ESTUDIO EFESIOS 15

 

 


RESUMEN CAPITULO ANTERIOR: vimos la vida llena del Espíritu, sujeción, y responsabilidad en el matrimonio. Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor”. El sencillo mandamiento para los maridos Cristianos: amen a sus esposas. “La unión mística entre Jesús y la iglesia, y su relación al matrimonio.

Nos encontramos hoy en este último capítulo. En los versículos 1 al 9 hablaremos de "las relaciones del soldado"; en los versículos 10 al 12, consideremos al "enemigo del soldado"; en los versículos 13 al 18 veremos "la protección del soldado": y al final, en los versículos 23 y 24 escucharemos "la bendición del soldado".

 

LA IGLESIA ES UN SOLDADO

Llegamos al último capítulo de esta epístola, y no podemos entender este gran final, sin antes hacer un recordatorio de los puntos más relevantes y fundamentales de la doctrina aprendida.

Recordemos que esta carta estaba dividida en dos secciones principales. La primera sección, de carácter doctrinal, y que abarca los capítulos 1 al 3, se titula "El llamado celestial de la iglesia". A estos tres primeros capítulos les habíamos asignado los siguientes títulos: al capítulo primero, "La iglesia es un cuerpo"; al capítulo segundo, "La iglesia es un templo"; y al capítulo tercero, "La iglesia es un misterio". La segunda sección, de carácter práctico, abarca los capítulos 4 al 6, la hemos titulado "La conducta terrenal de la iglesia". A estos tres capítulos les habíamos asignado los siguientes títulos: al capítulo cuarto, "La iglesia es un nuevo hombre"; al capítulo quinto, "La iglesia será una esposa"; y al capítulo sexto, "La iglesia es un soldado".

Cada día nos enfrentamos a un mundo hostil, a un enemigo perverso e insistente, a una debilidad humana que debe ser sometida cada día a la cruz de nuestro Señor. ¡Cuánta razón tuvo entonces,  el apóstol Pablo,  para usar de mañanera implícita en esta oportunidad, la interesante analogía de la vida del creyente, como un soldado en esta vida!

Ahora en el capítulo 6 el apóstol nos hablara de forma explícita. La iglesia en esta sección es preparada para ser una guerrera, un soldado de Jesucristo. El apóstol se preocupa de mostrarle la realidad espiritual que le rodea,  para que sepa como enfrentarla y protegerse de ella. Debe andar de un modo disciplinado y alerta porque su enemigo la quiere someter, debilitar y arrastrar al fracaso.

Esta iglesia se enfrentara a su enemigo con éxito solo y por medio de una vida de buen testimonio. Un cuerpo que sepa guardar la unidad en el vínculo de la paz, sometiéndose los unos a los otros en amor, respetando las autoridades, teniendo familias fuertes en las que los maridos ejerzan su liderazgo como Cristo lo hace con su Iglesia.

El enemigo buscara dividir para reinar, es por eso que es indispensable la unidad y el respeto mutuo. “Un reino dividido contra sí mismo no prosperara”. Así dijo el Señor. No podemos olvidar que la función del enemigo y su misma esencia es matar robar y destruir.

LA IGLESIA PREPARADA PARA LA GUERRA

En  esta sección dijimos que  el apóstol toma la imagen de un soldado para enseñarnos que debemos ser disciplinados en nuestra vida espiritual y sobre todo aprender que es necesario respetar la autoridad, entender el sentido de equipo, la disciplina en el vivir, el respeto mutuo, el objetivo común.

Los individuos y familias como Iglesia al obedecer a estos  principios, tendrán una conciencia limpia ante Dios y una gran protección ante su enemigo.  Ahora el apóstol Pablo lleva a otro nivel esta instrucción para que la Iglesia pueda enfrentarse con éxito al mismo reino espiritual, en donde se origina el mal existente en este mundo.

Adentrándonos a la primera parte del capítulo 6, se inicia con instrucciones para hijos, padres, siervos y amos. Esto puede parecer ajeno a la vida de un soldado. Sin embargo, la preparación de un soldado no comienza en el campamento militar; comienza cuando él es un niño en el hogar.

Lamentablemente, uno de los grandes problemas de nuestros jóvenes en el día de hoy, y también de algunas personas mayores, es que ellos cuando eran niños, no recibieron una formación apropiada en sus hogares. Y una preparación adecuada requiere disciplina.

Efesios 6:1 "Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo."

Aquí dice que es justo, porque está de acuerdo con la voluntad de Dios. Es una actitud justa porque Dios lo ha dispuesto de esa manera. Lamentablemente nuestra realidad hoy es muy distinta. La desobediencia a los padres es la última y más baja forma de rebelión que ocurrirá en la tierra; así lo dijo el apóstol Pablo en Segunda de Timoteo.

2 Timoteo 3:1- 2 "1También debes saber que en los últimos días vendrán tiempos peligrosos. Habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanidosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos".

Así que la desobediencia a los padres será una de las características de los últimos días. Hoy ya se oye de muchos casos en los cuales los hijos rechazan la autoridad de los padres y hay casos de agresión e incluso de asesinato a padres. Ésta es una señal que nos indica los tiempos en que estamos viviendo.

La primera lección que un soldado debe aprender es la obediencia hacia aquellos que tienen autoridad sobre él. Porque tiene que obedecer órdenes. Esta preparación básica se aprende en el hogar. Después de que el soldado ha aprendido a obedecer, entonces está en una posición en la que puede ser ascendido al grado de oficial, en el cual él dará órdenes a otros. El saber dar órdenes depende mucho de cómo el soldado ha aprendido a obedecer. El entrenamiento básico se recibe en el hogar por medio de la relación entre padres e hijos, y después en las relaciones laborales entre jefes y empleados. Las victorias de la vida cristiana son ganadas en el hogar y en el puesto de trabajo.

Efesios 6:2 "Honra a tu padre y a tu madre que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien y seas de larga vida sobre la tierra."

Dios le ordenó al pueblo de Israel que HONRARA a su padre y a su madre. Ese fue un mandamiento sencillo de Dios, escrito con su propia mano, y entregado por Moisés a ellos; era de naturaleza moral, y obligación eterna.

Deuteronomio 5:16 “Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.”

Es el primer mandamiento con una promesa. Los otros mandamientos prometieron algo para el caso de que no fueran obedecidos, pero no prometieron nada si eran cumplidos.

El padre y la madre deben ser amados siempre, incluso cuando, debido a una enfermedad o edad avanzada, ya no pueden amarnos como nos gustaría. El verdadero hijo se reconoce cuando el padre lo necesita. Es una responsabilidad de la que no se debe escapar. De hecho, cuanto más nos necesitan, más tenemos que tener cuidado de ellos.

Proverbios 2:22 “Oye a tu padre, a aquel que te engendró; Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies.”

Los que están agradecidos a sus padres acuden para recibir las recompensas de Dios, sin embargo, muchos castigos están reservados para los hijos ingratos. Está escrito: "El que insulta a su padre y a su madre, es un hijo descarado y vergonzoso"

Proverbios 19:26 “El que roba a su padre y ahuyenta a su madre, Es hijo que causa vergüenza y acarrea oprobio.”

Proverbios 20:20" Al que maldice a su padre o a su madre, Se le apagará su lámpara en oscuridad tenebrosa.”

Es un mandamiento de Dios el honrar a nuestros padres con todo lo que ese honor pueda incluir. El mandamiento de honrar a nuestros padres es el primer mandamiento con promesa y en verdad qué promesa: ¡Vivir mucho en la tierra y que te vaya bien! ¡La mayoría de la gente no querría nada mas que esto! Bueno, esa es la promesa. ¡No es incondicional! Es condicional y será otorgada a aquellos que honren a sus padres. Este mandamiento era tan importante que el que hablara algo malo sobre sus padres iba a morir.

Deuteronomio 21:18-21 “Si alguno tuviere un hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz de su madre, y habiéndole castigado, no les obedeciere; entonces lo tomarán su padre y su madre, y lo sacarán ante los ancianos de su ciudad, y a la puerta del lugar donde viva; y dirán a los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es glotón y borracho. Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán, y morirá; así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá, y temerá.”

Si, hoy vivimos bajo la era de la gracia pero el mandamiento del Señor y Su promesa están ahí. Y el reto está ahí para nosotros también.

¿Qué dice la biblia acerca de la crianza de los hijos?

Efesios 6:4 "Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor."

Dios creó a la familia. Su diseño era para que un hombre y una mujer se casaran de por vida y criaran hijos que conozcan y honren a Dios. La adopción también es la idea de Dios, y Él la demuestra al adoptarnos como hijos suyo. Independientemente de la forma por la cual entran en una familia, los hijos son un don de Dios, y Él se preocupa por la forma en que ellos son criados. Cuando Dios nos da dones, Él también da instrucciones claras sobre cómo usarlos.

Cuando Dios sacó a los israelitas de la servidumbre, Él les ordenó que enseñaran a sus hijos todo lo que había hecho por ellos. Él deseó que las generaciones venideras siguieran cumpliendo todos sus mandatos. Cuando una generación no logra inculcar las leyes de Dios en la siguiente generación, la sociedad declina rápidamente. Los padres no sólo tienen una responsabilidad para con sus hijos, sino que además tienen una tarea de parte de Dios para difundir Sus valores y verdad en las vidas de sus hijos.

En varias partes la escritura da instrucciones concretas a los padres acerca de cómo criar a sus hijos. Aquí en Efesios 6:4 dice, "Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor".

Hay varias maneras en que los padres pueden provocar a sus hijos a ira. Algunos padres fijan normas imposibles, a fin de que un niño se desespere y nunca llegue a alcanzarlas. Algunos padres se burlan, ridiculizan o humillan a sus hijos como una forma de castigo, y que lo único que hace es provocarlos a ira. La incoherencia también puede provocar la ira, ya que un niño nunca está seguro de las consecuencias de sus acciones. La hipocresía provoca la ira en los niños cuando los padres exigen un comportamiento de los niños que ni siquiera ellos mismos están teniendo.

"Criarlos en disciplina y amonestación del Señor " significa que los padres deben formar a sus hijos así como Dios lo hace con nosotros. Como Padre, Dios es "tardo para la ira", paciente, y perdonador. Su disciplina está diseñada para llevarnos al arrepentimiento. Su instrucción se encuentra en Su Palabra, y Él desea que los padres llenen sus casas con Su verdad.

Él también disciplina a Sus hijos y espera que los padres terrenales hagan lo mismo.

Salmo 94:12 dice, "Bienaventurado el hombre a quien tú, Señor, corriges, y en tu ley lo instruyes".

La palabra disciplina viene de la raíz discípulo. Disciplinar a alguien significa hacer un discípulo de él. La disciplina de Dios está diseñada para "conformarnos a la imagen de Cristo". Los padres pueden hacer discípulos de sus hijos al inculcarles los valores y las enseñanzas de la vida que han aprendido.

Los hijos son una “herencia del Señor” (Salmo 127:3). Él los coloca en familias y da a los padres la orientación en la forma como deben ser educados. El objetivo de ser buenos padres es producir hijos sabios que conozcan y honren a Dios con sus vidas.

La relación de esclavos y amos.

Efesios 6:5-8 "Esclavos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios. Servid de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, sabiendo que el bien que cada uno haga, ese recibirá del Señor, sea siervo o sea libre."

A partir de ahora veremos que el apóstol Pablo salió de la esfera del hogar hacia la calle, al mundo de las relaciones laborales. Se trata de una situación diferente, porque en ese ámbito no existen los vínculos del amor, como es el caso en el hogar. Sin embargo, los hijos de Dios que están controlados por el Espíritu Santo tendrán que ser sumisos entre sí. Ahora, en los versículos 5 al 8, tenemos este tema de los siervos.

Hay una responsabilidad propia del creyente que trabaja como un empleado, y otra responsabilidad sobre el que desempeña la función de jefe. En los días del apóstol  Pablo había una división mucho más marcada de la que hay ahora, pues se trataba de una relación entre el esclavo y su amo. Recordemos que toda esta sección comenzó en el capítulo 5:21, que decía "Someteos unos a otros en el temor de Dios".

Se estima que la mitad de una población de 120 millones de personas del Imperio Romano eran esclavos. El cristianismo nunca atacó el mal de la esclavitud en general, como sistema. Pero hay que destacar que llegó hasta el esclavo en su degradación y le elevó, reafirmando su libertad en Cristo. La misma naturaleza del evangelio condenó a la esclavitud. Con el tiempo quebró los grilletes que se colocaban en los pies de los esclavos para impedirles andar y las cadenas de sus mentes y almas. Multitudes de esclavos creyeron en Cristo, como pudimos ver en Romanos 16, donde muchos de los nombres mencionados eran esclavos o miembros de la guardia pretoriana, que era la guardia de los emperadores romanos. De esa manera el cristianismo, al establecer una nueva relación entre las personas como miembros de la familia de Dios, destacó que el principio que sustentaba a la esclavitud estaba equivocado.

El versículo 5 que hemos leído dice “Esclavos obedeced a vuestros amos”. El mandato a obedecer revela que el Cristianismo no instó una revolución contra la injusta práctica de la esclavitud. Más bien predicó un evangelio que era más revolucionario que cualquier otro sistema. Las revoluciones, en general, siempre han tenido efectos colaterales negativos, dejando odios y resentimientos que se han prolongado por siglos. El Evangelio de Cristo ha derribado toda pared intermedia de separación, la cual en nuestro tiempo equivale a los prejuicios y discriminación raciales que existen y enfrentan a unas razas con otras, y ha reemplazado esa barrera de separación por el amor fraternal.

La obediencia del esclavo debía practicarse como si fuera a Cristo mismo. Esto muestra que el esclavo había sido elevado desde una indigna condición de degradación en la cual trabajaba lo menos posible, con resentimiento y resignación, cuando su amo le estaba vigilando. En su nueva condición como cristiano, era un esclavo de Cristo, y Cristo le había hecho libre. Él tenía que mirar más allá de su amo en la tierra, intentando agradar a su Amo en el cielo. Como esclavo, su amo en la tierra sólo podía controlar su cuerpo. Los esclavos de Cristo le habían rendido a Él sus almas, incluso la totalidad de su personalidad. Recordemos que el apóstol Pablo mismo se calificó a sí mismo como un esclavo de Jesucristo.

El versículo 7 añade “Servid con buena voluntad”. Esto indica que sus actitudes debían reflejar su servicio cristiano. Cuando un hijo de Dios, fuera un esclavo o un amo, empleado o jefe, llega hasta el punto en que la motivación de su vida es agradar a Cristo, entonces los obstáculos entre los que obedecen a la autoridad y los que la ejercen, o entre los que controlan el capital y los empleados, son fácilmente pasados por alto.

En nuestra época existe un tipo de esclavitud que no sólo afecta al cuerpo, sino también a la mente. Esta esclavitud es más perniciosa y letal que aquella esclavitud del Imperio Romano. Hay muchísimas personas hoy que están dispuestas a hacer cualquier sacrificio con tal de satisfacer sus necesidades físicas, o que entregan su mente a cualquier ideología novedosa, a la cual se le puede poner cualquier nombre.

¿Y qué puede quebrar las cadenas y grilletes del ser humano? Sólo el poder del Evangelio de Cristo. Sólo Él puede dar esa libertad. Así lo dijo el apóstol Juan.

Juan en 8:36 "si el hijo os liberta, seréis verdaderamente libres".

Únicamente Cristo ofrece esa libertad. Pensemos en la enorme cantidad de personas que están en la actualidad atrapados y esclavizados por las drogas y el alcohol. En cada parte de nuestra personalidad hay una tendencia a caer en la esclavitud. Por ello, no hay fuerza humana capaz de romper esas ataduras. Sol el poder de Dios trajo la liberación que necesitábamos.

Colosenses 3:23 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;”

LA ARMADURA DE DIOS

Efesios 6:10-18 “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;”

Los enemigos de los creyentes

Hemos llegado al final del libro de efesios y hemos señalado que el creyente está involucrado en una batalla. Hemos visto que esta batalla es en contra de un enemigo muy poderoso, satanás y todas sus huestes de demonios. De hecho se ha señalado que el cristiano comprometido y satanás están en colisión. Es inevitable que su vida va a interceptar con las fuerzas del infierno .El enemigo trabaja poderosamente, trabaja duro, eficazmente en contra de hijo de Dios.

El apóstol Pablo por medio de este estudio nos ha dicho que tenemos mucho recursos; se nos ha dado toda bendición espiritual en los lugares celestes en Cristo Jesús, se nos hado un lugar en el  amado que nos ha concedido perdón de pecados, hemos sido hechos hijos de Dios, se nos ha dado entendimiento y conocimiento y prudencia, hemos sido hecho parte de un misterio increíble que forma parte desde antes de la fundación del mundo, se nos ha dado el Espíritu Santo para sellarnos, se nos ha concedido el poder para ser algo más allá de lo que podamos imaginar, se nos ha dado la capacidad de expresar ese poder mediante la llenura continua y presencia del Espíritu Santo.

Literalmente en este mundo representamos el poder asombroso de Dios. En nosotros existe el poder que resucitó a Cristo de los muertos y lo sentó a la diestra del Padre e hizo que todos los principados y potestades estén bajo sus pies. Tenemos este recurso tremendo y somos el pueblo de Dios que estamos en este mundo para cumplir con las metas y propósitos que Dios mismo ha diseñado, cumplir los fines que tienen que ver con su reino.

En un esfuerzo así vamos a ser resistidos con toda certeza por el enemigo. Este enemigo que resistió a Dios en el cielo, este enemigo que se opuso al hombre y su inocencia en el huerto, este enemigo  que resiste a la iglesia, el enemigo mismo que trato de impedir el nacimiento, vida, muerte y resurrección, la venida de Jesucristo.

Es un enemigo poderoso para el cristiano que no comprende sus recursos y no está listo para la batalla. Este se va a convertir en una víctima. No pierde su propia vida, si no que pierde su eficacia y pierde lo que Dios desea cumplir en él. La gloria de Dios por lo menos en su vida está perdida, entonces debemos estar listos para la guerra y estar conscientes de la batalla.

Esto es algo serio para cualquier persona que estudia la biblia, pero no es tan serio como debiera de ser para algunos. Esta es la razón y la importancia de estudiar y conocer como satanás nos ataca, puesto que vivimos una vida que está en colisión con el reino espiritual.

¿Cómo ataca satanás al creyente?

Podemos verlo en lo que la palabra nos dice, pero también en nuestra propia experiencia de la vida. Esto nos dará una idea de cómo satanás nos ataca.

Ataca la persona y credibilidad de Dios. Este es en realidad el corazón del asunto en términos del ataque de satanás. El desea atacar a Dios, el desea que usted dude de Dios, ese es el enfoque. Lo hizo con Eva, atacando el motivo de Dios. “La razón por la que Dios no quiere que comas es porque no quiere que seas como yo”. Dios no tolera la competencia.

Lo que le decía realmente no puedes confiar en Dios, no puedes creerle, él puede decir una cosa, pero en el fondo dice otra, o sea su palabra no es creíble. El nuevo testamento dice que si negamos  a Dios, negamos su palabra  lo hacemos un  mentiroso, y es eso justamente lo que satanás quiere que hagamos. Satanás nos empuja para que dudemos del amor, de la verdad, de la misericordia de Dios. En el fondo desea que dudemos de la persona de Dios y su credibilidad.

Nos ataca para que sea difícil la vida cristiana con la persecución. El creyente no quiere ser rechazado y cede ante las personas, los grupos, los amigos, ante el mundo.

Satanás  hace  fácil la vida cristiana. Ser respetables para todos siendo condescendientes con el mal.

Satanás también ataca al creyente con la doctrina falsa, la confusión. Así los frustras y lo arrastra a no ser dogmáticos. El enemigo confunde con malas interpretaciones de la palabra. Hoy hay doctrinas de demonios que han arrastrado a los cristianos al engaño.

Satanás quiere detener el servicio a Cristo, hace lo que pueda para esto y lo vemos a través de toda la biblia como ha estorbado a los siervos de Dios. El mismo apóstol labraba en medio de lágrimas, de persecuciones, de dolores, de enfermedades y todo tipo de persecución.

Satanás también quiere hacer división en el cuerpo. Por eso el señor enseña de la unidad, de la reconciliación, de esforzarse en mantener la unidad. El apóstol Pablo nos exhorta para que el enemigo no nos destroce con la desunión y las dudas.

Satanás quiere que dependamos de nosotros mismos. Debemos primero a aprender a depender de Dios, de sus palabras de sus recursos, de su seguridad. No podemos depender más de nuestro propio conocimiento y habilidades.

Satanás quiere que seamos hipócritas. Debemos dejar de ser hipócritas y escondernos en las máscaras de espiritualidad, para que la gente vea como somos en realidad. No nos abrimos a la verdad para que alguien venga a ayudarnos a solucionar nuestros problemas espirituales. Nos escondemos detrás del respeto y la espiritualidad hipócrita. Satanás quiere que escondamos nuestros pecados y así dejar que  llene la iglesia de pecado.

Satanás nos ataca para que seamos mundanos.Nos arrastra a seguir siendo amigos del mundo,en una suerte de evangelio aguado y liviano. Nuestra convicciones no están firmes en Dios. Aun estamos atados a los rudimentos que este mundo ofrece. No obedecemos a la moral objetiva que es Dios.

Satanás quiere que  actuemos en desobediencia a la palabra de Dios. Que actuemos inmoralmente, en contra de la ley moral que Dios instauró. Esto le da a satanás una oportunidad.¿quien gobierna nuestra vida? ¿mi criterio o el de la palabra?.

Todas estas áreas el ataca en nuestras vidas, siempre lo ha hecho de estas y muchas formas más. Es una realidad en cada uno de nosotros.

¿Ahora como lo resisto?

Nos preguntamos cómo resistiremos esto con tal complejidad Y con toda la sutileza de satanás, con su inteligencia y las maquinaciones. Debemos concentrarnos no en lo que él está haciendo, debemos concentrarnos en lo que nosotros estamos haciendo. No importa que no podamos categorizar o entender sus ataques, no podemos hacerlo porque el mundo de satanás es demasiado sofisticado para usted, es muy remoto y complejo. Lo que importa es que nos vistamos de la armadura. Entonces cuando la batalla comienza no importando cual sea el ataque, usted se defiende. No importa de donde venga el enemigo, ni la sutileza de su ataque. Lo que importa es que usted esté listo para él.

En el versículo 12 de Efesios, nos dice que “la  lucha no es contra sangre y carne”.

La batalla no es una lucha física sino ideológica y espiritual, una batalla en la cual las armas no son espadas y lanzas sino ideas y argumentos. Otro pasaje similar donde el apóstol expresa esto es en 2 de Corintios.

2 Corintios 10:3-5 “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”.

El apóstol Pablo expresa claramente  cuando dice que su lucha no es carnal, quiere decir que no es una lucha física literal sino una lucha de argumentos y pensamientos, una batalla que no consiste en escaramuzas armadas sino en discusiones ideológicas y doctrinales.

Una de las más grandes demandas de la Iglesia es saber distinguir entre la lucha espiritual, otras de tipo social, personal, religioso o político. De otra manera, creyentes individuales y grupos de creyentes son fácilmente arrastrados a entablar batalla contra adversarios humanos, en lugar de luchar por medio de la oración contra las invisibles maniobras del infierno que está detrás de la escena.

Debemos tener sumo cuidado en no mal interpretar la naturaleza de la lucha y de los que la llevan a cabo. Es necesaria comprender la virtud del equilibrio para no caer en exageraciones, malas comprensiones y así poder extraer lo que realmente quiso enseñarnos el apóstol. Algunos grupos extremistas opinan que ninguno de los términos dichos por el apóstol como principados, potestades gobernadores, se refieren a seres espirituales, por otro lado están aquellos que todo lo transforma en una guerra que apunta a lo meramente espiritual, en una suerte de ceguera que no deja ver que los hombres somos responsables de las decisiones que tomamos y pecamos por nuestra propia concupiscencia. Por tanto, no debemos exagerar hacia ningún extremo, sino comprender que en este pasaje en específico el apóstol se refiere a las autoridades humanas, y espirituales que gobiernan un mundo que rechaza a Dios.

Esta es una guerra de argumentos que quiere negar toda la verdad del evangelio, ese es el punto central de esta enseñanza. Nuestro campo de batalla es físico y espiritual, pero nosotros no podemos enfrentarnos a los espíritus inmundos como simples hombres, porque esa guerra la llevan a cabo los ejércitos del Señor. Nosotros oramos, tenemos vidas consagradas, debemos conocer la doctrina para derribar los argumentos, y encomendamos nuestras almas a Dios.

¿Qué son los principados, gobernadores y huestes espirituales?

Principados

Es un territorio. No se refiere a persona o ser espiritual, sino al territorio que está bajo su responsabilidad. Son poderes espirituales del mundo invisible (sean buenos o malos)

Los malos luchan contra la posición celestial de los santos. En Daniel 10:13, vemos unos de los ejemplos más claros del Antiguo Testamento. Ejércitos de demonios se oponen a los propósitos de Dios. Las luchas terrenales a veces reflejan las que tienen lugar en los cielos.

El “príncipe de Persia” era la cabeza de las fuerzas espirituales que comandaban el principado de Persia, luchando especialmente contra el pueblo de Dios.

Daniel 10:12-14;18-21 “Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido.  Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia.  He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días; porque la visión es para esos días.

Y aquel que tenía semejanza de hombre me tocó otra vez, y me fortaleció,  y me dijo: Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y aliéntate. Y mientras él me hablaba, recobré las fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido.  El me dijo: ¿Sabes por qué he venido a tí? Pues ahora tengo que volver para pelear contra el príncipe de Persia; y al terminar con él, el príncipe de Grecia vendrá. Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de la verdad; y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe.

Algunos Ángeles tienen influencias sobre determinadas naciones. El gobernante de Persia, un ángel malvado cuya habitación estaba en los lugares celestiales (el dominio invisible), intentó retener a los cautivos israelitas para que no regresaran a su tierra natal. Esto nos revela el gran dominio que tales principados y potestades de las tinieblas pueden ejercer sobre las naciones. En este mismo capítulo encontramos otros “príncipes” angelicales que gobiernan naciones: uno bueno, Miguel, gobierna y guarda las actividades de Israel (versículo 13). “El príncipe malo de Grecia” (vs. 20), quien, tal y como fue profetizado, finalmente impuso su predominio sobre “el príncipe de Persia”

La guerra de Miguel en las regiones celestiales debía estar dirigida contra Persia y después contra Grecia. Cada una de estas naciones iba a tener poder sobre el pueblo de Dios. Persia y Grecia estuvieron representadas por “príncipes” demoníacos. Pero Dios es el Señor del pasado, del presente y del futuro, y todos los hechos están registrados en el “libro de la verdad“.

¿Quién lucha contra quién?

“Sabes por qué he venido a tí? Pues ahora tengo que volver para pelear contra el príncipe de Persia;”

Esta es la respuesta que el ángel da a Daniel. Estos seres de igual naturaleza luchan entre ellos a un nivel no comprensible para el hombre. El pueblo de Dios debe doblar sus rodillas, clamar a Dios y Él hará.

Potestades y Gobernadores

Tenían dominio sobre una jurisdicción. Se refiere al grado o nivel angélico. Autoridad, derecho. Los diferentes grados de los Ángeles caídos del ejército de Satanás, no implican mayor autoridad ni dominios especiales sobre nosotros.

Colosenses 2.9-10 “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.

Huestes

Las huestes de Satanás se dedican a obstaculizar y obstruir la obra de Cristo y a poner fuera de combate a los soldados individualmente. Cuanto más efectivo sea un creyente para el Señor, tanto más experimentará los salvajes ataques del enemigo. El mandamiento a tener en cuenta, es que “seamos fortalecidos en el Señor, y en los ilimitados recursos de su fuerza”

La manera más nefasta en que estas huestes trabajan, es diseminando por el mundo las mentes y corazones, las doctrinas demoniacas que pervierten la verdad y alejan al ser humano de la luz.

2 Timoteo 4:3-4 “Vendrá el tiempo cuando no soportarán la sana doctrina; más bien, teniendo comezón de oír, amontonarán para sí maestros conforme a sus propias pasiones, y a la vez que apartarán sus oídos de la verdad, se volverán a las fábulas.”

El apóstol Pablo está profetizando exactamente lo que estaba comenzando a suceder en su tiempo, como todos los apóstoles lo registraron, las personas estaban siendo desviadas por los maestros que enseñaban fábulas. La gente siempre había sido susceptible a las esperanzas falsas de que ellos pueden de alguna manera agradar a Dios mientras todavía viven su vida como les place, en sus deseos y su orgullo.

Esto es exactamente lo que el cristianismo ofrece hoy en día: la ilusión de sólo decir que usted cree en Jesús, ser bautizado, y entonces usted está libre de la furia de Dios para seguir viviendo en pecado.

Mateo 23:28 “Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.

El cristianismo ha redefinido la gracia como una excusa para pecar, en vez de enseñar a vivir piadosamente con una destrucción del pecado; y por lo tanto todo el cristianismo es Babilonia, a quien el mundo entero sigue, así como lo predijo la Biblia.

 


Efesios 6:13-18 “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;”

El Apóstol Pablo toma la figura de la armadura de un soldado Romano, para describir la armadura de Dios.

La armadura del creyente es espiritual porque nuestra lucha es contra un enemigo espiritual. Se nos dice que resistamos, que nos mantengamos firmes con esa armadura, y esa armadura es Cristo, el Cristo viviente.

Todo lo que necesitamos para vencer en nuestra batalla contra el pecado está 100% a nuestra disposición. Pero para poder usar estas armas cruciales, tenemos que entender lo qué son, y cómo usarlas. Una vez que entendemos esto y tomamos toda la armadura de Dios, así como el apóstol Pablo nos exhorta a hacer en Efesios 6, será posible, por la gracia de Dios, vencer cada tentación.

El cinturón de la verdad

Efesios 6:14 “Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad...”

El cinturón romano tenia una función especial.Mantenía unida todas las partes de la armadura en su lugar para no tener problemas al marchar o al luchar y además para sujetar la espada en su sitio correcto.

La verdad a la que el apóstol se está refiriendo aquí, es que nosotros seamos íntegros, no solo que conozcamos la doctrina y manejemos de alguna forma la palabra que es la espada, sino que la hagamos vida en nosotros, por eso dice ceñido, ajustado, apretado el cinturón firmemente.

Aquellos que ciñen ( ajustan, aprietan) sus lomos con la verdad, aman la verdad y la protegen a toda costa. Amar la verdad significa dos cosas:

Que amamos la verdad cuando el Espíritu Santo nos muestra quienes somos conforme a nuestra naturaleza. Si reconocemos la verdad acerca del pecado en nuestra carne, entonces podemos ser transformados y al mismo tiempo ser salvos y preservados de los efectos dañinos de vivir en pecado intencionalmente.

Que decimos solamente la verdad. Una mentira, no importa cuán “pequeña” sea, le da una entrada al poder de la oscuridad para atacar, pero la verdad la ahuyenta. Nosotros entonces no decimos una mentira para proteger nuestra reputación, o para “salvar nuestro pellejo.”

Cuando “ceñimos nuestros lomos con la verdad”, estamos protegidos de estar atados al pecado en nuestra carne y de los efectos negativos de las mentiras y el engaño. El enemigo no resiste esta verdades.

La coraza de justicia

Efesios 6:14  “…y vestidos con la coraza de justicia.”

La justicia de Jesucristo es la justicia que se nos atribuye en el momento en que nos convertimos. Nuestros pecados pasados están perdonados, y podemos empezar todo desde cero.

La coraza de justicia, por otro lado, es la justicia personal que ganamos como resultado de nuestra vida en Dios. Esta justicia es obtenida como resultado de una vida fiel en obediencia a sus mandamientos y voluntad en nuestras vidas. Las acusaciones y engaños de Satanás no pueden penetrar esta justicia, no tiene nada de que acusarnos. Justicia en pequeñas y también, en grandes cosas nos protegerá como una coraza contra los dardos de nuestro enemigo. Pequeñas acciones de injusticia, por no mencionar las grandes, son como orificios por los cuales Satanás puede entrar y destruirnos. La justicia nos protege de tal manera que nada puede cortar nuestra relación con Cristo, y nada puede provocarnos a vivir ni y a reaccionar según nuestra naturaleza pecaminosa. Cuando tenemos la coraza de justicia, Satanás no tiene nada en nosotros.

El calzado del evangelio de la paz

Efesios 6:15. “…y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.”

El evangelio de la paz es la instrucción de cómo llegar a la paz de las exigencias en nuestra carne. La paz de Jesús es aquella que se gana a través de la batalla interior contra el pecado en la carne, donde todos los deseos y concupiscencias, que surgen de esta, son derrotados. Alcanzar la victoria en esta batalla nos da poder sobre los huestes espirituales de maldad que nos atacan desde el exterior. Sabemos que, para ganar esta paz, primero tenemos que estar preparados y luego debemos pelear la batalla, vistiéndonos con toda la armadura de Dios. Esto es lo que significa calzar nuestros pies, es  necesario estar preparados para esta batalla. No llegamos muy lejos andando descalzos en este mundo pecaminoso y lleno de espinas, y mucho menos tratando de pelear una batalla en un terreno como ese, por eso tenemos que calzar nuestros pies. Para poder prepararnos debemos tener la mente de Cristo, que es un sentir que está dispuesto a ser obediente a la voluntad de Dios sin importar lo que pase.

El escudo de la fe

Efesios 6:16. “…sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.”

Fe es ser obediente para hacer la voluntad de Dios y vencer las concupiscencias y deseos de la carne, sin importar nuestra propia voluntad, sentimientos, ego, opiniones, raciocinio, etc. Cuando somos tentados por la carne, entonces Satanás envía sus dardos de fuego en nuestra mente e intenta influenciar nuestra decisión de si obedecemos a Dios o si cedemos a los deseos de la carne. Pero cuando tenemos fe que solamente la voluntad de Dios es lo mejor para nosotros, entonces el escudo de la fe desvía todos los esfuerzos de Satanás de persuadirnos a pecar, y de esta manera siempre vencemos en la tentación.

El yelmo de la salvación

Efesios 6:17. “…y tomad el yelmo de la salvación…”

El apóstol Pablo también escribe acerca de este yelmo en 1 Tesalonicenses 5:8: “…y con la esperanza de salvación como yelmo.”

El yelmo en la Armadura de un soldado, era lo que le resguardaba la cabeza. Estamos hablando de la cabeza física. Pero en la Armadura de Dios, el yelmo es una cobertura espiritual, y lo que protege es nuestra mente.  La cobertura espiritual de nuestra mente está fundada en la seguridad de que somos Salvos. Y también en el poder que  Dios  nos da cuando somos salvos.

Cuando tenemos esperanza de salvación, el fin de nuestra fe será la salvación de nuestras almas (1 Pedro 1:9), entonces podremos resistir cualquier cosa que el maligno nos arroje para alejarnos de nuestra fe. Esta esperanza nos hace fortalecernos en el Señor, y nos permite soportar pruebas duras y dificultades. La esperanza nos hace audaces; nos hace mirar hacia adelante, hacia la recompensa. Con este yelmo puesto, somos impermeables a todo que llueve sobre él, porque nosotros esperamos, en fe, a la gloria que viene de una fe probada.

Romanos 8:18 “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.”

La espada del Espíritu

Efesios 6:17. “… y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.”

La espada del Espíritu es una parte crucial de toda la armadura de Dios ya que manda a volar a todos los ejércitos de los espíritus malignos. Con esta espada podemos siempre ser victoriosos sobre el pecado porque la palabra vence; eso Jesús nos enseñó. “Quítate de delante de mí Satanás, porque escrito está…” 

Una palabra de Dios puede detener al enemigo en su camino y córtalo. Con esta espada, con la palabra, podemos discernir entre aquello que es bueno y lo que es malo. Que es correcto y que es incorrecto. La palabra siempre nos mostrará la verdad de aquello que tenemos que hacer. Si la seguimos, entonces Satanás no podrá llevarnos por mal camino.

La oración es el gran esencial.

Efesios 6:18 “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;”

El apóstol Pablo habla de la armadura que hemos de vestirnos y sigue directamente, sin parar, diciendo: “orando en todo tiempo…”. Para un soldado es tremendamente importante tener puesta la armadura correcta y estar equipado con una espada, pero igualmente importante es que el soldado esté en constante comunicación con su Comandante supremo. El cristiano, mientras está en el campo de batalla, está en contacto directo con el trono de Dios, y la línea de oración/comunicación con nuestro Señor resucitado no debe romperse nunca. La oración es el gran esencial: ciertamente no opcional; es fundamental.

Ahora, vamos a ver el ejemplo del apóstol Pablo, producto de su propia experiencia.

Ejemplo del soldado – El apóstol Pablo fue un buen soldado de Jesucristo

Efesios 6:19-20 "Y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas, y con denuedo hable de él como debo hablar."

Aquí el apóstol comenzó diciendo Y por mí. El apóstol Pablo pidió oraciones para sí mismo. Al llegar a la conclusión de esta carta, se introdujo en un área personal. Era un preso en Roma y sufría de un mal que calificó como un aguijón en su cuerpo. Sin embargo no pidió que oraran para que estos obstáculos físicos fueran removidos, sino para que él pudiera continuar proclamando valientemente el misterio del evangelio.

El apóstol Pablo termina esta sección presentándose como un embajador en cadenas. El apóstol acababa de escribir sobre la guerra espiritual, y ahora vemos que él estaba experimentando el ataque del enemigo en el mismo momento en que estaba escribiendo.

Además, pidió que oraran para que pudiera hablar con denuedo, es decir, valerosamente. Y nosotros necesitamos la misma oración. Necesitamos valor para proclamar la Palabra de Dios.

Efesios 6:21-22 "Para que también vosotros sepáis mis asuntos y lo que hago, todo os lo hará saber Tíquico, hermano amado y fiel ministro en el Señor, el cual envié a vosotros para esto mismo, para que sepáis lo tocante a nosotros y para que consuele vuestros corazones."

Tíquico no sólo llevó la carta a los cristianos de Éfeso, sino que también presentó un informe personal de las condiciones y las perspectivas del apóstol Pablo. Era el pastor de la iglesia de Éfeso y fue un ejemplo de los muchos y fieles siervos de Dios de la iglesia primitiva.

El deseo que expresó el apóstol fue que consuele vuestros corazones. Tíquico calmaría todos los temores que los Efesios pudieran tener sobre la condición en que el apóstol Pablo se encontraba. El amor fraternal experimentado en las primeras iglesias cristianas fue el elemento principal de todas las cartas del apóstol Pablo. Pablo sentía una verdadera preocupación por sus hermanos en la fe.

La bendición del soldado

Efesios 6: 23-24 "Paz sea a los hermanos, y amor con fe, de Dios Padre y del Señor Jesucristo. La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable. Amén."

El apóstol Pablo reflejó lo que un buen soldado de Cristo debería ser y qué recompensa le esperaba en Segunda de Timoteo.

2 Timoteo 4:6-8  "Yo ya estoy próximo a ser sacrificado. El tiempo de mi partida está cercano. 7He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. 8Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida".

Finalizó esta carta con una bendición doble. En ella están incluidas la mayoría de las grandes palabras del Evangelio: paz, amor, fe, gracia. La esperanza está aquí ausente porque el creyente, desde un punto de vista espiritual, se encuentra en las regiones celestiales, donde su esperanza se ha consumado, se ha hecho realidad.

Y así, estimado hermano, concluimos este viaje que hemos realizado por la carta del apóstol Pablo a los Efesios. Espero que el estudio hecho haya sido de inspiración y bendición para todos, como lo ha sido también para mí. Pero quisiera despedirme hoy expresando el deseo del apóstol Pablo, en su última frase de esta carta, deseo que es también mi deseo para usted.


 

 "La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesús"

 


 


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