de la esposa Cristiana. “La esposa no debe de actuar antes que el esposo. Todas las enseñanzas indican que él es la cabeza, el cual él finalmente controla. Así que ella no actúa de manera independiente de él, ella no actúa antes que él, es igualmente cierto el decir que ella no debe de retardar la acción, no debe de aplazar la acción, ella no debe de rehusarse a actuar.
Podemos resumirlo así: La enseñanza es que la iniciativa y el liderazgo son finalmente del marido, pero la acción siempre debe de estar coordinada. Ese es el significado de esta imagen, acción coordinada, pero liderazgo en la cabeza. No se sugiere aquí un sentido de inferioridad. La esposa no es inferior a su marido; ella es diferente
“A sus maridos en todo”. El apóstol Pablo dice que la esposa debe de estar sujeta a su marido en todo. ¿En realidad él quiere decir en todo? Esto necesita entenderse.
Cuando el marido le pide a la casada que peque, ella tiene libertad de su obligación de sujetarse. También aplica en el asunto de la verdadera consciencia Cristiana. Pero debemos de tener cuidado el distinguir entre una verdadera consciencia Cristiana y mera opinión. Pero la esposa no debe de sujetarse a una petición para cometer pecado.
Algunos ejemplos:
Cuando el marido es físicamente abusivo, y pone en peligro la seguridad de la esposa y los hijos; la esposa tiene la libertad de su obligación a sujetarse. Ella no tiene por qué sujetarse a la violencia del marido.
Cuando el esposo rompe la ligadura del matrimonio con adulterio. Obviamente, una esposa no debe de someterse al adulterio del marido y aceptarlo así nomás. La Biblia dice que ella tiene, en tales casos, el derecho de “salir de su rango”. Si el esposo ha sido culpable de adulterio, la esposa ya no está ligada de prestarle obediencia en todo. Ella puede divorciarse de él, a ella la Escritura le permite hacer eso. Ella tiene el derecho de hacerlo porque el adulterio rompe la unidad, rompe la relación. Ahora ellos están separados, y no son uno. Él ha roto la unidad. Así que no debemos de interpretar esta Escritura como que enseña que la esposa es esto irrevocablemente, inevitablemente ligada a un marido adultero por el resto de su vida. Ella puede elegir estarlo, y eso lo debe decidir ella. Todo lo que estoy diciendo es, que la Escritura no lo manda.”
El sencillo mandamiento para los maridos Cristianos: amen a sus esposas.
“Maridos, amad a vuestras mujeres”. Las palabras de Pablo a los maridos Cristianos salvaguardan sus previas palabras a las esposas. Aunque se le pida a las casadas el someterse a sus maridos, esto no excusa a los maridos a actuar como tiranos sobre sus esposas.
2 Timoteo 1:7, Dios nos ha dado el espíritu de poder, pero también el de amor. Poder, en su vida Cristiana, siempre debe de ejercitarse en amor. No es solamente poder, no es el poder de un dictador o de un pequeño tirano, no es la idea de un hombre que se apropia de ciertos derechos, y pisa sobre los sentimientos de su esposa y muchas otras cosas; no se sienta en el hogar como un dictador. Ningún marido tiene el derecho de decir que él es la cabeza de la esposa a menos que ame a su esposa. Así que el reino del esposo debe ser un reino y un gobierno de amor; es un liderazgo de amor.
¿Cómo deben amar a sus mujeres entonces?
“Amad a vuestras mujeres”: Pablo utilizó la antigua palabra Griega ágape. Los antiguos Griegos tenían cuatro distintas palabras que se traduce a amor. Es importante el entender la diferencia entre las palabras, y por qué el apóstol Pablo eligió la palabra Griega ágape en este texto:
Eros era una palabra para amor. Describe, como quizás podemos adivinar de la misma palabra, un amor erótico. Se refiere al amor conducido por el deseo.
Storge era la segunda palabra para amor. Se refiere al amor de familia, el tipo de amor que hay entre padres e hijos, o entre los miembros de familia en general. Es el amor dirigido por la sangre.
Philia es la tercera palabra para amor. Habla de amistad fraternal y afecto. Es un amor de profunda amistad y compañerismo. Puede ser descrito como el amor más alto, del cual el hombre, sin ayuda de Dios, es capaz de tener. Es cariño, o el amor dirigido por el interés común y afecto.
Ágape es la cuarta palabra para amor. Eros, storge, y philia, cada uno habla sobre el amor que se siente. Éstos describen amor “instintivo”, amor que sale espontáneamente del corazón.
Ágape tiene que ver con la mente: no es simplemente una emoción el cual se levanta sin ser invitado en nuestro corazón; es un principio por el cual nosotros deliberadamente vivimos. Ágape no tiene en realidad nada que ver con sentimientos, tiene que ver con decisiones.
Hablando estrictamente, ágape no puede ser definido totalmente como “el amor de Dios”, porque se dice que los hombres amaron (ágape) al pecado y al mundo (Juan 3:19, 1 Juan 2:15). Esta definición aunque presenta grandes elementos, solo puede ser una mínima expresión de la esencia “del amor perfecto” que es Dios mismo.
Pero puede ser definido como un amor sacrificial, que da, que absorbe. La palabra tiene poco que ver con emoción; tiene mucho que ver con negación propia por el bien de otro.
Es amor que ama sin cambiar
Es un amor que da por su propia cuenta sin demandar o esperar un pago.
Es un amor tan grande, que puede ser dado a los que no son amables o pocos atractivos.
Es un amor que ama aun cuando es rechazado.
El amor ágape ama y da porque quiere; no demanda o espera un pago por el amor dado. Da porque ama, no ama para poder recibir.
Podemos leer este pasaje y pensar que el apóstol Pablo está diciendo: “maridos, sean amables con sus esposas.” O, “maridos, sean buenos con sus mujeres.” No hay duda que para muchos matrimonios esto sería una gran mejora. Pero eso no es lo que el apóstol escribió. Lo que él quiere decir es: “maridos, practiquen la negación propia continuamente por el bien de sus mujeres.”
El estándar y ejemplo del amor del marido Cristiano.
Efesios 5:25 “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.
“Como Cristo amó a la iglesia”: La actitud de Jesús hacia la iglesia, es el patrón para el amor del marido Cristiano hacia su mujer. Esto muestra que el matrimonio sin amor no agrada a Dios. No cumple Su propósito. Este es amor que se da a los inmerecedores. Este es un amor que se da primero. Este es un amor que puede ser rechazado, pero que aun así, ama.
Demuestra que Jesús ama su iglesia con un amor especial. Jesús ama al mundo, y él murió por el mundo; pero de la manera que un marido puede tener un amor general por todos, él debe de tener un amor especial para con su desposada.
La acción de Jesús hacia la iglesia es un patrón. Esto nos ayuda a definir de que se trata el amor: es un amor de sacrificio propio. ¿Cómo debe de amar el marido a su mujer? Como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella
“Para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra”
Esto habla de la obra de Jesús por la iglesia. Obvio que un marido no puede limpiar espiritualmente a su esposa de la misma manera que Jesús limpia a la iglesia. Pero un marido puede tomar un interés activo y cuidadoso en la salud espiritual de su mujer. Como sacerdote del hogar, él la ayuda mantenerse “limpia” delante del Señor.
La aplicación de los principios a los deberes de un marido Cristiano.
Efesios 5.28-29 “Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia,”
Ellos deben de amar a sus mujeres porque la relación entre marido y esposa tiene un patrón: la relación de Jesús y Su iglesia. El marido Cristiano debe de amar a su mujer de esta manera porque son una sola carne, de la misma manera que Jesús es uno con la iglesia.
Un hombre debe de amar a su mujer como a su cuerpo, como parte de sí mismo. Como Eva era parte de Adán, tomada de su costado, así la esposa es para el hombre, porque ella es parte de él.
El Apóstol lo pone en esta forma para que el marido pueda ver que él no puede despegarse a sí mismo de su esposa. Ella es parte de ti, dice el Apóstol, así que recuerda siempre eso. El esposo debe de darse cuenta que su esposa es una parte de él mismo. Él no sentirá esto de manera instintiva; se le debe de enseñar; y la Biblia lo enseña en todas partes.
“El que ama a su mujer, a sí mismo se ama”
Dicho de manera sencilla, cuando tú amas a tú esposa, tú te beneficias a ti mismo. Cuando descuidas a tú esposa, tú te descuidas a ti mismo, y volverá para herirte.
En un nivel práctico, por lo tanto, el todo de la forma de pensar del marido debe de incluir también a su esposa. Nunca debe pensar de sí mismo como aislado. El momento que él lo hace así, él ha quebrantado el principio más fundamental del matrimonio.
Cualquier hombre en sus cabales cuidará su propia carne, aun cuando solo es en el sentido de alimentarlo y cuidarlo. Él sabe que si no lo hace, él sufrirá por ello. De la misma manera, una vez que sabemos el hecho Bíblico de esta unidad, si estamos en nuestros cabales, entonces el hombre sustentará y cuidará a su esposa, porque ella es parte de él.
“Como también Cristo a la iglesia” El principio de la unidad también es dominante en la relación entre Jesús y Su pueblo.
Hay unidad de vida: Compartimos la misma vida de resurrección
Hay unidad de servicio: Somos privilegiados de ser compañeros con nuestro Señor.
Hay unidad de sentimiento: Jesús siente una simpatía peculiar con nosotros, y sentimos una simpatía única con Él.
Hay unidad en la necesidad mutua: No podemos existir sin Él, y Él no puede existir sin nosotros, en el sentido que un redentor no es un redentor sin no hay redimidos; un salvador no es un salvador si no hay nadie a quien salvar.
Hay unidad de naturaleza: El mismo código genético nos une con nuestro Salvador, y somos participes de la naturaleza divina.
Hay unidad de posesión: Compartimos las riquezas de Su gloria ahora y en el siglo por venir.
Hay unidad de condición actual: Cuando nuestro Salvador es levantado en lo alto, también lo son Su pueblo con Él.
Hay unidad de un destino futuro: Seremos glorificados con Él.
“La unión mística entre Jesús y la iglesia, y su relación al matrimonio.”
Efesios 5:30-32 “porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia”.
El apóstol Pablo trae de vuelta la analogía. Primero, la relación entre Jesús y la iglesia nos habla sobre la relación de marido y mujer. Ahora la relación de matrimonio nos habla sobre la relación entre Jesús y Su pueblo. Jesús quiere vivir con Su pueblo con la misma intimidad, amor, y cooperación, la cual un marido y mujer ideal comparten.
Esto es verdad, en cuanto al patrón del primer hombre y la primera mujer. “La mujer fue hecha en el principio, como resultado de una operación la cual Dios realizó sobre el hombre. ¿Cómo es que la iglesia llega a ser? Como resultado de una operación que Dios realizó en el Segundo Hombre, Su único, amado Hijo en el monte de la Calavera. Un profundo sueño llegó sobre Adán. Un profundo sueño cayó sobre el Hijo de Dios, Él entregó el espíritu, Él expiró, y allí, de dicha operación, salió la iglesia. De la manera que la mujer fue tomada de Adán, así la iglesia es tomada de Cristo. La mujer fue tomada del costado de Adán; y es por medió de la sangre del Señor, de la herida de su costado, del lugar donde sale la iglesia
“Un resumen para maridos y esposas”
Efesios 5:33 “Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.”
Cada uno de vosotros significa que todos nosotros debemos de poner nuestros ojos en la meta que la Biblia nos muestra. La unidad es el principio central del matrimonio; y es debido a que muchas personas, en este mundo moderno, nunca han tenido algún concepto de que está implicado en el matrimonio, desde el punto de vista de la unidad, por lo cual ellos están llegando livianamente al matrimonio, y están rompiendo sus votos y juramentos, y tanto que el divorcio se ha convertido en uno de los grandes problemas de nuestra era.
Lo supremo es siempre el considerar a nuestro Señor Jesucristo. Si un marido y mujer están juntos, considerándole a Él, estarán cumpliendo en honrar su vínculo divino.
Este es el pasaje de las Escrituras que representa con mayor caridad el carácter de la Iglesia como esposa de Cristo. Así el apóstol Pablo culmina tipificando la relación de Dios con su pueblo.
PRÓXIMO ESTUDIO.Comenzaremos con el capítulo 6 y final de esta epístola, contestaremos esta pregunta ¿Qué hay de los hijos?.
Asimismo veremos como esta hermosa esposa celestial se convierte en una guerrera espiritual.(La armadura de Dios).
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