SALMO 17
Plegaria pidiendo protección contra los opresores
Oración de David.
Este es un nuevo salmo de David, en donde vamos a observar la profunda dependencia que él tenía en Dios, y al mismo tiempo muestra la indignación contra los enemigos. Esto es muy común de encontrar en los salmos davídicos, a diferencia de los demás autores de los salmos. También el salmista David deja ver su fe sincera en una vida futura (Salmo 17:15), que era una característica marcada del carácter de David, pero no muy común entre sus contemporáneos. El contexto de la escritura de este salmo es incierto; pero se ha conjeturado, con cierta probabilidad, que se escribió durante la persecución de Saúl, tal vez cuando el obstinado rey persiguió a David en el desierto de Maón (1 Samuel 23:26).
En cuanto a su estructura, el salmo presenta una división de versículos, que dejan ver con mayor claridad lo que el salmista expresa al Señor en su oración. Lo analizaremos en cinco temas de gran importancia en donde se deja ver lo que siente el salmista respecto a lo que significa para el que Dios le escuche en su clamor y lo examine. Ambas realidades le permiten sentir seguridad de estar a cuenta con Dios,para poder realizar su petición de protección en confianza. Luego analiza el actuar de los malos ante el señor, reconociendo que el único que puede juzgar su acción es Dios a quien le ruega que actúe conforme a su justicia. En la parte final el salmista hace su declaración de confianza.
Ahora leeremos el salmo ya dividido en sus versículos de acuerdo a los temas mencionados.
EL SALMISTA PIDE AL SEÑOR "ESCUCHA"Salmo 17:1-2 “Oye, oh Jehová, una causa justa; está atento a mi clamor. Escucha mi oración hecha de labios sin engaño. De tu presencia proceda mi vindicación; Vean tus ojos la rectitud.”
Aquí y en otros salmos, el
salmista asume que el derecho está de su lado y que es perseguido injustamente.
Si no hubiera estado convencido de su inocencia no podría haber pedido a Dios
que lo vindicara. Su seguridad de solicitar con confianza al Señor “escúchame” es debido principalmente a que es una persona inocente.
Su oración no sale de labios fingidos, o labios engañosos, así como muchos se sienten con derecho a pedir el favor divino para ser escuchados, no obstante a sabiendas hablan falsedades.
El salmista se preocupa por la integridad; pide que Dios le examine, que muestre su inocencia. ¡Qué gran privilegio, saber que en todo momento uno puede clamar y Dios escucha! El salmista nunca lo duda. Aquí está seguro de que su clamor tiene derecho y es sincero; así es una causa justa; también lo es porque el salmista encomienda su caso a Dios, no toma venganza con sus propias manos
DIOS LE EXAMINA
Salmo 17: 3-5 “Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; Me has puesto a prueba, y nada inicuo hallaste; He resuelto que mi boca no haga transgresión. En cuanto a las obras humanas, por la palabra de tus labios. Yo me he guardado de las sendas de los violentos. Sustenta mis pasos en tus caminos, Para que mis pies no resbalen.”
Cuando uno sufre o cuando el enemigo ataca, lo primero que debe hacer es examinarse y dejarse examinar por Dios. Aquí el salmista lo hace; como sucede a menudo, parece que lo hizo cuando no pudo dormir en la noche. En el verso 3 destaca su inocencia en cuanto a pensamiento y palabras; en el verso 4, demuestra que es inocente en cuanto a hechos. Solo la Palabra de Dios es la que lo guardó para que sus hechos y caminos no fueran malos.
El salmista deja en claro que él no era sin pecado, el ponerse en manos de Dios para ser examinado, lo llevaría a convertirse en un hombre que tuviera un carácter cada vez sin defectos. Lo que muestra es que su carácter era sincero y sin dobleces. No escondía su pecado y tampoco abusaba de la misericordia de Dios. El buscaba convertirse en un verdadero adorador y no en un hipócrita.
Él estaba dispuesto a refrenar sus labios, en señal de cuidar de sus pensamientos y actos. Así dice el apóstol Santiago. "El barón que es capaz de refrenar su boca, es capaz de refrenar todo su cuerpo".
En cuanto a sus pasos o acciones el solo puede decir que sus pasos se han aferrado a los caminos de Dios, por lo tanto no se han movido. Esa era la única manera para no resbalar jamás.
PETICIÓN DE PROTECCIÓN
Salmo 17:6-9 “Yo te he invocado, por cuanto tú me oirás, oh Dios; Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra. Muestra tus maravillosas misericordias, tú que salvas a los que se refugian a tu diestra, De los que se levantan contra ellos. Guárdame como a la niña de tus ojos; Escóndeme bajo la sombra de tus alas, De la vista de los malos que me oprimen, De mis enemigos que buscan mi vida.”
La propia sinceridad, firmeza y la vida virtuosa del salmista, fueron el fundamento de su afirmación para ser escuchado. El realiza su oración en confianza y está seguro de que Dios le oirá, porque su oración se basa en lo correcto. “inclina tu oído a mí y escucha mi discurso”.
Ahora, después de ser examinado, el salmista hace la petición principal. Le pide al Señor que muestre sus maravillosos actos, de misericordia y que lo libre con su poder.
Este es un lenguaje característico del éxodo.
Éxodo 15:11-13 “¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios? Extendiste tu diestra; La tierra los tragó. Condujiste en tu misericordia a este pueblo que redimiste; Lo llevaste con tu poder a tu santa morada.”
Para la adoración, peticiones y testimonios; el pueblo de Israel utilizaba este tipo de lenguaje. Aquí el salmista, pide al Señor algo específico y claro. Reconoce y acepta la misericordia, el amor de Dios tan importante en el pacto con él. Esta ternura de Dios se expresa en la niña de tu ojo, que es la pupila que uno protege con mucho cuidado, y la acción del ave de esconder sus pollitos bajo su plumaje. Así el Señor expresó en los evangelios. Quería proteger, pero ellos no quisieron, no obstante el salmista hace todo lo contrario; Él quiere ser protegido y se entrega a esta relación basada en la inocencia y la confianza.
Las dos figuras que el salmista usa “ser protegido como la niña de tus ojos” y “ ser protegido bajo su alas” vienen del cántico en Deuteronomio 32:10-11. Dios da esta protección contra enemigos físicos y espirituales.
Deuteronomio 32:10-11 “Le halló en tierra de desierto, Y en yermo de horrible soledad; Lo trajo alrededor, lo instruyó, Lo guardó como a la niña de su ojo. Como el águila que excita su nidada, Revolotea sobre sus pollos, Extiende sus alas, los toma, Los lleva sobre sus plumas,”
Solo Dios puede librar de los enemigos mortales del alma, de todos aquellos que rodean. De todos aquellos que en su corazón y mente, están totalmente en contra.
CARACTERÍSTICAS DE LOS MALOS
Salmo 17: 10-12 “Envueltos están con su grosura; Con su boca hablan arrogantemente. Han cercado ahora nuestros pasos; Tienen puestos sus ojos para echarnos por tierra. Son como león que desea hacer presa, Y como leoncillo que está en su escondite.”
El salmista describe a los malos como llenos de grosura. Esto representa a todas las épocas y a todos los que se oponen a Dios. La arrogancia es la característica que se representa en la grosura.
Debemos entender aquí que todos los enemigos son reales y peligrosos, quieren destruir a los justos. Como leones saltan sobre sus presas y sus ojos miran con maldad listos para maldecir.
El león pone su ojo atentamente en la presa, no para fascinarla, sino para calcular su distancia, con la intención de arrojar su presa a la tierra. Es un león codicioso de su presa, que se esconde en lugares secretos agazapado porque solo quiere desgarrar. Así actúa el enemigo de las almas, cuando pone los ojos en ti.
UN PEDIDO DE ACCIÓN
Salmo 17: 13-14 “Levántate, oh Jehová; Sal a su encuentro, póstrales; Libra mi alma de los malos con tu espada, De los hombres con tu mano, oh Jehová, De los hombres mundanos, cuya porción la tienen en esta vida, Y cuyo vientre está lleno de tu tesoro. Sacian a sus hijos, Y aun sobra para sus pequeñuelos.2
¿Qué significan los malos, cuando se está tan confiado en Dios?. Así se sentía el salmista y sabía que estaba justificado y su causa era justa. Esto le dio la confianza para decir al Señor “Levántate. El pide una acción específica, definida y rápida.
En el verso 14 describe a los enemigos. Hay algo tan similar a estos tiempos en esta descripción. A menudo los malvados, los enemigos de Dios, parecen prosperar, todo les va bien. Pero, el salmista deja claro que la parte de los malvados está en esta vida. No tienen una esperanza futura. Además, otros salmos que hemos visto dejan claro que aún en esta vida van a fracasar. Este mundo les ofrece una seguridad y prosperidad aparente y pasajera.
El salmista deja claro que cuando los impíos son derribados, los justos son librados de sus manos.
SU DECLARACIÓN DE CONFIANZA
Salmo 17:15 “En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.”
Todo lo que el salmista expresa en esta porción, está en contraste con lo anterior. ¿Qué sucede al malo? ¿Cuál es su futuro?
Él dice “En cuanto a mí”, veré el rostro de Dios, tendré su paz y bendición. ¿Qué pasa con los malos? Ellos sólo tienen algo en esta vida, pero para el salmista lo más importante es ver el rostro de Dios y ser como él.
¿Habla de conocer a Dios en esta vida, o en la vida después de la muerte?
Seguramente el salmista pensaba en la comunión con Dios que siempre anhelaba y experimentaba. Pero, en vista del final del Salmo 16 dice “Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre”
El salmista no tenía su vista solo en las situaciones de la vida y sus conflictos, aunque eran muchos y en gran medida difíciles, en medio de un mundo hostil. El miraba a una comunión eterna con Dios.
Conclusión.
Solo debemos contemplar el rostro de Dios en justicia; despertar del sueño de la vida, del sueño de la muerte, a la realidad de su presencia, la vista de su gloria revelada.
Digamos Padre. ¡En cuanto a mí!, no envidio la prosperidad del malvado. Pongo en contra de ella la bendición de la que estoy seguro. Yo en mi justicia contemplaré el rostro de Dios, haré que la luz de su semblante brille sobre mí, y así ser elevado a una condición de felicidad perfecta". Además, estaré satisfecho, cuando despierte, con tu semejanza.
¡AMÉN!
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