Oración pidiendo misericordia en tiempo de prueba
Al músico principal; en Neginot, sobre Seminit. Salmo de David.
Jehová, no me reprendas en tu enojo, Ni me castigues con tu ira. Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo; Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen. Mi alma también está muy turbada; Y tú, Jehová, ¿hasta cuándo? Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma; Sálvame por tu misericordia. Porque en la muerte no hay memoria de ti; En el Seol, ¿quién te alabará? Me he consumido a fuerza de gemir; Todas las noches inundo de llanto mi lecho, Riego mi cama con mis lágrimas. Mis ojos están gastados de sufrir; Se han envejecido a causa de todos mis angustiadores. Apartaos de mí, todos los hacedores de iniquidad; Porque Jehová ha oído la voz de mi lloro. Jehová ha oído mi ruego; Ha recibido Jehová mi oración. Se avergonzarán y se turbarán mucho todos mis enemigos; Se volverán y serán avergonzados de repente.
Este salmo es una oración pidiendo misericordia en tiempo de prueba, el titulo dice al músico principal en Neginot,sobre Seminit. Es otro salmo escrito por el rey David, un salmo penitencial, que denota tristeza debido al pecado y la mala influencia del mundo en la vida de los creyentes y en la vida de cada uno de nosotros. La gente que no cree en Dios, cuando está en momentos de dolor levanta su voz ante Dios para reclamar y no para pedir misericordia a Dios.
Lo que vemos aquí es que cuando la calamidad azota la vida, cuando golpea el hogar en que vivimos, una enfermedad, una pandemia como la que estamos experimentando. En estas circunstancias, muchas veces los seres humanos resentimos y decimos qué está haciendo Dios? y podemos hacer preguntas ¿por qué no evitaste que me contagiara con el coronavirus?, ¿por qué no evitaste que mi hijo se involucrara en drogas?, ¿Por qué mi quiebra económica? Se hacen estas preguntas a Dios. El creyente en cambio, se apresura a clamar a Dios en tales circunstancias; cuando han pecado, en tiempos de enfermedad, en tiempo de aflicción. Buscamos a Dios para dirección, consuelo y paz.
Veremos por qué David clama a Dios y por qué debemos clamar a Dios.
Salmo 6:1 “Jehová, no me reprendas en tu enojo, Ni me castigues con tu ira.”
David está diciendo, “señor yo sé que tú eres santo”. Eso significa que conoce el carácter de Dios. Y como nuestro Dios es santo lógicamente va a disciplinar por consecuencia del pecado y la desobediencia de sus hijos.
Algunos de nosotros solo queremos conocer de la gracia y el amor de Dios y por eso decimos Dios es bueno y no me va a pasar nada, pero no debemos olvidar el carácter de Dios, un Dios santo y justo, un Dios que aborrece el pecado.
Pocos hablan de la ira de Dios, porque quizás les es difícil comprender, pero no podemos pasar por alto este atributo divino. La biblia nos advierte del furor y de la ira de Dios ante el pecado y la maldad. ¿Conoces la ira de Dios, sabes lo que significa?
El apóstol Pablo habla en Romanos acerca de la ira de Dios y por qué se manifiesta. ¿Que tenía en cuenta para hablar de la ira de Dios? El hace una descripción de toda acción de pecado que va en destrucción del ser humano.
Romanos 1.18 “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad;”
Todo aquello que destruye al ser humano, y todo aquello que el ser humano hace en contra de la verdad de Dios, hace que la ira de Dios se muestre. Los seres humanos por naturaleza, tomamos decisiones en función de lo que sentimos o deseamos, pero no en función de la voluntad de Dios.
David entendía esto, por eso, tenía un profundo sentido de su responsabilidad ante Dios y de las consecuencias de sus acciones en la nación y en su vida personal. Él era el rey, por lo tanto, era lógico que Dios le demandara mayor responsabilidad en su comportamiento. Podemos pensar que mientras se sea del común de la gente, uno puede decir yo no necesito preocuparme de la ira de Dios y su justicia. Sin embargo, todos necesitamos estar conscientes que nuestro Dios es amor y también un fuego consumidor.
Así como Israel, David también fue escogido por Dios para tener una relación especial con la divinidad. Esta relación se obtendría, fructificaría y se mantendría, mientras se respetara la ley de Dios. El rey y la nación debían seguir y obedecer los estatutos y la palabra de Dios. Si esto no ocurría, si se violaba estos estatutos, había consecuencia. Por lo tanto, la palabra de Dios era la regla que debía guiar a la nación de Israel. Romper las reglas traía consecuencias negativas y se levantaba la ira de Dios, porque ellos con sus acciones rompían la relación con su santidad. De igual forma sucede a cada creyente en este tiempo.
David y el apóstol Pablo nos están diciendo que hay un orden moral en este mundo y ese orden moral viene de la palabra de Dios. En este mundo si violamos cualquier ley hay consecuencias en todo sentido, ya sea en la economía, en la salud, en las relaciones, etc.
¿Cómo enfrenta el rey David su situación?
Salmo 6:2 “Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo; Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen.”
David acude a la gracia y a la misericordia de Dios. Muestra una actitud increíble al reconocer que está enfermo, y esta enfermedad le ha golpeado tanto que se siente abatido. Su orgullo, su jactancia han sido devastados totalmente. Se sentía marchitado y sin fuerzas.
Las circunstancias difíciles, la enfermedad hace esto. Un virus como el que hoy en día estamos enfrentando, nos derrumba, nos lleva a la cama, a un hospital. Bajo estas presiones físicas y espirituales debemos decir “ten misericordia porque estoy enfermo”.
David nos enseña como enfrenta su enfermedad con Dios, confesando sincera y claramente su dolencia. Le confiesa que hasta sus huesos, su ser mismo, las columnas del ser humano mismo, estaban derribados. El no busca huir de la mano de Dios, porque sabe muy bien que no hay medio humano, no hay doctores, no hay místicos, no hay medios religiosos que le libren. Tampoco busca justificarse como lo hizo Adán y Eva. El solo dice “SEÑOR SÁNAME, TEN MISERICORDIA DE MÍ, SÁNAME POR TI MISMO”.
La única salida es la misericordia, porque si ha pecado, la justicia es el camino, si está enfermo del cuerpo, la sanidad de Dios es el camino. Cualquiera sea su dolencia depende del favor inmerecido del Señor. Se abraza a la misericordia, ese amor, esa bondad constante, esa gracia inmerecida y fiel de Dios hacia sus criaturas.
Al aferrarse a esta misericordia, el argumento que usa David ante Dios, no es su justicia, no es su posición de rey, no es su reclamo. ¿Con que argumento se presenta ante Dios? Presenta solo su debilidad, su dolor, su dependencia, acudiendo a la gracia de Dios. Entonces, nuestro mejor argumento ante Dios frente a un dolor, a una crisis, a una enfermedad; es la gracia de Dios.
La justicia siempre debe ser saciada, ella siempre exige su pago, pero la gracia es voluntaria. El rey sabe esto, por tal razón confiesa su verdad tal cual es y espera misericordia. Así como el mendigo muestra sus llagas, su pena y su vergüenza, para que seamos movidos a compasión, de igual manera con Dios. La biblia dice Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes.
Entonces, cuando nos sintamos abatidos por la enfermedad, por los problemas financieros, crisis con los hijos o cualquier situación, debemos acudir como argumento con la verdad de nuestra situación y enfrentar a Dios arrepentidos para recibir su gracia y su misericordia.
Salmo 6:3 “Mi alma también está muy turbada; Y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?”
Hasta cuándo?, Una pregunta que muchos están haciendo hoy ¿hasta cuándo durará esta crisis sanitaria? ¿Hasta cuándo estaré sin trabajo?, ¿hasta cuando mi esposo seguirá siendo violento?, ¿hasta cuando mis hijos estarán en las drogas?, ¿hasta cuándo esta sociedad seguirá siendo corrupta, inmoral y perversa? ¿Hasta cuándo?.
En la vida del rey David había una turbación que afectaba sus emociones. Eso lo mantenía angustiado, deprimido, triste y con miedo. Todo esto lo estaba lastimando en lo más profundo de su ser.
Esta frase ¿hasta cuándo? se identifica con muchos de nosotros, y el rey David se identifica con nosotros. Entonces, podemos acercarnos al Señor de una manera humilde y preguntar ¿hasta cuándo? y él nos dará la respuesta si es su voluntad.
Dios conoce el tiempo conveniente para nuestra humillación y nuestra exaltación. Quizás este sea el tiempo de reconocer que él es Dios si queremos ser exaltados.
Los israelitas estuvieron 490 años bajo el dominio de los egipcios, José estuvo 3 años en la cárcel, los judíos estuvieron 70 años en babilonia. Querido hermano. Dios no llega tarde, aunque nosotros nos tardamos en arrepentirnos y buscar su misericordia. Gracia y amor, Dios siempre llega a tiempo. Todos los antiguos experimentaron que Dios llegó en el tiempo preciso para liberarlos y exaltarlos.
David hasta aquí ha invocado el nombre de jehová cinco veces, porque sabe que es el único que puede salvarlo. Eso es lo que Dios necesita que el hombre reconozca; el límite de sus fuerzas y el reconocimiento de su imposibilidad. Solo Dios puede librar su alma, corregir su destino y librarle de la enfermedad. Solo Dios puede hacerlo. ENTONCES DAVID CLAMA.
Salmos 6:4 “Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma; Sálvame por tu misericordia.”
David expresa que esta comprometida su salud física, su salud emocional y su espiritualidad está tambaleando. Así como a nosotros las circunstancias nos hacen tambalear nuestra fe, convicciones, nos hace dudar de las promesas de Dios. Por eso David dice “Señor vuélvete”, significa regresa, libra mi alma Señor.
No hay nada más triste que un alma abatida en medio de las circunstancias. Un alma abatida anula nuestro pensamiento, nuestra creatividad, fuerzas. Pensamos que todo está acabado y el pesimismo dirige la vida.
Entonces, ¿Qué nos enseña David? ¿Quién puede salvar tu alma? Únicamente Jehová. El único que puede llevarnos al cielo o al inferno es Dios.
Hechos4:12 “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”
No hay religión, iglesia, denominación que nos salve. El único que nos salva y hace descansar es Jesús. “venid a mi todos los cansados y cargados, que yo os haré descansar”.
David nos desafía a poner nuestra total confianza en el señor, a poner nuestro ser y dependencia en Dios para nuestra salvación.
¿Cuál era el mayor anhelo del David’. ¿Sanar, ser fuerte, ser exitoso?¿por qué clamaba a Dios?
Salmos 6: 5 “Porque en la muerte no hay memoria de ti; En el Seol, ¿quién te alabará?
David es audaz porque conoce el carácter de su Dios.
Muerte, separación, aquí el salmista no niega la realidad de la muerte, hay una separación.
Pablo dice la consecuencia del pecado es la muerte y el pecado nos aparta de Dios. Hay separación física y hay separación espiritual. Si comprendiéramos con más precisión como el pecado nos aparta de un Dios tan maravilloso, dejaríamos de pecar para disfrutar de la presencia de Dios.
“En la muerte no hay memoria de ti en el seol quien te alabara”.
David dice Señor yo quiero seguir vivo con un propósito. Él no quiere seguir vivo únicamente para seguir siendo exitoso, para seguir siendo el rey, para seguir siendo el que conquista las naciones, para ser el que toma las decisiones. EL DICE YO QUIERO VIVIR PARA ALABARTE SEÑOR, PORQUE CUANDO ESTE MUERTO COMO TE VOY ALBAR COMO TE VOY A EXALTAR. Él está diciendo señor yo quiero alabarte quiero exaltarte por eso quiero estar vivo.
La pregunta que debemos hacernos es ¿Por qué quiero continuar vivo, existiendo?’ ¿Por qué quiero seguir en este planeta? ? Cuál es la razón por la que quiero un segundo más de vida, un día más de vida, una semana más de vida? ¿Cuál es la razón de estar vivo?.
Aquí encontramos la razón, David dice ¿en el seol quien te alabará? ¿Si me muero como te alabaré?. David sabe que la muerte es real, pero lo que David esta diciendo es que mientras haya aliento, aire en sus pulmones lo, único que quiere es “seguir alabándote señor” ¿por qué quiere estar vivo usted?
Salmo 6:7-9 “Mis ojos están gastados de sufrir; Se han envejecido a causa de todos mis angustiadores. Apartaos de mí, todos los hacedores de iniquidad; Porque Jehová ha oído la voz de mi lloro. Jehová ha oído mi ruego; Ha recibido Jehová mi oración.”
David no tiene miedo a decir que llora, que esta angustiado, que está totalmente desgastado y envejecido, derrumbado emocionalmente. Cuando uno está derrumbado emocionalmente parece que pierde todo sentido en la vida, pierde toda la dirección en la vida.
David que estaba consumido a fuerza de gemir, lloraba como un niño, había lágrimas en su almohada. Su almohada era el testigo de sus angustias y sufrimientos. Sus ojos estaban desgastados de tanto sufrir. Quizás estaba muy enfermo ya que decía señor sáname restáurame, por eso el decía señor esta es mi realidad. Su debilidad ha sido tan abrumadora que ha perdido la visión,. Porque dice mis ojos están gastados de sufrir, se han envejecido.
David no solo advierte el perder la visión de los ojos, sino de perder la visión espiritual de la vida. Hay muchos angustiadores, hay muchas razones quizás para angustiarse y perder la visión, pero no debemos dejarnos llevar por la circunstancias y mantenernos firmes en lo que sabemos de Dios de su capacidad de llevarnos por estas circunstancias y elevarnos a ver todo desde su punto de vista.
Jesús es nuestro máximo ejemplo de saber experimentar la angustia, él es nuestro sumo sacerdote, él es fiel para librarnos.
El arrepentimiento y la búsqueda de Dios deben ser algo práctico. No basta lamentarse y acercarse a Dios únicamente en el problema; sino que debemos hacerlo de una manera práctica, viviendo para Dios Y de cara a Dios.
Te identificas con el verso 6? Podemos acudir a quien se compadece de nosotros nuestro señor Jesucristo.
¡Hermoso poder decir, el Señor ha oído la voz de mi ruego !
Salmo 6:10 “Se avergonzarán y se turbarán mucho todos mis enemigos; Se volverán y serán avergonzados de repente.”
David dice, “todos los que me causan dolor y sufrimiento serán avergonzados”, pero no lo dice porque él tiene el poder de vencerlos, no porque él tiene el poder de liberarse de todas sus angustias, de sus temores, de sus dudas, de sus problemas. Él sabe que de repente, cuando Dios actúe, todo cambiará; porque él ha comprendido que el único que puede hacer tal cosa es Dios.
Aunque sus enemigos no cambian, David ha cambiado. Sus enemigos y todos los que le rodean verán la obra de Dios en su vida. Ahora él dice “estos hombres serán avergonzados de repente”, no podrán seguir dañando la vida de aquel a quien que estaban angustiando. EL SEÑOR ES SU ESCUDO Y EL ESTAR VIVO SOLO ES, PARA HONRAR A DIOS CON SU VIDA Y CADA ALIENTO.
Queridos hermanos. Dios nunca rechazara una oración hecha de esta manera. No una oración basada en el “yo te ordeno”, “yo demando”, “yo declaro”, “yo te digo que hagas esto Dios”. La correcta es una oración que reconoce la santidad, y el carácter de Dios, pero que también reconoce la debilidad del ser humano y la absoluta dependencia del favor no merecido de su Dios.
Hoy nuestras oraciones muchas veces están dándole órdenes a Dios y no dependiendo del Dios que puede hacer cosas grandiosas para su gloria en nosotros. Una oración meditada en el corazón de un hombre que está totalmente necesitado de Dios. Alguien que ha llegado al total conocimiento del amor de su Dios.
A modo de conclusión de este salmo 6, la oración es más que palabras. Se involucra la emoción se expresa la angustia, la necesidad que uno está viviendo con sinceridad y verdad.
Conocer el carácter de Dios permite argumentar de manera correcta nuestra necesidad, ante un Dios santo y justo. Un Dios que todo lo sabe, aun los pensamientos más profundos y que no dará por inocente al culpable. Su ira santa siempre ira en contra del mal.
A la única “tabla” que debemos abrazarnos, es a su misericordia. El único que puede librarnos de toda situación difícil es el Señor.
¿Cuál es la razón de estar vivo? Honra al Señor con tus hechos, alaba su nombre cada día y no te olvides de ninguno de sus beneficios. Él se encarga de todos tus enemigos
Como dijo el Salmo uno. “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores. Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;”
Padre muchas gracias por este salmo que nos desafía a buscar tu rostro en medio de la enfermedad, de la angustia, de la soledad, de la persecución. y a pesar de todos los que quieran causarnos angustia, sabemos que en ti podemos encontrar la respuesta. Acudimos confiados en tu gracia y en tu misericordia, que tú nos guardarás y cuidarás del mal y guiarás por las sendas del bien.
Amén.
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